Historia finalizada Romeo X Juliet

[CrazyGirl 3]

Es primera vez que me registro por aqui, pero llevo un año leyendo sus Historias y me encantan, por ejemplo esta , es preciosa que talento !!

[Anna Mary Marian 0]

No se si alguien lo habrá preguntado, pero me gustaría saber de dónde es el peinado largo de este cap de Julieta :)

Por cierto, Hinata, tu historia está muy bien, me encanta cómo va la historia y las decoraciones y perspectivas hechas con las fotos que haces!! Mucha suerte con tu historia!! Y no te agobies, es normal que con tantos examenes apenas tengas tiempo!!

[BratzPonyz 0]

Tu historia preciosa. Escribes como una escritora profesional :)

Ya tengo ganitas de leer el próximo capi ^-^

Besos!

[NatayaTahir 0]

Si! No es una alucinación! Estoy actualizando de verdad! OMG! Vale, dejando las coñas a un lado, al fin he sacado tiempo para actu (que ya era hora, eh?). Espero no tardar tanto la próxima vez, aunque no prometo nada. Enjoy it~~

Capitulo 46

Al entrar en el salón de nuevo, Romeo retiró rápidamente su mano del agarre de la de Juliet, acercándose a su hermana y a Cyril, que sostenía una taza de té en las manos.

-Bueno chicos-rompió el hielo Vanille-vosotros dos dormiréis aquí abajo. Menos mal que compraste un colchón hinchable-dijo dirigiéndose a su hermano.

-Yo dormiré en el sofá-informo él-tu quédate con el colchón-y así el rubio se marchó a recoger el equipaje de Juliet, sin que esta se acordara ya de él.

La chica se quedó mirando a las dos personas que permanecían allí, quietas, observándola también. Kaori no hacía mucho que se había ido, o eso pensó al ver una taza vacía en la mesa. Se preguntaba cómo demonios su mejor amiga había conocido a su hermano mayor, a espaldas de ella y no informándola nada más conocerle. Le dolía, era cierto, le dolía que hubiera traicionado así su confianza, sin embargo, ella era su única amiga y ya le preguntaría todos los detalles cuando apareciera de nuevo por la puerta.

-¿Quieres una taza de té?-le preguntó Cyril, cogiendo la tetera.

-No, gracias-tragó grueso y desvió la mirada. Se sentía incomoda, para que negarlo. Nadie le había enseñado nunca como relacionarse con el hermano mayor secreto que jamás creyó conocer, pero allí estaba, real, sonriéndole afablemente.

-Deberíamos irnos a dormir-sugirió Vanille-tu dormirás conmigo arriba. Espero que no te importe compartir cama con una desconocida.

Juliet negó con la cabeza, demasiado cansada para todo, con los ánimos justos para vestirse con el pijama, meterse en la cama y dormir hasta el fin del mundo.

Romeo hizo acto de presencia otra vez, haciendo que una tímida sonrisa se le escapara de los labios, recordando como una adolescente lo que minutos antes había ocurrido en su jardín.

-Tu maleta-informo dejándola en la entrada-supongo que necesitaras tus pertenencias.

Asintió, agarrándola mientras Vanille le indicaba que tenía que subir las escaleras para llegar a su cuarto. Se cambió en el baño, y subió rápidamente las escaleras hasta llegar a la estancia descubierta de Vanille. Entró bajo las sabanas frías de la cama y curioseó todo lo que la envolvía. La habitación era sencilla, con muebles bastante usados, con la pintura medio ida, mas le gusto aquel ambiente personal, de colores vivos aquí y allá, el toque de segunda mano de otras cosas y sonrió con nostalgia al memorar su propia habitación en su mente, tan diferente, y a la vez igual de acogedora. Y por primera vez en toda la noche, vacio su cabeza de pensamientos que ahora la asfixiaban, solo pensando en su propia vida pasada, en las risas junto a Smily, en las horas muertas probándose diferente tipo de peinados, en las páginas que devoraba hambrienta imaginando mundos a falta de conocer el suyo. Lentamente, las luces se fueron apagando, los murmullos se alejaron de sus oídos y las pisadas se apagaron, excepto unas que oía realmente cerca.

-Oh, ¿estabas dormida?-musitó Vanille, cambiándose la ropa por un pijama.

-Casi-contestó la joven castaña, haciéndose a un lado para que la otra chica cupiera en la cama.

-Habrá sido un día muy ajetreado-oyó decir a la muchacha, metiéndose en la cama-duerme tranquila, mañana será también un día durillo.

Juliet escudriñó el rostro de donde procedía la voz, razonando que Romeo y Vanille no poseían el mismo carácter, ni de lejos. Ella era amable, con buenas formas, dulces palabras, no obstante, sus ojos eran a veces igual de fríos que los de su hermano, cargando un enorme dolor que no quería que nadie más apreciara.

-Sabes-por el tono de su voz algo la inquietaba-nunca imaginé a Romeo volviendo a ser tan…amable con alguien. No te lo tomes a mal, ya habrás vivido su personalidad en carnes propias, pero, no sé, contigo se ha comportado de una forma tan extraña, es decir, tan…como solía ser.

Juliet volvió a recordar lo pacifico y tierno que estaba siendo Romeo con ella. No había vuelto a insultarla, ni a sacarla de sus casillas y se había comportado muy bien con ella minutos atrás. ¿Y si...? ¿Y si el chico solitario, cargado de malhumor, que no se preocupaba de nadie excepto de él mismo y no se permitía abrir el corazón a ningún ser viviente, por una mínima, pequeña, casi inexistente razón se estuviera enamorando de ella?

¿Era posible aquel razonamiento loco? ¿Cabría la más remota posibilidad de que el ser gélido que protegía al autentico Romeo se estuviera derritiendo, por ella? Quería pensar que si, que todo era posible, que él la había ayudado por alguna razón que nada tenía que ver con su hermana o su propio hermano, sino por ella, para escaparse juntos y vivir felices y…

-Alto ahí, querida. Deja de hacer volar la imaginación o la desilusión te sabrá amarga-le gritó su razón, y ella refunfuñó en silencio.

-Ojala le traigas paz a mi hermano, Juliet. Ojala seas tú la persona indicada para hacer que su coraza se caiga-murmuró Vanille, creyendo que Juliet dormía. Lo que no podía conjeturar es que la chica estaba despierta, muy despierta y realmente deseaba cumplir las palabras de Vanille.

[NatayaTahir 0]

Capitulo 47

Abrí los ojos cuando el sol se filtró juguetón por la ventana abierta de una habitación que al principio no reconocí, pero que lentamente todos los detalles del día anterior se hacían visibles en mi cabeza.

-Vaya, y yo aun con la esperanza de que fuera un sueño-di un largo suspiro y me di cuenta de que la cama estaba vacía, aunque el otro lado deshecho me rebelaba que Vanille había dormido conmigo y que todo había sido real.

Oí unas voces provenientes del piso de abajo, hablando entre cuchicheos y murmullos, quizá para no molestarme. Bajé poco a poco, intentando poner bien los pies en la escalera para no caer, ya que todavía estaba medio dormida.

-¿Estás seguro que nadie conoce ese lugar?-preguntó una voz masculina que reconocí de inmediato-¿seguro que no la tienen marcada?

-Estoy seguro, créeme. Es un lugar bastante alejado de todo. Solo lo conozco yo y mi difunta madre, además siempre que he querido esconderme allí no me han encontrado-respondió otra voz de hombre, un poco menos grave.

-De acuerdo, entonces partiremos cuando hayas acabado de contarle toda la historia.

-¿Irnos? ¿A dónde?-esta vez fui yo la que se añadió a la conversación, captando la sorpresa de las tres personas que había en la cocina.

Se produjo un silencio un poco incomodo, sin embargo, pronto Vanille lo rompió ofreciéndome una taza de café y algo que llevarme al estomago. Obedecí pacientemente, masticando y tragando, pensando a qué lugar nos iríamos (por lo visto Romeo y yo) después de toda la explicación que Cyril aun me debía.

-Bien, ya estoy. Cyril, cuando quieras puedes continuar por donde lo dejamos ayer-nos acomodamos otra vez en el sofá, con Vanille detrás nuestro y Romeo recostado en la pared de enfrente.

-Creo que me quedé por la huida-musitó recordando el punto de la historia-me parece.

-Sí-contesté secamente. Necesitaba saber ya la verdad, saber porque mi madre me había dejado atrás, aunque ya nada importara.

-Como ya te dije, ella quiso llevarte, pero solo pudo salvar a uno de los dos. El día que decidió huir, nuestro padre la pilló, él te encerró en la habitación y tuvo que salir por patas para que no la mataran. A partir de ese entonces, nos escondimos varios lugares, escapando de los continuos rastreos, criándome como pudo y enseñando todo lo que se.

Se calló, pensativo, recordando quizá momentos pasados junto a nuestra madre, y una leve sonrisa le apareció en el rostro, dándole cierta brillantez a su aspecto.

-Cada día te recordaba, lo prometo. La oía llorar por las noches y rezar para que todo estuviera bien. Me enseñó a defenderme, a ser fuerte, a no decaer delante del enemigo y a no olvidarme de ti, de mi hermana pequeña. Le juré que te salvaría y que nos iríamos a vivir los tres juntos, en un futuro.

-Sin embargo eso no paso-añadí-¿Qué…ocurrió?

-Murió. Murió de pena, aferrada al pasado. No pude hacer mucho-se lamentó, y frotó su mejilla velozmente cuando una lágrima traicionera se escurrió.

-Ya veo…-musité, concentrada en mis palmas. Mi madre había muerto, algo no muy lejos de mi versión. Cyril le había jurado salvarme, salvarme de un padre sádico y cruel. Había cumplido el juramento, ahora podría respirar un poco mejor o eso pensé.

-Te vas a ir con Romeo a una casucha abandonada, lejos de todo. Fue el último lugar donde estuvo nuestra madre…hay un cuadro suyo en algún rincón. Un autorretrato, le gustaba pintar cuando el mundo se le venía abajo.

Iba a replicar algo, soltar cualquier palabra, no obstante Romeo ya había cogido la maleta, preparado en la puerta y sentí que algo dentro de mí se resquebrajaba. ¿Y ya está? ¿Eso era todo? ¿Ver a mi hermano mayor, secreto, revelarme una verdad sin anestesia y marcharnos? ¿Y que había de mis preguntas? ¿Qué había de lo que pensaba al respecto? Cyril comprendió mis pensamientos a través de mis ojos y negó con la cabeza.

-No hay tiempo. Si te descubren aquí estamos todos muertos. Me mantendré en contacto, ¿de acuerdo?

Asentí no muy segura, ¿pero qué otra opción me quedaba? Me alcé y seguí a Romeo hacia el coche.

Se despidió escuetamente de Vanille y Cyril, guardó la maleta en el coche y me hizo un gesto de la mano para que subiera. Me di cuenta de que seguía con el pijama, pero por lo visto no podía no cambiarme.

-Nos veremos-dijo Cyril dándome un largo abrazo-me alegro mucho de haberte visto de nuevo, Juliet.

-Me alegro de saber la verdad, hermano-susurré y comprobé que apretaba el agarré tras escuchar la última palabra. Sonrei. Al menos alguien de mi misma sangre me apoyaba.

-Tened cuidado. Cuida de Romeo-dijo Vanille abrazándome-se que podrás curarle. Solo tú puedes.

Una vez en el coche, con el cinturón puesto y el motor en marcha, Romeo apartó un segundo la vista de la ventana delantera y me observó, silencioso, taciturno.

-Va a ser difícil. ¿Estás preparada?-preguntó un poco preocupado.

-Voy a estar bien. Estaré a tu lado, ¿Qué puede ir mal?

Y tras aquellas palabras, el coche arrancó. Me despedí con la mano de Vanille y Cyril hasta que se volvieron pequeños y borrosos. Baje lentamente la mano, cansada, debilitada de cierta manera y fije mis ojos en la carretera. Todo iría bien, ¿no?

PD: Siento que los capitulos sean tan cortos, pero mi limitado cerebro no daba para más T_T

[CrazyGirl 3]

Vanille es tan tierna !!!!!

c que en esa casita, pasaran muchas cositas bellas entre Romeo & Juliet, "digo eso espero".....

Que bueno que ya hayas actualizadooo Hinata ( por fin) jiji pero comprendo, muy corto pero qdo muy bien espero masss !!!!

[Amanda 5]

Hola!! bueno soy nueva en este foro y me llamo Amanda

No sé muy bien como va todo esto, pero decir que llevo mucho tiempo leyendo tu historia y la verdad es que me fascina jejeje

También leo tu otra historia: Never say never, que por cierto también me gusta muchísimo, entre otras jajajaja.

La verdad es que me encanta como escribís la mayoría de este foro, ya quisiera yo tener esa facilidad para escribir tan bien!!

Bueno, volviendo a la historia, me gusta muchísimo la trama y el rollito que llevan romeo y juliet, me encanta el carácter de romeo, AH! y espero que cyril y vainille acaben juntos también xD hacen muy buena pareja

Y voy a ir acabando ya que seguro que te estaré aburriendo con mis palabrejas jeje

sigue pronto!

[sara-sara 0]

aiiiiiisshh me encanta!!! es cierto, es corto, pero mejor algo que nada! además, me gusta mucho!

espero que no tardes tanto para la proxima, pero si tardas, te esperaremos lo que haga falta

[TaCaRo 77]

dios santo!! me acabo de dar cuenta que llevo mas de 2 horas leyendo tu historia de principio a fin!!!

ya solo por eso merezco que continues la historia

no, en serio. Voy a ser sincera. He leido muchas historias en este foro, y muchas me han gustado muchiiisimo, pero ninguna como la tuya! Es lo mejor que he leido. Te recomendaria que probases a escribir un libro porque lo haces genial.

Con solo decirte, que yo me siento Juliet, que me sumerjo muchiiiisimio en la historia y estas 2 horas me han pasado volando!

Ai, diios voy cenar, que con tanto amor se me ha abierto el apetito.

porfi continua. Y gracias tambien a tus musas! jaja

PD: me encanta que añadas un pokito de erotismo a la histo, jjiji

[NatayaTahir 0]

Gracias por todos los comentarios! No sabeis lo feliz que me haceis! (sobre todo al no odiarme xD) Este capitulo va dedicados a tod@s vosotr@s! Seguro que os gusta HOHOHO!

Capitulo 48

La conducción de Romeo era bastante temeraria, pero sus reflejos eran envidiables, junto con sus pies que parecían darle única y exclusivamente al acelerador. A pesar de todo ello, Juliet pudo ver el mar a cierta distancia de allí, justo la dirección que estaban tomando. Así que no resultó extraño que le pidiera a Romeo, entre gritos ansiosos y estiradas de manga (como si volviera a tener cinco años) que fuera a la playa, que deseaba ver el mar y mojarse los pies.

Él obedeció a regañadientes, incapaz de negarle nada y dirigiéndose a través de los carteles a lo que debía ser la playa y pronto la encontraron. Juliet chilló como una autentica maniaca al reflejarse el azul de toda aquella inmensidad en su retina y justo cuando Romeo aparcó, salió corriendo a prisa.

-¡El mar!-exclamó extasiada-¿Oyes las olas? ¿Verdad que son preciosas? ¡El mar!-repitió descalzándose y desvistiéndose, quedándose en ropa interior.

-¡Eh!-protestó Romeo, pero Juliet estaba muy lejos de escucharle. Estaba demasiado entretenida intentando no quemarse con la arena caliente y trotando hasta llegar al frío del agua salada, donde aliviaría la quemazón.

La vio allí, en ropa interior, jugueteando con las olas que iban y se alejaban, para volver a embestirla, riendo como una niña pequeña, huyendo de la espuma blanquecina que se formaba en la orilla.

Y como si fuera algo bastante obvio desde hacía mucho tiempo, en realidad desde que la conoció, sintió en su pecho un latido incansable, repiqueteando dentro de su caja torácica, incompasible, rítmico, certero y autentico. Porque aquellos latidos a los que creía haber condenado al olvido, palpitaban con muchísima más fuerza, haciéndole ver de una vez por toda una verdad demasiado aterradora como aceptarla de buenas a primeras.

Él, Romeo Brown se había enamorado de Juliet Doyle. Jamás pensó que el verbo enamorar encajara del todo con su nombre, sin embargo, allí se hallaba, con letras pesadas, demasiado harto como para quedarse callado de nuevo.

¿Cómo diablos había llegado a amar aquella sonrisa infantil? ¿Desde cuándo quería cada centímetro de ella, de su olor, de su temperamento? ¿Por qué adoraba como un imbécil cada uno de sus aspectos? Amaba a la Juliet risueña, como ahora, a la Juliet nerviosa que se mordía el labio y temblaba parcialmente, a la Juliet cabreada que resoplaba de vez en cuando, a la Juliet borracha que le pedía cosas obscenas, a la Juliet resacosa con ojeras adornando sus ojos color miel, a la Juliet caprichosa que le exigía estacionar para ver el mar, pero sobre todo, a la Juliet que se perdía ante su contacto y sus besos, a la pasional, la irracional, la que se lanzaba por la borda y disipaba su timidez habitual.

-¡Romeo!-dijo llamándole la atención y supo con certeza que su nombre no sonaría mejor en otros labios que en los suyos-¿no vienes a bañarte?

-Te recuerdo que estas en ropa interior-soltó y ella pareció recordarlo, porque de pronto se sonrojó y se mordió el labio. El rubio tuvo que reprimir una carcajada.

-¡No mires!-gritó tapándose con las manos-¡Ni se te ocurra!

-Creo que lo has dicho un poco tarde-indicó, y ella se acercó para cubrirse de nuevo, sin mirarle a los ojos, demasiado avergonzada por su actitud.

Lo que él no podía imaginarse, es que mientras ella admiraba el mar, reía y se quedaba embelesada de vez en cuando, su cabecita había tomado una resolución. Si iban a vivir juntos por un tiempo incierto, ella al menos deseaba poder decirle lo que guardaba dentro, soltarlo todo de sopetón y que él se mofara en su cara si así le apetecía. Porque su salud mental no aguantaría estar con Romeo a sabiendas de todos los dichosos sentimientos arremolinados que se le atascaban en la garganta.

-Nos vamos-dijo dándose la vuelta, carente de chispa en la voz.

-Espera un momento-musitó ella apreciando el colosal turquesa que se oscurecía en la lejanía-antes…

-¿Qué ocurre?-preguntó volteando-¿Te ha atacado alguna medusa? ¿Te has hecho daño con alguna piedra?-parecía preocupado.

-No…no es eso-su labio mordido no presagiaba nada bueno. Respiró hondo un par de veces hasta obtener el valor suficiente para mirarle directamente a los ojos-debo decirte algo o me volveré loca.

-¿Qué…?

-Calla-le interrumpió-solo escúchame, ¿vale? Después podrás hacer lo que gustes.

-Yo…yo, Romeo, yo…-los ojos se le humedecían por la anticipación de la respuesta, no obstante, debía ser fuerte-yo estoy absolutamente e irremediablemente enamorada de ti-sonó todo tan natural al final, sacando fuerza de donde no la tenía, sonrojándose nuevamente por lo que acababa de decir con tanta firmeza y aun así no se arrepentía. Estaba preparada para que él le arrancara el corazón y lo pisoteara, para que se riera de ella ahí mismo, para que no dijera nada y volviera al coche, haciéndose el sordo, pero para lo que nunca estuvo preparada fue para ver el desconcierto en el rostro inmutable de Romeo, para observar como apretaba los puños con fuerza y se acercaba a ella hasta rodearla entre sus brazos, aspirando su aroma y apretarla con potencia.

De ese modo estuvieron largo rato, abrazándose sin palabras, cerrando los ojos y dejándose atrapar en el momento, un momento que se grabaría para siempre en sus almas y sus memorias.

Juliet comprobó como él temblaba mientras le acariciaba la cabeza, como un niño asustadizo, y eso le hizo sonreír. Porque dentro de aquél tempano todavía había resquicios de humanidad, de calidez.

Romeo se odió por haber actuado como un cursi, abrazándola en vez de arrojarla a la nada, hacerse el sordo y marcharse. Pero estaba envolviéndola, sintiendo su cuerpo contra el suyo y se pregunto cuando Juliet había encontrado una grieta en su coraza perfecta y había ido penetrando poco a poco, hasta hacerla añicos y probar que él era un ser humano con sentimientos, aunque se negara a creerlos y los reprimiera.

Se fueron separando lentamente, notándose vacios al no estar en los brazos del otro y se escudriñaron silenciosos, demasiado temerosos como para decir nada.

-Debemos irnos-anunció Romeo.

-Si…-sus mejillas le escocían de rojas que estaban y creyó que la temperatura corporal le habría subido unos grados.

Para sorpresa de ambas partes, Romeo le cogió delicadamente la mano, enlazando sus dedos con los suyos y tirando un poco de ella para que entrara en el coche.

Caminaron por la arena en absoluta mudez, disfrutando del sonido de las olas y de sus corazones que aleteaban a un ritmo desenfrenado, como si alguien hubiera olvidado por siempre apretar el freno.

Llegaron al coche lentamente. Ninguno de los dos parecía estar dispuesto a soltar al otro y al contemplarse se dieron cuenta de que ninguno cedería. Y ella ansiaba más que nunca que él la besara, y él anhelaba acariciar cada milímetro de aquella piel suave con aroma a caramelo.

Por eso, sus cabezas fueron bajando poco a poco, miedosos por todos aquellos sentimientos encontrados, sabiendo de antemano que aquel beso no sería ni de lejos como todos los demás. Confirmándose cuando Juliet cerró los ojos, disfrutando de la distancia a la que quedaban los labios de Romeo, pálidos, finos. Calculando el momento exacto para aproximarse de una vez por todas, hasta alcanzar un leve roce táctil, hasta sentir como su mano se desprendía de la suya y la rodeaba por la cintura, posesivo, marcando su terreno. Para ella envolver sus brazos en su cuello y tocar el sedoso cabello rubio que brillaba a la luz del día y que por la noche se tornaba oscuro, opaco. Y así fue como se besaron, sin prisas, explorando la boca del otro con la lengua, aprendiendo de memoria cada recorrido, cada lugar indicado para hacer gemir al otro, para extasiarlo, para hacerle rogar por más. Despacio, hambriento, mordiéndose desesperados por el calor que los invadía, haciendo el amor con sus propias lenguas, emborrachándose con la saliva.

PD: Imaginad que Juliet lleva zapatillas o algo, vale? xD

Editado 12 may 2010 por Hinata_Nione

[TaCaRo 77]

oh porfavor!!! me ha encantadooo!!!! eres auténtica y única escribiendo historias como éstas!

sigue pronto please!!!

[Cova 124]

OOOOOOH OOOOOOOOOOH OOOOOOOOOOH... (No es un orgasmo, es que me ha gustado)

Que boniiito...

Enci, Enci, Enci sabes que podrias hacer?

Meter a rino por ahi xDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD

Vaya comedia.. en fin, que espero q sigan habiendo muchos milagros de estos de actualizar :3

[neala 0]

Las zapatillas de juliet eran muy bonitas ! me a gustado la actu *U*

[sara-sara 0]

aaaaaaaaaaaaiii que bonitoo caaaaaaaaap! enserioo! cada dia me encanta mas esta historia! que romanticoo jajajajajaja y esta vez no has tardado tanto ^^!

me encanta me encanta y me encanta! hacen muy buena pareja ^^

[Anitaelx 0]

JA!!!Te dije que con las fotos iba a ser la leche..........................Me sigue encantando.Por cierto,sigo esperando el resto,tú sabes....

Besos!

[Amanda 5]

OOH! que bonito!! Menuda parejita

sabes que tienes una fan mas leyendo tus historias

Sigue pronto! ^^

[CrazyGirl 3]

Las zapatillas las lanzooo para otro lado

recuerda q ella estaba en la playita

y con tanto besuqueo hasta mi c me olvida

que ando descalzaaaaa jajaja

Hayyyyy esos besos me llegaron !!! jajaja

Belliossss una vezzz mas, sigue prontitoooo

Editado 22 may 2010 por CrazyGirl

[NatayaTahir 0]

Bueno, y aquí vuelvo, a pesar de tener sele he encontrado un momentin para actualizar! ¡Agarraos fuerte, que vienen curvas!

Capitulo 49

Nos separamos lentamente, mirándonos mutuamente a los ojos, olvidando por completo que los desconocidos que pasaban nos echaban un ojo completamente desconcertados. Pero en aquellos momentos, aunque puede sonar demasiado cursi, solo existíamos nosotros dos en nuestro mundo particular, donde yo no tenía porque esconderme de un padre mafioso que no me quería y donde Romeo no me ayudaba a escapar.

-Deberíamos ir tirando-dijo al fin, con aquella voz un poco menos helada-la gente comienza a vernos demasiado.

Nos introducimos en el coche, cada cual en silencio. Romeo arrancó y volvió a posicionarse en la primera rotonda, dando vueltas por aquel pequeño pueblo costero.

La casa se hallaba algo lejos de allí, en mitad de la nada, abandonada como estaba cualquiera pensaría que era habitable. Romeo aparcó un poco más adelante, entre matorrales para poder tapar el coche. Volvimos a caminar cogidos de la mano, una costumbre que se estaba tornando realmente dulce de su parte y nos metimos dentro de la casa. La puerta principal chirrió un poco al ceder, y cuando entramos nos dimos cuenta que aquel lugar no estaba tan mal.

-Todo está bastante ordenado-deposité la maleta en una esquina y él inspeccionó el lugar.

-Cyril me dijo que estuvo aquí antes de llegar “accidentalmente” a mi casa.

Abrí una de las dos puertas de la estancia para comprobar que era un lavabo pequeño, con una ducha, un váter y una pica. Comprobé la otra puerta y el aire se escapó de mis pulmones por la sorpresa. Era una habitación bastante desordenada, pero eso no fue lo que me desconcertó. En un rincón se hallaba una cama, una simple cama de dos plazas y mi cerebro pareció ir atando cabos. Una cama de dos plazas significaba… ¡Aun no estaba preparada para eso!

-¿Qué pasa?-preguntó Romeo, seguro que al ver mis mejillas encendidas y mi rostro de preocupación.

-Solo hay….solo hay una cama…-musité haciendo que mis mejillas ardieran aun más.

-Oh-contestó él, relacionando lo que mi mente ya había supuesto-no te preocupes, dormiré en el sofá.

-¡No!-mi voz salió gritona, rozando la desesperación-quiero decir, ya duermo yo en el sofá.

-He dormido en lugares peores-reconoció agarrando su maleta-en serio, no pasa nada.

Observé el sofá, tan estrecho e incomodo para que un cuerpo pudiera reposar y algo en mi interior decidió pronunciar aquellas palabras sin tan siquiera consultarlo primero con mi razón.

-Podemos dormir juntos…-susurré y oí como la tapa de la maleta caía sonoramente.

Una risita nerviosa surgió a causa de mi desconcertante petición sin lograr reprimirla y Romeo fijó aquellos ojos de acero sobre mi persona, haciendo que me sintiera desprotegida y desnuda, como si tuviera la capacidad de ver a través de mí. Vale, quizá no había sido muy buena idea mi proposición.

-Creo que eso sería peligroso-murmuró mirándome y lentamente, con sus pasos de cazador se fue acercando a mí.

-¿Por qué?-me atreví a formular. Estaba bastante valiente ese día, ciertamente.

Su mano rozó mi mejilla, acarició algunos mechones de mi cabello y se los llevó a la nariz, deleitándose con mi aroma. Un escalofrió brotó de mi columna y me sentí desfallecer cuando sus ojos me taladraron en una mirada absorbente y ardiente, adquiriendo aquel mercurio un brillo lujurioso.

-¿Recuerdas lo que te dije la noche que te emborrachaste?

¡Para poder olvidarlo! Si hasta con una resaca impresionante logré inmortalizarlo en mi cabeza.

-Si-solté junto al aire viciado que no sabía que contenía.

-No sabría resistirme-y aquella frase hizo que me quedara fuera de juego, que mi cerebro se licuara y mi razonamiento se fuera de vacaciones indefinidas.

Sus labios buscaron los míos con un afán irrefrenable y me entregué enteramente justo cuando su lengua lamió mi labio inferior, suplicando la entrada. Entre abrí la boca, dándole luz verde y me devoró con aquella pasión desmesurada que guardaba dentro de su refugio gélido y oscuro. Me agarré como pude a su cuerpo, sintiendo que mis piernas me fallaban y todo fue subiendo de tono. Sus labios me sabían a violencia y posesividad con ciertos ecos de romanticismo reprimido. Nuestras lenguas eran unas bailarinas extraordinarias que bailaban al son melodioso de la saliva, entregándose, buscándose cada vez más, mordiéndose entre ellas y ansiando por ir más allá.

-No te resistas, entonces-pude articular al recoger aire, soltando un leve gemido cuando su boca volvió a encontrar la mía.

[NatayaTahir 0]

¡Aviso! Este capitulo contiene escenas subiditas de tono, junto con el texto en si. Si a alguien no le gusta este tipo de cosas, que pase el capitulo. Quedais avisado!

Capitulo 50

Sus manos recorrían a tientas el musculoso cuerpo que la acorralaba contra la pared, besándola de forma hambrienta, mordiéndole los labios para hallar un gemido en respuesta, lamiéndola precipitadamente, intercambiando saliva, pasión, nervios y anhelo.

Romeo intentaba ir lento, siendo lo más cuidadoso posible, sin embargo, todo aquel deseo acumulado que jamás pensó que poseía ahora lo estaban desquiciando, porque ella le había dado permiso, le había dado alas y se sentía en libertad y a la vez condenado. Porque él era el esclavo de su alma, el sirviente de su corazón y solamente podía ser de ella, de aquella chica inocente que ahora repetía su nombre con ahínco, para que continuara con la ardua tarea.

Despegó su boca para volver a instalarla en su cuello, en ese cuello blando, femenino que le gritaba desde la distancia. Lo aprisionó, lo besó, lo succionó con descuido, mientras una de sus manos viajaba a su clavícula, rozando intencionadamente el inicio de sus senos. Y la oyó gemir, gemir contra su oído, gemir su nombre entre hipidos y suplicándole desesperadamente que continuara, que no parara.

Ella notaba como él acariciaba su cuello con la lengua, mientras le desordenaba el cabello dorado con las manos, anonadada con todo el placer que estaba sintiendo y abochornada por un calor que se estaba instalando bajo su vientre, aclamando por algo que no lograba a entender.

Estaban ciegos y el tacto era la única vía libre para comunicarse. Poco a poco Romeo se separó un poco de Juliet y agarró el extremo de la camiseta del pijama, dispuesto a que volara lejos de allí.

-Hazlo-le suplicó ella tras verlo titubear. Obedeció sin miramientos y la prenda cayó al suelo. El sujetador tapaba aquellas dos maravillas con las que soñaba y se acercó nuevamente a su cuello, para ir bajando por la clavícula, depositando pequeños besos en su nívea piel, hasta alcanzar aquella parte que comenzaba a ser más blanda, a transformarse en otra parte anatómica y aprisionó uno de sus pechos con la mano, apretándolo un poco. El cerebro de Juliet se declaró en estado de huelga y solo estaba dispuesta a sentir aquella mano en aquel lugar tan íntimo.

Notó la otra mano de Romeo colarse en su espalda, hasta que el broché del sujetador cedió a sus dedos expertos y fue retirando lentamente aquella prenda, que hizo compañía a la camiseta del pijama.

El rubio tragó saliva inconscientemente, disfrutando del espectáculo que sus ojos captaban delante de él y alargó vacilante una de las manos, hasta colocarla encima de un pecho de nuevo y supo con certeza que era el más suave, el más turgente y el más perfecto que nunca antes había tocado. La castaña estaba rojísima, muerta de vergüenza, pero confiaba en él, confiaba en aquella mano y confió aun más cuando la boca de Romeo interceptó uno de sus rosados pezones, haciendo que muriera de placer y anhelo al mismo tiempo.

Pronto tornó a sus labios, besándola un poco más despacio, para acto seguido quitarse él la camiseta, que siguió el mismo camino de la ropa anterior.

La abrazó con fuerza contra él, reparando en que su pecho se amoldaba contra el suyo, sintiendo toda la calidez de aquel cuerpo tan frágil y pequeño, cargado de una pasión desbordante.

La cogió en brazos, besando su rostro, su cuello, apretándola por miedo a que se marchara o todo fuera solo un sueño.

Juntos cayeron en la cama, ella debajo, él encima. Los besos callaban sus más remotos deseos, sus lenguas hablaban en un idioma que solo ellas entendían, donde la saliva hacia de mensajera.

-Si quieres parar…-musitó Romeo-creo que deberíamos hacerlo ahora. Como respuesta ella le besó el mentón, pensando que hacía ya mucho tiempo que quería hacerlo.

Acarició su vientre plano, suave al tacto como toda su piel hasta bajar lentamente hacia una zona que estaba seguro que le ardía. Juliet lo observó, mordiéndose el labio inferior, nerviosa por lo que ahora vendría, confirmando todas sus sospechas aquel dedo extraviado de Romeo que le acarició justo en el centro de su calor y sintió unas cosquillas, que no eran exactamente cosquillas, pero que se extendían por todo su cuerpo, desde ese lugar hasta la punta de los pies y la raíz de sus cabellos.

-Romeo…-susurró con los ojos cerrados y el chico pensó que aquella imagen de ella, con los labios un poco hinchados por su culpa (culpa que le encantaba), el pecho subiendo y bajando rápidamente, con pequeños espasmos cada vez que él volvía a tocar ese punto vital, era la imagen más hermosa que había visto nunca.

Finalmente, sacó su mano de la intimidad de Juliet, para ir bajando lentamente aquel pantaloncito junto con el resto de su ropa interior, besando sus muslos, sus piernas torneadas, sus tobillos finos, hasta lanzar definitivamente su última protección. Y la vio allí, tapándose con las manos en un gesto de pudor, las mejillas encendidas en una perfecta mezcla de timidez y lujuria, la mirada perdida, hambrienta y deseosa de él. De la persona de la que estaba enamorada.

-Eres-le depositó un beso efímero y eterno-preciosa.

Romeo se quitó las zapatillas, junto con los calcetines y el pantalón, quedándose solo en bóxers y Juliet admiró aquel bulto encerrado en la tela, duro, ambiciosa de ella. Osada como nunca, lo tocó por encima de la tela, hasta que fue Romeo quien pedía por más, quien jadeaba su nombre, quien ya no soportaba más la espera.

Por eso la tiró nuevamente a la cama, arrancándose la ultima prenda que le cubría a él, hasta quedar desnudo encima de ella, entre sus piernas, rozándola un poco, incitándola a lo que vendría a continuación.

-Estoy un poco asustada-confesó.

-Yo también-respondió-es mi primera vez.

Ella alzo una ceja, escéptica, sin creerle. ¿Su primera vez? Si estaba totalmente segura que tenia la agenda llena de ligues…

-No me mires así, es la verdad-dijo-porque esta noche no voy a tener simplemente sexo, porque esta noche es la primera vez que hago el amor.

En ese preciso instante, el corazón de la muchacha se paró en seco, olvidándose de bombardear sangre al resto de su cuerpo, haciendo que su vista se nublara y tuviera unas terribles ganas de echar a correr, de saltar, de reír y al mismo tiempo de llorar.

-Borraré todo de tu mente hasta que solo haya espacio para mi nombre-musitó en su oído.

Y aquellas fueron las palabras mágicas para que lentamente, de forma gentil y paciente, entrara hacia el interior de ella y se quedara muy quieto cuando la vio arquearse y agarrar con fuerza las sabanas.

-Duele un poco-farfulló-estate así un ratito.

Le dolía, le había dolido bastante, pero no sería la primera ni última mujer que pasara por aquello. Comenzó a moverse cuando el dolor erradicó para dar paso a otro dolor diferente, a esas cosquillas que no eran exactamente cosquillas, una sensación indescriptible que hacía que quisiera mucho más. Por ende, se movió un poco, pidiendo de forma muda a Romeo que también se moviera, cosa que captó de inmediatamente.

Él se desplazó hacia atrás lentamente, y volvió hacia adelante con la misma lentitud. Hasta que el cuerpo de ella comenzó a responder sacudiendo enérgicamente las caderas, subiéndolas, haciendo que la penetración fuera más profunda. El ritmo aumentó, gimiendo entre hipidos, saboreando sus nombres en la boca del otro, retorciendo sus lenguas en besos descontrolados, improvisados, ya que la concentración se hallaba en otra parte.

Algo explotó dentro de Juliet, una nueva sensación que no podía describirse a ninguna otra. Explotaba desde el centro hasta expandirse por toda ella, hasta dejarla allí, sin saber su nombre, donde estaban o que estaba haciendo. Ella había gritado “Romeo” al llegar al orgasmo, él intensificó el ritmo al ver que ella ya había tocado el cielo con las manos, hasta derretirse también dentro de ella con un ronco sonido, satisfecho de él mismo.

Se acurrucaron en la cama después de haber hecho el amor, con las respiraciones todavía agitadas, las mejillas de los dos sonrojadas, unos semblantes de satisfacción únicos y el olor a sexo, junto al caramelo y la menta, haciendo estragos en sus olfatos. Ella estaba encima de su pecho, mientras él le acariciaba la espalda y la abrazaba por la cintura, marcando territorio.

-Te amo-susurró Juliet, muy flojito, como si solo hubiera exhalado un poco de aire. Romeo la apretujo más contra él y le besó la coronilla. Por una vez en toda su maldita existencia se sentía en paz. Profundamente en paz.

PD: Sinceramente, escribir estas cosas no se me dan muy bien, pero lo he hecho lo mejor que he podido!

PD2: Se que he cambiado un poco la ropa de cada uno, pero no he tenido más remedio U.U

Editado 22 jun 2011 por Hinata_Nione

[neala 0]

Joder, que bueno esta Romeo, buena actu me a gustado MUCHO jiji(?)

[Cova 124]

JESÚS MARÍA Y JOSÉ, ENCI...

llevo tanto tiempo esperando esto, q casi lloro de la emocion =')

por cierto, de proteccion una bolsa de basura o que? el aire? xDD

Como la preñe que se busque la vida, el sinverguenza..

En fin, que me ha gustado mucho

Always yours,

Cova.

[sara-sara 0]

AAAIIS!! me ha encantado el cap! enserio... me ha encantado! llevabaa .. puf.. muuuuucho tiempo esperandoo este momentooo!! y chica, que quieres que te digaa... para que "no se te de bien este tema" se te da DE MARAVILLA! escribes que ni becker! enserioo... no te has planteado ser escritora? madre mia... yo seria tu fan nº 1!! muuuuy bonito el capitulo y muyy.. ¿romantico? huum.... si... algo romantico y muy lujurioso jajajajaj le doy un 10! =) pero al capitulo y a toda la historia en si eh??

PD: ay! quien fuera sim para estar con romeo! jajaja

Editado 3 jun 2010 por sara-sara

[Smily 7]

hahahahaha Enci, te han borrado dos fotos por pornográfica!

Pero yo las veré en exclusiva, porqe tengo privilegios (H)

[Nafe 0]

Enci, pornografia no, mira que te lo tengo dicho eh...

En fin... que delicaditos... xDDDD

[Amanda 5]

Madre mia que capitulazo Hinata!!

Me ha encantado en serio, ha sido uno de los mejores que has escrito! Y todos son perfectos!

Menos mal que no se te da bien estas cosas jaja, entonces como será cuando tengas experiencia?!

Bueno, personalmente, creo que si te gusta escribir, podrías ser escritora, porque escribes genial y haces que la gente sienta lo que escribes

Sorprendenos con otro capitulo!