Historia cancelada Glorious Blood Aclaraciones

[Sanxtv 218]

Se ha escapado ._. No se porque tengo el presentimiento que la van a encontrar justo en el peor momento xDDD Sobre sus poderes a saber, me espero cualquier cosa

Ah y Dante es un poco cobarde eeh, no se si le da vergüenza o si esta haciendo el tonto para evitar el tema ¬¬ muh mal xDDDDD

[Camiii 2.345]

pero que tan lejos habrá llegado esa mujer si estuvo toda la noche corriendo?? O.o aun así creo que la van a encontrar más temprano que tarde, espero que al menos obtenga info de otras brujas antes de que la encuentren

[Hallmarley 100]

Uhhh me imagino que enojados se pusieron Dante y Edmund cuando se dieron cuenta de la desaparición de Moira, espero que ella encuentre lo que busca y pueda saber más sobre sus poderes, aunque claro, no será nada fácil, sigue pronto =)

[TathySims 834]

Yo pensaba que la llevarían con los padres de estos y él está enfermo y ella le salva la vida a él, entonces la dejan libre..., pero ha escapado, entonces ahora ni idea...

[Merchedj 3.915]

Por Dios, que Moira se va a meter en la boca del lobo. Cuando pensó en escaparse, creía que iba a ir al norte a buscar a su tia Mirta y no que iba a dirigirse a la gran ciudad. Es lógico que piense que Edmund y Dante crean que se dirige hacia el norte y probablemente se dirijan hacía allí para encontrarla pero me pregunto como va a dar con las brujas para hacerle preguntas, que es la intención que tiene. No sé si tendrá un sexto sentido para saber quién es bruja porque no puede ir preguntando a la gente. Por Dios, qué miedo tengo por Moira y espero que no se demore mucho el capítulo pues estoy muy ansiosa por saber qué harán Edmund y Dante cuando se den cuenta que ha huido y, sobre todo, que pasará cuando Moira llegue a la ciudad.

[Simena341 80]

Me dieron ganas de leer historias y me pase por el foro, habia comentado el primer cap y luego nada :c

Ya era hora de que se escapara, pero no lo veo algo muy inteligente. Le puede pasar cualquier cosa encima sola, y vamos, que tan mal acompañada no iba

Encima me da pena la madre...ojala se reencuentren pronto :| eso si, va a tener que dar unas cuantas explicaciones xDD

De hecho me gustaba mas Edmund que Dante, pero que va xDD Sube pronto el proximo capi :'D

[Atenea 29]

Ya veremos que pasa con Moira ahora que se ha escapado, yo lo que creo es que ahora la atraparán otra vez y la encerrarán como en su visión.

Aunque eso sería tener muy mala suerte xDD

[Sims3Forever 45]

¡Me encanta! cuando leí la temática de la historia, no pude resistirme y en menos de dos horas ya me había ventilado todos los episodios (que ganas de que llegue el siguiente ^^) Moira es preciosa (además del nombre, es pelirroja, para mi el ideal de chica) y me gusta mucho su personalidad.

Por cierto, creo que dijiste que no tenias mucho contenido de medieval, pues aquí te dejo (que de eso soy experto, horas me tire, por el 2008, para encontrar cosas del medievo y fantásticas, para mi historias de las princesas Disney)

Esta es mas de fantasía, pero tiene poses de magia y ropa del medievo (casi al final)

http://silfantasy.blogspot.com.es/

Mundos medievales

http://calinselene.wordpress.com/medieval-worlds-no-roads-only-paths/

Bosques encantados

http://lunasimslulamai.jimdo.com/fantasy-forest/

Objetos varios medievales (en esta pagina hay muchas mas cosas medievales, te pongo estos de ejemplos)

http://jennisimsunanuevaexperiencia.blogspot.com.es/2013/08/downloads-sims-3tsm-pirates-to-ts3.HTML

http://jennisimsunanuevaexperiencia.blogspot.com.es/2013/07/downloads-sims-3worlds-of-fantasy.HTML

http://jennisimsunanuevaexperiencia.blogspot.com.es/2013/06/downloads-sims-3-without-registration_6.HTML

http://jennisimsunanuevaexperiencia.blogspot.com.es/2012/12/downloads-sims-3-without.HTML

Mercado medieval (te vas a quedar alucinada con este mercado, esta muy detallado y es muy grande)

http://frauengel.blogspot.com.es/2013/05/rural-idyll_5774.html

[YamiArashi 364]

Jopé, qué interesante lo has dejado, jo*ía XD Me da hasta penita por ellos, me los imagino echándose la culpa el uno al otro XDDD Sólo espero que Moira no lo pase demasiado mal en la ciudad y encuentre rápido a alguna bruja!

[Avenged 307]

Yo pensaba que la llevarían con los padres de estos y él está enfermo y ella le salva la vida a él, entonces la dejan libre..., pero ha escapado, entonces ahora ni idea...

Que pensamientos más positivos xD

[Ginevra 1.523]

¡Muchas gracias SimsDesesperate! Muchas cosas ya las tengo, lo que pasa que hay mucha menos variedad que ropa/objetos normales, entonces para variar es difícil y siempre es la misma ropa y tal, solo cambiando de color xD

[Eilhyn 1.082]

Gin me encantan las fotos que has hecho Moira sale moníiiiiiiisima *w* por fin se ha logrado escapar, es normal que lo hiciera al tener esa visión yo ni si quiera podría haber aparentado tranquilidad por que con lo zumbado que está el hermano malo vete a saber qué hacía. Pero por suerte, se fían de ella y ha logrado escaparse

Espero que en la ciudad no se tope con los hermanos y de pronto con alguna bruja ¡o con su propia madre! Eso sería genial.

[Sims3Forever 45]

¡Muchas gracias SimsDesesperate! Muchas cosas ya las tengo, lo que pasa que hay mucha menos variedad que ropa/objetos normales, entonces para variar es difícil y siempre es la misma ropa y tal, solo cambiando de color xD

De nada Si veo algo medieval o fantástico, ya te lo diré, por ahora seguiré tu historia ^^ (Después de años, vuelvo al foro de actualidad sims) con ganas de que llegue el siguiente capitulo

[TathySims 834]

Viernes y sin capi =( =(

Estoy ansiosa *_*

[Ginevra 1.523]

Capítulo 8

Estaba harta de ver tanto bosque, de los árboles, la hierba, las flores, la poca gente que me encontraba… Además el invierno estaba más cerca, los días eran menos soleados y no veía el final del camino.

Ya no temía encontrarme con Edmund y Dante, estaba segura de que me habían perdido el rastro, o tal vez no me habían buscado mucho… Eso sí, estaba segura de ir por buen camino, algún cartel me había encontrado, por suerte.

Empezaba a cabrearme de verdad por no llegar, necesitaba ver movimiento y casas, aquello ya no era normal. Incluso en algún momento de debilidad pensé en Dante y en la mala hora que se me ocurrió irme. Pero solo fueron un par de ocasiones…

Una tarde lluviosa vi mi cielo personal despejarse, al fin vi una muralla que rodeaba una gran ciudad… Inmensa… La Gran Capital…

Sonreí como nunca y eché a correr un trecho. Estaba empapada y quería tomar algo caliente. Por suerte era tarde y no había mucho transeúnte que me viera correr como una loca. Cuando estuve mucho más cerca amainé la zancada, una chica normal no podría correr tanto.

No había guardias fuera, en su lugar había un gran portón alzado entre dos torrecillas, custodiadas por varios guardias armados.

No sabía si me pararían para entrar, así que me acerqué al portón con la mayor cautela posible. Atravesé las puertas sin que me dijeran nada, aunque me miraron.

Pasé de ellos y busqué con la mirada un lugar donde refugiarme de la lluvia, pero no vi ninguna taberna cerca. Me adentré en las calles, viendo cómo algunos comerciantes recogían la mercancía por la lluvia y se adentraban en sus casas. Me acerqué a una señora con gallinas.

- ¿Sabéis dónde puedo encontrar una posada?- pregunté a la mujer.

- A dos calles de aquí, por la derecha. Daos prisa o cogeréis un resfriado- dijo amablemente, señalando con la cabeza.

Le di las gracias y fui rápidamente por donde me había indicado, viendo una casa grande que indicaba comodidad. Suspiré aliviada y entré en el lugar, abarrotado de gente buscando refugiarse de la lluvia y buscando calor y bebida. Sólo un par se giraron para mirarme, pero yo ya estaba observando si estaban Edmund y Dante por ahí. Pero no, no había ningún Caballero Azul.

Esquivé a la muchedumbre, algunos ya borrachos, y conseguí llegar a la barra. Regentaba el lugar una señora mayor con un chico joven, que parecía su hijo.

- ¡Venga trae esas cervezas o estos idiotas se irán! ¡Rápido Thomas!- le espetó la mujer, agitando un trapo.

- Perdonad…- intenté captar su atención.

- ¡Decidme flacucha!- la mujer no tenía ningún reparo en gritar aquello, nadie la escuchaba con tanto bullicio.

- ¿Tenéis una habitación libre?

La mujer se giró para mirar las llaves, comprobando las habitaciones libres.

- ¡Tengo una compartida con tres más!

- ¡Está bien, me la quedo! –grité al final, pues habían empezado a cantar un grupito de pescadores.

La mujer salió de detrás de la barra tras pegar un berrido a Thomas para que se ocupara, el pobre estaba rojo de lo apurado que andaba.

Me guió por un gran pasillo lleno de habitaciones, todas esas eran compartidas, seguramente las individuales estarían en la parte superior…

- Aquí es. La noche son cinco de cobre- dijo, tendiendo la mano.

Busqué en mi faltriquera y conté las monedas, entregándoselas. Me sonrió y se alejó a toda prisa, volviendo a sus quehaceres.

Abrí la puerta despacio por si alguien dormía. Había una mujer con dos niños, nadie más. Los niños estaban en la cama, pero ella miraba por la ventana cómo caía la lluvia.

- Buenas noches- me anuncié, acercándome al lecho pegado a la puerta.

- Oh, hola- saludó la señora, aunque no era muy mayor.

- Hace un tiempo de perros…

- Sí… Estáis toda mojada- comentó, mirándome de arriba abajo.

- Mal tiempo para viajar- dije, encogiéndome de hombros.

- Os puedo prestar un vestido- ofreció la mujer. Pude notar que estaba desesperada por entablar una conversación con alguien, como si llevara tiempo alejada de la gente… como yo.

- Os estaría muy agradecida.

Se llamaba Adela, era madre soltera, aunque sospechaba que había algo más. Tal vez había huido con sus hijos de un marido maltratador... Yo le conté que iba a casa de un familiar, y que estaba sola. No me apetecía andar contando mi vida, con una mentira llegaba, una mentira simple y creíble.

Su vestido me venía algo holgado, pero por lo menos estaba seco. Ella parecía contenta por poder hablar con alguien y más con una situación parecida. Ambas viajábamos solas.

- ¿Hacia dónde vais? – le pregunté cuando nos pusimos a cenar ahí mismo, no quería dejar a los niños solos.

- Al norte- había tardado un poco en responder.

Entonces me sentí esperanzada… ¿y si esa mujer era bruja? Sola con niños, hacia el norte, tenía algo claramente que esconder… sí, podía notarlo, pero ¿cómo se lo sonsacaba?

Estuvimos hablando de banalidades, intenté descifrar a través de la conversación si era bruja o no. Pero su trabajo de costurera no me podía revelar mucha cosa. En cambio le dije sin ningún reparo que era curandera. Pude ver cómo se asombraba, porque las curanderas tenían reputación de brujas… y seguramente la gran mayoría lo fuera, pero mucha gente no decía nada porque acababan salvando a alguien y ayudando a curarles.

- ¿Curandera?

- Sí… ¿Sabéis? Yo también me dirijo al norte… podríamos viajar juntas- propuse, intentando averiguar su mirada. Pero Adela lo tenía muy trabajado, no trasmitía nada por esos ojos marrones.

- Bueno, no estaría mal tener compañía hacia allí, y más con el invierno encima…

- ¿Tenéis prisa por partir?- pregunté, pues aún así no estaría mal investigar si había algún clan en la ciudad, necesitaba saber el lugar indicado del refugio de tía Mirta. Si pudiera concentrarme e intentar predecir algo… ver algo… aunque fuese una pequeña señal…

- Pero Moira ¿no habéis corrido peligro al ser curandera? Ya sabéis… seguramente os hayan tachado de… bruja- dijo Adela, bajando el tono hasta susurrar lo que era.

- Sí, pero no temo a eso, porque hago mi trabajo y al final la gente lo reconoce, salvar vidas y curar heridas… al final la gente has salvado le da igual si eres bruja o no…

- Comprendo- murmuró, mirando su vaso de vino.

Aún no sabía si era ella bruja también o no… tendría que darle la confianza, pues tal vez ella supiera dónde estaba el refugio de Mirta. Pero no quería presionarla, poco a poco conseguiría que confiase en mí, mientras nos ayudaríamos la una a la otra.

Después de cenar nos tumbamos en nuestras camas, era hora de descansar, aunque no lo necesitase, me gustaba estar relajada y tranquila, llevaba varios días sin dormir y eso sí se podía ver reflejado en mi aspecto.

Tal vez podía intentar ver dónde estaba el refugio de tía Mirta. Me concentré en respirar relajadamente, alejando toda clase de imágenes y pensamientos de mi mente.

Pensé en el norte, un sitio montañoso y lleno de nieve…

Había un gran árbol… y tal vez un lago… sí, pero estaba helado… también había mucha montaña, seguramente para estar mejor protegidas de miradas indiscretas. El árbol era un sauce por la forma que tenía… Pero ¿cómo conseguía encontrar aquel lugar en el vasto norte?

Me empecé a poner nerviosa y la visión se esfumó. Fruncí los labios maldiciendo, tenía que controlar más aquella impaciencia. Me di la vuelta, decidida a dormir, no tenía ganas de seguir buscando en mi mente. Ahora tocaba descansar, al día siguiente intentaría averiguar algo sobre las brujas de la ciudad, porque seguramente habrían… o eso esperaba.

Por la mañana me desperté sintiendo mi cuerpo más ligero, tal vez había abusado mi condición de no cansarme y sí que lo había notado, demasiado esfuerzo en tantos días.

Adela no estaba en la habitación, y los niños tampoco. Supuse que habría salido por la ciudad, ahora no llovía, aunque las nubes grises seguían ahí.

Salí del cuarto y me encontré con el lugar prácticamente vacío, sólo había un hombre y el pobre Thomas. Me acerqué, dispuesta a desayunar.

- Buenos días señorita ¿qué queréis?- preguntó el muchacho.

- Buenos días… ¿Un buen vaso de leche podría ser?

- ¡Claro señorita! Ahora os lo traigo.

Salió hacia la cocina, donde pude escuchar un chillido por parte de su madre, estaría preparando la comida del día. Thomas no tardó mucho en traerme el desayuno, el vaso de leche más un bollo.

- Va incluido en la primera noche que paséis aquí.

- ¡Muchas gracias!

Desayuné a un ritmo rápido, quería aprovechar la mañana, aunque no sabía muy bien cómo hacer. Solo sabía que tendría que darme prisa antes de que Adela decidiera marcharse, tampoco quería gastar mucho dinero, así que tenía que apurarme.

Sonreí a Thomas como despedida y abandoné la tasca.

Deambulé hacia el centro, buscando cualquier tipo de tienda que pudiera inducir a alguna pista. Incluso pregunté a una señora por el herbolario, pero la mujer era muda…

Continué buscando sin detenerme, mirando a todos los de mi alrededor con disimulo, pero no logré ver nada raro, o más bien fuera de lo normal para mí, porque habían muchas cosas raras en una ciudad tan grande y llena de vida.

Hubo un momento que me asusté, salieron de un edificio un cuarteto de Caballeros Azules, dejándome petrificada durante unos segundos, buscando una cicatriz en sus rostros. Pero no, ninguno de ellos era Dante ni Edmund, más bien eran algo mayores. Suspiré aliviada y los observé alejarse.

Fui por otra calle, alejándome de ellos, aunque realmente no tenía nada que temer… ¿Y si ellos me guiaban hasta otras brujas? Me alteré, era una gran posibilidad, podría seguir un par de días a los Caballeros Azules o hacer preguntas sobre ellos a Thomas… parecía amable y receptivo.

Sentí una burbuja de felicidad ante tanta buena perspectiva. Intenté no sonreír en mitad de la calle y continué mi trayecto, doblando a la derecha para intentar reencontrarme con los Caballeros Azules.

Los seguí a unos cuantos metros de distancia, parándome de vez en cuando a mirar algún comercio, compré una flor a una niña y más tarde la dejé caer para poner más distancia entre nosotros.

Parecía que estaban patrullando, daban vueltas por las calles sin entrar en ningún sitio ni detenerse en un punto fijo. Empecé a impacientarme, aunque traté de evitarlo rápidamente, no iba a tener tanta suerte el primer día…

Como ya era casi la hora de comer, decidí dejarlo hasta la tarde, pero pasé detrás de ellos para poder escuchar su conversación.

- Como ese juglar siga cantando así lo mando al calabozo- gruñó uno de ellos.

- Pero tiene su gracia…

Levanté los ojos al cielo ante aquel absurdo y regresé a mi posada, aunque no sabía muy bien por dónde quedaba, pero me encaminé hacia la muralla y luego pregunté. No temía pasarme el día preguntando. En los pueblos sí que era más arriesgado pues todo el mundo se conoce, pero en una gran ciudad, la Ciudad Capital donde iban tantos extranjeros, tanta gente de fuera, era lo más común y nadie reparaba en ello.

Ahora el local estaba más concurrido, Thomas ya empezaba a ponerse colorado de tanto trajín.

Me senté en un rincón, intentando captar su atención estirando el cuello. El muchacho se percató de mi presencia y se puso más colorado… bien, le atraía… eso podía estar a mi favor.

Thomas se acercó andando a trompicones.

- ¿Qué queréis?

- ¿Ya servís la comida?

- Sí, señorita. Tenemos guisado y de especial pan con queso.

- Servidme un poco de cada- dije, sonriendo lo más dulce que podía.

Thomas asintió y se dio la vuelta, chocándose con una mesa vacía. Aguanté la risa y esperé. Desee que Adela no apareciese, si ella estaba presente sería más difícil preguntarle al chico, si resultaba que no era bruja y me veía preguntar tanto por el tema al final podría ser contraproducente.

Thomas reapareció llevando mi guiso y el queso. Me relamí, ya llegaba el olor hasta mí y pintaba demasiado bien.

- Aquí tenéis.

- Gracias… Thomas por cierto- reclamé su atención antes que se fuera- ¿Sabéis si mi compañera de cuarto está?

- No, la señora Adela y sus hijos salieron esta mañana y no han regresado todavía.

- Vaya… Thomas, sentaos conmigo, quiero haceros un par de preguntas, si no os importa…

- Esto… solo un momento- cedió tras mirar que todas las mesas estaban servidas y no reclamaban más su atención, por el momento.

- Veréis, de donde vengo había rumores… decían que aquí en la ciudad se ocultaban muchas brujas…- murmuré, metiendo la cuchara en el plato.

- Vaya ¿os interesan esos temas? ¡Hay tantos rumores! Ya sabéis que a la gente le gusta mucho chismorrear- dijo, quitándole importancia.

- Claro, con tantos Caballeros Azules residiendo aquí, es imposible que haya alguna- razoné, dándole un sorbo al vino.

- No creáis, hace poco encontraron una, o por lo menos se llevaron a una mujer a los calabozos.

Negar que podía haber brujas habiendo tantos guardias había sido la mejor idea, era perfecto para que la verdad saliera a la luz. Tomé otra cucharada antes de replicar.

- ¿Sí? ¿Una bruja aquí? ¿Y eso?- inquirí inocentemente.

- Veréis, hay muchas… y bueno… esto no es un tema que una señorita deba escuchar…

- ¡Hablad, no me dejéis con la intriga! O le diré a vuestra madre que no me habéis atendido bien- repuse, mirándole fijamente y sonriendo de lado.

Thomas se quedó pensativo, miró hacia atrás y luego se acercó un poco más.

- Veréis… Dicen que se esconden por cualquier sitio de las ciudades grandes. Que justamente por lo que habéis dicho antes, por haber tanto Caballero Azul se esconden mejor que en otros sitios.

- Vaya… ¿Habéis conocido alguna vez a una bruja?- pregunté en un susurro.

Thomas se puso algo pálido, aunque casi imperceptiblemente.

- Espero que no- contestó al fin, mirando a la mesa.

- ¿Esperáis que no? ¿Por qué? ¿Les teméis?

- Ya sabéis lo que pasa si uno se acerca mucho a una bruja… acaba embrujado…

- Pero ¿y si es cierto que las curanderas lo son? ¿No serían buenas y estarían ayudando a los demás?

Thomas se quedó mirándome a los ojos, pensativo. Lo sabía, había arriesgado de más, estaba segura de que él estaba empezando a sospechar.

- ¡THOMAS!

Ambos dimos un respingo y la tensión del momento se vio rota completamente, volviendo a sumirnos en el mundo real.

- ¡THOMAS VEN AQUÍ AHORA MISMO!

- Bueno, tengo que marcharme- dijo rápidamente, levantándose.

- Gracias por hablar conmigo- le dije, sonriendo.

No dijo nada más, entró en la cocina a atender a su madre.

No sabía si había hecho bien en abordarle tan pronto, tal vez tenía que haber esperado un par de días para ganarme su confianza, pero era demasiado impaciente.

La felicidad que me había abordado por la mañana se me estaba esfumando poco a poco, iba a ser mucho más difícil averiguar los secretos de la ciudad.

Continuará…

[Koredanu 877]

Me preocupa que Adela haya desaparecido así si mas, creo que si fuera bruja habría sentido más curiosidad por Moira, que por cierto no esta siendo muy prudente. Aunque bueno, se vio en el norte así que no me preocuparé tanto,,,

[Sanxtv 218]

Como dice Kore, Moira no esta siendo demasiado prudente, solo le falta llevar un cartel de neón que ponga ''Bruja'' xDDDDDD Pero bueno, todo sea por una buena causa xDDDDD

Lo de Adela es raruncio, pero oye, quizás la mujer solo tenía prisa y estaba de paso xDDDD Tampoco nos vamos a poner en lo peor >< Aunque debo admitir que cuando Thomas ha dicho que había una bruja en los calabozos en seguida he pensado en la madre de Moira ._.

[Avenged 307]

Tensión la que he tenido yo leyendo el capítulo XDDDDDDD, que tenía pánico de que se encontrase con los hermanos cabezones esos T-T

Thomas me parece muy liiindito

Me quedé con la duda de si la mujer que conoció, al final fuése bruja o no... También me quedé con la duda de qué le pasó! que no volvió DDD:

En un principio, pensé que la habitación a la que iba a ir "compartida", se encontraría con gentecita mala. (? xD

[Camiii 2.345]

¡¡ahora que Sanxtv lo dice puede que la bruja del calabozo sea la madre de Moira!! no se me había ocurrido, lo de Adela bueno, no creo que sea bruja, y sobre Moira pues bueno, a estas alturas todos sabemos que la prudencia no es uno de sus dotes xDD

[Avenged 307]

A mí tampoco se me ocurrió que la del calabozo pudiése ser la madre de Moira, y no creo yo... Me imagino que su madre tendrá experiencia en hacerse pasar por alguien normal y corriente (??) XDD

[TathySims 834]

Pues qué triste si es su madre, aunqeu ahora uqe lo decís...

Yo creo que sí es bruja y creo que ha huído porque desconfía de ella porque es joven y no quiere meterse en problemas =(

[Merchedj 3.915]

Yo sólo puedo decir que, como siempre, me ha gustado mucho el capítulo aunque en éste no ha pasado muchas cosas pero sí han añadido algunas incógnitas. Me preocupa Adela que se ve una buena mujer y no sabemos dónde está porque Thomas ha dicho que se fué por la mañana y no había vuelto, no que había dejado la posada. En cuanto a la que está en el calabozo, yo no creo que sea la madre de Moira. Mucho tendría que haber corrido para llegar a la ciudad antes que ella y saber desde un principio, a dónde la dirigían los caballeros azules. En fin, esperemos a ver cómo se las apaña para encontrar a una bruja y espero que lo haga con cuidado.

[Sims3Forever 45]

O peor que la bruja del calabozo sea su tía Mirta... Pobre Moira, aun no esta curtida para ese mundo, que tanto la odia... Si sigue hablando con desconocidos, seguramente la pillaran... Y Adela, espero que no le pase nada ¿Quién se ocuparía de sus hijos? me dio pena cuando salió, ser mujer con hijos, soltera y en la Edad media, era casi una sentencia de muerte....

¡Que ganas que salga el siguiente!

Editado 5 oct 2013 por SimsDesperate

[Penseés Nocturnes 39]

Tengo el presentimiento de que algo va a salir algo mal...

La historia está muy chula, ¡ me encanta que ésta suceda en la edad medieval!

Pena que Moira no esté embarazada. xD

El fondo y los argumentos son asombrosos.

¡Espero con muchísimas ganas los próximos capítulos!

[Ginevra 1.523]

¡Gracias por los comentarios! Pensad pensad, que es bueno para la mente xDDDDDDD

siento el retraso, y es posible que los siguientes capis se retrasen porque tengo problemas familiares y no puedo meterme en el ordenador, pero como tengo unos cuantos adelantados espero no hacer un parón

Capítulo 9

Había pasado la noche sentada en el banco, disfrutando el trozo de queso y esperando que Adela regresara con los niños. Pero no regresó. Me quedé preocupada y pregunté a Thomas por ellos, pero no sabía nada.

Regresé a la habitación y me quedé contemplando las camas vacías. Tal vez Adela se había asustado con mis insinuaciones.

Suspiré, triste y sintiéndome más sola que nunca. Me tumbé en mi lecho, quedándome ahí tirada, sintiéndome abandonada.

Entonces me vino a la mente Dante… Dante… ¿Qué me había pasado con él? No entendía esas sensaciones que me pasaban cuando había estado con él, y por qué habíamos acabado yaciendo juntos…

Sonreí tristemente, recordando aquella noche en el molino… y me entraron ganas de volver a ver su torso desnudo, sus ojos ansiosos llenos de deseo… deseándome. Me di la vuelta, intentando apartar esas imágenes de mi cabeza. ¿Por qué habíamos acabado así? Si él me había odiado desde el primer momento. Aunque le había salvado la vida y habían entendido que era una humana con poderes, que no era peligrosa… Pero de ahí a ese arranque de pasión que habíamos tenido…

Sacudí la cabeza. Esperaba que tía Mirta tuviera respuestas para todo lo que me pasaba. Aunque ahora sin la compañía de Adela lo veía todo más difícil. Tenía que quitar esos pensamientos negativos de mi mente, si no me movía no conseguiría llegar nunca.

Me quedé dormida buscando estrategias para averiguar más sobre las brujas de la ciudad, sin tener ninguna idea fija.

A la mañana siguiente me desperté tarde para mi gusto, el sol estaba ya bastante alto y estaba por fin despejado después de unos días lluviosos y oscuros.

Salí de mi cuarto y me dirigí al salón, donde no había nadie. Se notaba que el día incitaba a estar fuera. Thomas se acercó sonriente.

- Buenos días señorita.

- Hola Thomas. Hoy hace bueno… me parece que no tendréis mucho ajetreo…

- No creáis, después del mercado viene mucha gente.

- ¿Después del mercado? ¿Hay mercado?- pregunté, allí podría sacar dinero e investigar, tal vez alguna bruja se pasearía por allí…

- Sí, cerca de la catedral, viene mucha gente de fuera, es uno de los mejores mercados del reino, aunque el de la Capital del Sur tiene mucha mercancía- contó el chico.

- Deja de parlotear y ponle el desayuno.

Thomas dio un respingo y se quedó mirando a su madre.

- Sí, madre, tenéis razón. ¿Qué deseáis señorita?

- Lo de ayer, si sois tan amable- respondí.

Thomas entró en la cocina, dejándome a solas con Brígida. La mujer no paraba de mirarme con el entrecejo fruncido. Al fin habló, cuando ya estaba a punto de decir algo para romper esa tensión.

- ¿De dónde venís?

- Del sur- respondí, sin entender a dónde quería llegar.

- ¿Siempre habéis vivido allí? ¿O habéis viajado mucho?

- He estado por unos cuantos pueblos, pero siempre por el sureste- respondí sinceramente, sabía que esa mujer no representaba ningún peligro, lo sentía claramente- ¿Vos habéis estado por el sur?

- No, nunca he salido de aquí- contestó, mirándome con los ojos entrecerrados-. Siempre he trabajado en esta taberna, desde pequeña.

- ¿Taberna familiar?

- Así es… ¿Vos estáis sola? ¿Y vuestros padres?- siguió preguntando. Noté que estaba cerca del tema principal, lo que la estaba carcomiendo por dentro.

- Lejos. A mi padre no lo conocí y mi madre… está en casa de su hermana.

Brígida se quedó callada, contemplándome seriamente. Entonces se acercó y me miró aún más fijamente.

- Vuestra madre se llama Helena ¿verdad?

Me quedé helada. Mi madre y yo éramos iguales salvo por los ojos y las pecas, pero se veía perfectamente que era su hija. Lo que me había dejado petrificada era que alguien la conociese allí… entonces até cabos.

- Mi madre trabajó aquí ¿verdad?

- Sí, Helena era muy dulce y aquí necesitaba ayuda cuando dejó el refugio de Marta.

- ¿El… refugio?

¿Aquella mujer sabía que mi madre era bruja? O mejor dicho ¿Era bruja?

- Venid, tenemos que hablar en un sitio más tranquilo…

La seguí detrás de la barra, adentrándonos en la cocina. Thomas aún seguía preparándome el desayuno.

- Cuando termines bájalo- le ordenó Brígida.

Thomas se quedó igual que yo, sin comprender qué hacía “la señorita” en la cocina y yendo al lugar secreto de su madre. Brígida abrió un armario, un escobero, empujó una palanquita escondida y el fondo del armario se abrió, dejando paso a una estrecha escalera. Brígida comenzó a descender y la seguí ante la atónita mirada de Thomas.

Bajamos al sótano no oficial, era pequeño y oscuro. Brígida encendió una vela de una mesa, inundando la estancia de una cálida luz. Miré en derredor, viendo las paredes recubiertas de libros antiquísimos, libros sobre brujería y libros del mismo estilo que los que tenía madre. También había un caldero con muchos frascos. Brígida se sentó en un banco de madera, estaba sonriente.

- Bienvenida a mi pequeño escondite.

- Sois bruja- conseguí decir, llena de felicidad.

- Así es.

- ¡Contadme! ¡Contadme la época de mi madre aquí!- pedí, sentándome a su lado.

- Vuestra madre era joven, buena trabajadora y una bruja adorable. Había llegado desde la Orden Sibilina.

- ¿Orden Sibilina? – repetí sin entender.

- ¿No sabéis lo que es? ¿Helena no os explicó qué es el refugio donde está su hermana? – inquirió extrañada.

- No, madre quería evitar cualquier tema relacionado con su pasado y con tía Mirta- murmuré.

- Ah… vaya, siguió en sus trece. Veréis. Helena llegó desde allí dispuesta a comerse el mundo. Había vivido en el refugio de la Orden toda la vida y quería ser libre y vivir normal, a pesar de su condición. En aquella época tenía a otra bruja a mi cargo, Úrsula, que acabó huyendo de su marido cuando descubrió lo que era… qué desgracia… bueno, el caso es que siempre me gustó acoger brujas que buscan una oportunidad, una vida.

- Úrsula era algo más mayor, pero rápidamente se puso celosa por la belleza y alegría de Helena, y más el éxito que cosechaba entre los hombres de la zona. Pero Helena no se fijaba en ellos. Nunca supe cuándo conoció a vuestro padre, ni quién era ni de qué familia…

- ¿No lo sabéis? – había tenido una esperanza repentina de saber más sobre mí, sobre de dónde provenía.

- No, Helena era muy celosa con eso y nunca quiso contarme nada. Tal vez porque él era de una familia adinerada o por lo que fuera le pidió que no se lo dijera a nadie, y ella obediente no lo contó. El caso es que sí que me dijo que estaba preñada y que su hermana le dijo que sería una niña- recordó, sonriendo-. Creo que eso se lo llegó a decir a él, pero fue lo último, porque a los pocos días Helena llenó su petate y se marchó en plena noche de la ciudad.

- ¿La dejasteis irse sola, de noche y embarazada?- sentí rabia en ese momento, pensando en todos los peligros que madre podría haber afrentado en esos momentos.

- Sí, en esa época estaba sola, Úrsula ya se había casado y tenido hijos, dejó la taberna y aún no la había reemplazado. No podía dejar la taberna por Helena, pero le pedí que me mandara cartas. Nunca lo hizo. Me dijo, mientras hacía el equipaje, que no quería que su hija supiera nada de las brujas, quería alejarla de todo esto y que nunca se acercaría al oeste y al norte. Creí que sería por el enfado y el temor, por la ira y la rabia que sentiría durante unos años, pero no que fuese verdad.

- Pues fue al norte, al refugio de… la Orden- dije, frunciendo ligeramente las cejas-. Estuvimos tres años allí. Quiso esperar a que fuese más grande para poder adentrarse otra vez al reino y poder criarme mejor…

- Vaya… la verdad es que tuve algo de culpa y siempre me reconcomía no haber mandado una carta a Mirta, sabía que vivía en el refugio, pero nunca me atreví a decirle que su hermana había salido espantada- estaba dolida de verdad y arrepentida-. Comprendo a vuestra madre, tener una hija es una maldición y una bendición. Siempre me alegré de tener un chico, así nunca tendría que vivir con el miedo de ser descubierto y tener que huir.

- Solo son brujas las chicas ¿verdad?- pregunté. Era algo que no había preguntado a madre, pero al ir haciéndome mayor me di cuenta que siempre hablábamos de brujas y no de brujos.

- Así es. Una bruja puede tener tanto chicas como chicos, pero si tiene una hija será bruja- me cercioró.

- ¿Y hay muchas brujas? Madre me dijo que en el refugio hay muchas.

- Bueno, según como quiera verse, pero sí, en el refugio hay entre cien y doscientas viviendo allí. Luego hay otras que solo están de paso o de visita, el lugar es un santuario para nosotras- explicó Brígida ante mi asombrada mirada.

- ¿Doscientas viviendo juntas? ¿Un santuario? ¡Creía que sería como una cueva en la que sólo vivían unas pocas con mi tía!

- Bueno, mal encaminada no ibais. El refugio se llama Catacumbas Arcanas, allí vive la Orden Sibilina y dan refugio y protección a cuantas más brujas puedan, intentando que haya un orden y que ninguna llame la atención. Así intenta evitar las quemas de brujas innecesarias.

No sabía si contarle que yo era inmune al frío y el calor. Aunque ahora estaba convencida que en las Catacumbas Arcanas habría explicación para ello, para todo lo que me estaba sucediendo.

- ¿Y cómo puedo llegar allí? Tuve que separarme de madre y estoy segura de que irá allí- decidí preguntar, cuanto antes me fuera mejor.

- Desde aquí hay que ir como si se fuera a la Capital del Este. A mitad de camino hay un gran sauce rodeado de unas violetas, pues desde ese punto torcéis hacia el norte, siempre al norte durante muchos días. Es un camino algo difícil por el frío y caminar por la nieve se hace más duro, pero todas lo hacemos de vez en cuando. Debería de volver… fui de pequeña y no recuerdo bien el sitio, desde entonces no salí de aquí, como os dije… Bueno, de vez en cuando veréis sauces, indican que vais por buen camino, siempre al norte. El último está al lado de un lago, al llegar a él, una se apoya en el tronco y la entrada a las Catacumbas será revelada.

- ¿Apoyándose en el tronco?- estaba segura que era el árbol que vi.

- Sí, detecta a las brujas, así que tranquila, una persona normal no haría nada.

- Gracias por decírmelo, al fin podré volver con madre y averiguar algunas cosas- agradecí de corazón, deseando ver a madre.

- ¿Cuándo partiréis? – preguntó Brígida. Noté que su mirada se tornaba algo triste.

- Mañana, no quiero perder más tiempo y más si aún me queda mucho para llegar.

- Comprendo… bueno, es un alivio saber al fin algo de Helena y de su niña… Y mi niño ha debido salir al padre porque es un despistado… ¡THOMAS!

- ¿Y él sabe que sois bruja? –pregunté.

- Sí, lo sabe desde pequeño. Enviudé joven, mi marido era cazador y falleció en una cacería… Pero él también lo sabía y me quería con ello, lo aceptó sin problemas porque comprendió que era humana y que no era mala, sino al contrario, mis poderes eran buenos.

- ¿Entonces hay gente que lo acepta de verdad?

- Así es, hay maridos que lo aceptan y aman igual o más a sus esposas. Así que tranquila, si te enamoras tal vez él lo acepte- me dijo, guiñando un ojo-. Bueno, tendremos que subir, este niño es un desastre…

Nos levantamos y mientras ascendía las escaleras Brígida apagó la vela.

Thomas no estaba en la cocina, pero sí mi desayuno. Brígida me lo puso en las manos y salimos al salón, donde ahora sí que había gente y Thomas los atendía. Entonces ambas entendimos por qué Thomas no había bajado. Había un par de Caballeros Azules y era arriesgado bajar justo cuando estábamos en el sótano secreto.

- Vale, esta vez tiene una excusa- farfulló Brígida, componiendo su mayor sonrisa y yendo a saludar a los dos hombres.

Ahora ya no necesitaba seguirlos para averiguar algo. Estaba deseosa de dejar la ciudad y llegar al norte, ver la nieve y buscar los sauces hasta llegar a las Catacumbas Arcanas.

Thomas se apartó y me dejó ver quién era a los que atendía. Los ojos de Dante se clavaron en los míos.

Pude notar que se cabreaba a la vez que se aliviaba, pero no hizo ningún gesto ni reacción indicando que me conocía.

Giré a la izquierda y me metí por el pasillo de las habitaciones casi corriendo, buscando refugio en mi cuarto. Ahora me sentía contenta de estar sola ahí dentro.

Dejé la bandeja en la mesa y me senté en la banqueta, decidida a zamparme lo que pudiera, no tenía ganas de salir en muchas horas. Aunque Dante seguramente me esperaría lo que hiciera falta. O tal vez se iría y regresara con refuerzos.

Entonces alguien llamó a la puerta, pero no esperaron respuesta. Edmund y Dante entraron seguidos de una sulfurada Brígida.

- ¡Os he dicho que es una injuria!

- Señora, esta bruja se nos escapó. Así que si no quiere acabar como ella no se interponga en nuestro trabajo- resolvió Edmund, dejando a Brígida sin saber qué replicar.

Brígida me miró, buscando una respuesta en mis ojos.

- Es cierto lo que dicen estos caballeros, Doña Brígida- resolví, era lo mejor.

- ¿He tenido una bruja bajo mi techo?- preguntó Brígida, fingiendo a la perfección. Aunque noté que aquello le dolía hacerlo.

- Lo siento, Doña Brígida, no quería manchar su reputación.

- Vamos, hora de terminar nuestro trabajo- terminó Edmund, sacándome de la habitación.

Dante se quedó detrás de mí, pero aún así pude guiñarle un ojo a Brígida para tranquilizarla. No quería que se arriesgara por ayudar a la hija de su amiga.

Salimos de la posada al soleado día, al final no había resultado el mejor. Caminamos un buen trecho, haciendo que la gente se girase para mirarnos. Ahora sí que me molestaba que me mirasen, porque me estaban viendo como una bruja, con miedo y odio.

Al fin entramos en un edificio de piedra vieja, un sitio lúgubre repleto de otros Caballeros Azules.

Edmund y Dante me bajaron tras hablar con uno anciano, que solo servía para documentar las brujas que entraban y salían. Tras quedar apuntada me entregaron un vestido mohoso y me obligaron a cambiarme en una sala aparte. Por suerte Edmund y Dante se giraron, sabían de sobra que no les haría nada.

Una vez vestida con ese traje, ambos me acompañaron a los calabozos. Allí habían cientos de celdas, me quedé anonadada al ver tantas celdas y la gran mayoría ocupadas. Aunque algunas no había mujeres, sino hombres. Parecía ser que tanto los Guardias como los Caballeros Azules compartían los calabozos.

Nos adentramos en uno de los múltiples pasillos hasta que se detuvieron delante de una celda vacía. Edmund la abrió y me cedió el paso, cerrando tras de mí.

Suspiré. No había podido evitar acabar ahí, había sido un viaje absurdo, o más bien una huida poco fructífera. Edmund se marchó, sin decir nada. No llegué a ver su rostro, pero me parecía que me evitaba.

- Hablaremos bien de ti, abogaré por ti, lo sabes- dijo Dante profundamente.

- Sabes que da igual lo que digas- farfullé.

- Mi padre tiene peso, es el Capitán de los Caballeros Azules.

- ¿Y cómo crees que reaccionará al saber que uno de sus hijos le debe la vida a una bruja? ¿Que la defiende? ¿Que ha yacido con ella?- lo último lo susurré para que sólo él me escuchara.

Dante apretó la mandíbula, aguantando mi mirada aunque noté cómo se ruborizaba ligeramente.

- No sé cómo pasó aquello…

- Ni yo, pero sí sé que es por algo. Las cosas ocurren no porque sí, si pasó era porque tenía que pasar- dije de mala leche, sentía que aquello era así, que había algo más oculto en eso y me frustraba no saber lo qué.

- No es eso… hay algo… hay algo que me atrae… hacia a ti- gruñó al fin, como si le costase decirlo-. Y no lo entiendo, no entiendo qué es lo que pasa.

- Dante, márchate, vas a volver así que déjame estar sola para asimilar lo que viene- pedí, sentándome en la madera que hacía de lecho.

Dante no dijo nada, me miró unos segundos y se alejó de mi celda.

No me gustó verlo alejarse, sentía que un hilo invisible se ponía en tensión entre nosotros, como queriendo atraernos… ¿Era eso a lo que él se refería? Era posible.

Continuará…