Search the Community

Showing results for tags 'Historia cancelada'.

  • Search By Tags

    Introduce etiquetas separadas por comas.
  • Search By Author

Found 256 results

  1. Si no leéis bien algunas imágenes, pulsar Ctrl y + para hacer la página más grande, sorry. Creo que para empezar me he emocionado editando demasiadas fotos, pero es bueno leer, así que... xDDD Para el próximo capítulo me encargaré de que se lean mejor las letras. Un beso a todos, espero que os haya gustado :3
  2. Un Alma Perdida Cuando una joven llamada Zira cumple 16 años sufre de un abuso sexual a manos de un comandante de la guardia militar quien es asesinado de una manera sospechosa en la cual ella se ve involucrada y culpable. En prisión se entera que de ese abuso nacerá una niña la cual deberá entregar y cumplir su condena de 6 años pero ésta debido a su excelente comportamiento se le permite estudiar una carrera y ella opta por un entrenamiento policial, una vez que cumple su sentencia se reencuentra con su hija e ingresa al centro policial como policía. 20 de diciembre, tras un arresto policial en donde Zira fue incapaz de dispararle al asesino, ella renuncia. Llegando a su casa contesta el teléfono y recibe la peor noticia, su hija ha sido asesinada. Tras suspiros y llantos, jura venganza pero… ¿Hasta donde puede llegar una madre por venganza? La muerte nunca es la solución hasta lograr destruir las emociones. Si pensabas que la inocencia dura por siempre no conoces un alma asesina Video:
  3. Bueno,he decidido hacer mi historia y tengo ya listo el primer capítulo. ¡Enjoy! -Caída Capítulo 1: Comienzos... ¿Recordáis lo que dice la gente sobre tus últimos momentos de vida?¿Eso de que siempre ves toda tu vida por delante? Pues bien,no mienten...a medias. Ahora mismo,lo que para ellos son segundos,a mí me permite recordar el porqué me sucedió a mí. Esta es mi historia y he aquí su comienzo. Mis padres,Anna y Joan Dollan,me pusieron de nombre Jade.Soy hija única. Nací en Sim,la capital de la provincia de SimCity (Curioso,City en el nombre de una provincia...) pero más tarde,por motivos del trabajo de mi padre,al poco de nacer nos tuvimos que mudar a Cornuaies (O Sunset Twins) una pequeña ciudad al este de la provincia. Me matricularon en el colegio Arklay.Todo iba bien. Yo estaba lo que se dice “ a mi aire” ya que mi madre trabajaba en el hospital Babel como enfermera por las tardes. En cuanto a mi padre...no sabía en que trabajaba. Solo sabía que salía a las 12 y regresaba tarde. Todo era normal...hasta ese día. Sucedió hace cinco veranos. A mi padre le habían dado vacaciones y mi madre trabajaba menos horas por motivos que directamente no paré a pensar. Era de noche. Me desperté por un ruido extraño. Recuerdo tener un miedo espantoso y no poder siquiera moverme. De algún lugar saqué suficientes fuerzas para abrir la puerta y correr hacia la habitación de mis padres...cruzando al otro lado del pasillo. Corriendo llegué a la puerta cuando empecé a escuchar como alguien subía las escaleras rápidamente,haciendo que mi corazón subiera a las cien pulsaciones por minuto. Me di la vuelta para comenzar a correr a mi cuarto,pero no daba tiempo.Tenía dos puertas delante mía.A mi izquierda el almacén de mi madre.A mi derecha el segundo baño. Rápidamente me escondí en el almacén y procuré estar en silencio. Cada vez oía los pasos mas cerca hasta que le vi por la pequeña rendija de la puerta. Iba negro completamente y cubría su cabeza con un pasamontañas negro igualmente. Después de eso,todo lo demás paso demasiado rápido. Él entró en la habitación de mis padres de un portazo. Mi padre se levantó corriendo para intentar pararle pero el ladrón sacó un arma y le disparó,emitiendo el sonido más estridente y angustioso que pude oír en toda mi vida y haciendo así que cerrase los ojos y me tapase los oídos. No quería saber nada,no quería oír nada. Quería alejarme de allí y gritar fuerte para llamar la atención,pero no podía y me resigné a escuchar los gritos,los disparos,las peleas,y sin previo aviso,todo silencio...La calma había invadido todo el lugar,pero era una calma inquietante. Esperé tres minutos y abrí la puerta con cuidado y pude ver a mi padre,en la pared,tirado,llevándose el dedo indice hasta los labios en señal de silencio. Obedecí,pero eso no evitó que las lágrimas salieran de mis ojos enrojecidos. Me acerqué a él. Estaba moribundo. Cogió algo de su bolsillo y me lo tendió en la mano,a la par que señalaba el escritorio de su habitación. Después me dijo,con una voz que me removía el alma: -Escondelo...a todos. No pudo decir más debido a que empezó a toser sangre y con falsas esperanzas de que se levantara,se empezó a arrastrar. Le dije que no se moviera,pero hizo caso omiso. Me digné en mirar hacia el lado en el que miraba y fue en ese momento cuando no pude más. Mi madre,con su cabello rubio y brillante,yacía mirándome,dejando mostrar así el terrorífico agujero que mostraba en la frente. Corrí hacía ella. La llamé,la grité,la zarandeé,pero sin respuesta alguna. Algo me agarró el pie. Mi padre. Pese a mis advertencias se movió,dejando tras de sí un rastro de sangre oscura. Se fue hacia mi madre y agarró su mano. Después un suspiro. Miré mis manos,cubiertas de sangre caliente. Todavía sostenía la llave que mi padre me había dado momentos antes. Haciendo de tripas corazón me dirigí hacia el escritorio. El tercer cajón,el único con una cerradura. Metí cuidadosamente la llave en la cerradura y la giré,esperando encontrar cualquier cosa,ya fuera un arma a una pócima mágica que les reviviese,pero nada. Solamente encontré una carpeta. Ni pócimas ni armas ni nada. Solo una simple y sosa carpeta. Resignada la cogí recordando a mi padre. La guardé junto a mi diario en mi cuarto,bajé al primer piso y marqué en el teléfono tres simples números que para nada arreglarían lo hecho. FIN CAPÍTULO 1: Comienzos. Imágenes: Portada: http://tinypic.com/r/104jnn8/7 http://img847.imageshack.us/i/screenshot3g.jpg/ http://img840.imageshack.us/i/screenshot5ik.jpg/ http://img5.imageshack.us/i/screenshot6ln.jpg/ http://img98.imageshack.us/i/screenshot7we.jpg/ http://img841.imageshack.us/i/screenshot8v.jpg/ http://img837.imageshack.us/i/screenshot9jd.jpg/ http://img233.imageshack.us/i/screenshot12dp.jpg/ http://img29.imageshack.us/i/screenshot14uw.jpg/ Curiosidades: - El "ladrón" es la versión adolescente de Jade. - La Jade adolescente figura en el árbol genealógico como hija de Joan y Anna,pero la Jade niña no. - La casa base para la casa de los Dollan era la de Los Simpson,pero luego fue algo retocada por mí. - En la fase beta iban a ser una familia numerosa,en la cual uno de los hermanos iba a matar a los padres y algun hermano y luego fugarse. - En la fase Alpha cambié el protagonismo a Anna,la cual iba a vengarse de los asesinos de su marido.Para ello,Anna iba a abandonar a sus hijos dejándolos a cargo de su hermana,pero Jade,la mayor,se interesaría por el paradero de Anna y acabaría en la trama. - Fuero aniquilados 5 sim para la realización de las poses de los cadáveres,para ver cual era mejor: Si la del Pose player o la predeterminada. - Debido a un mod para activar las animaciones Jade niña tuvo unos llantos de tres días y medio,faltando tres días a clase y llegando a tener un suspenso por bajo rendimiento. - Como he dicho anteriormente,5 sims fueron aniquilados,3 fueron trasladados a un bucle infermal de llantos,muertes y casos severos de indecisión ante si levantarse o no de la silla.También fueron pateados 7 gnomos debido a mi cabreo y a mi poder sobre las acciones sim.
  4. Capitulo 1 .:. ¿Alo? Oficina de la Marielle Kwan, ah, y del idiota usurpador. Llegue al trabajo media hora antes. Siempre lo hacia. Me gusta tener ordenada la oficina antes de que lleguen todos. Me dirigí a mi oficina, como siempre, a escribir noticias, pues de eso trabajaba. Reportera del diario de Oak Coast. Una idiota, pero reportera al final. Pero cuando entre, lo que vi me enojo. En MI oficina, habían puesto otro escritorio. En MI oficina. No podía enojarme más. Cuando creía eso, me demostraron que todo es posible. El usurpador había llegado… -Hola. Tú eres Marielle Kwan, no? -Si. Y tu?- Dije, entre dientes. Claro que sabia quien era. El usurpador de mi oficina. -Por lo que veo, el usurpador de tu ofi, no? Jejeje- Oh, si, ríete idiota, ya veras. – Vincent Prince. Un gusto. -Jaja. El gusto es mío -Dije, sin ganas, cortante. -Kwan! A mi oficina! –Grito el editor. Oh si, te crees mucho porque eres el sobrino del jefe, amargo. Ademas, no hace falta que grites, estas al lado mío, idiota. -Bueno, nos vemos- Dijo Vincent. -Adiós. -Kwan, hay una ola de asesinato en la ciudad. En tu computadora esta los números y todo eso. Anda, ve, escribe. -Si Sr. -Dime Tom, me arte de que todos me digan Sr. -Ok Tom. -Eh, no abuses de mi confianza. -Esta bien.- Que tío pesado. -Que pasa, compa?- Anda, quieres saber que pasa, cómprate el diario, inútil. -Nada, una ola de asesinatos. Y quieren que escriba sobre eso. -A mi me dieron lo mismo.- Contesto, dubitativo. -Entonces tendremos que hacerlo juntos.- Con lo que me gusta compartir el crédito. -A trabajar.- Concluí. Una ola de asesinatos. Y todos los cuerpos hallados sin sangre. Ese no era un asesino normal, ni era uno solo. Sino, que eran varios de los suyos. El, Federico, Laura y Linda tendrían que tomar las riendas del asunto. Ah, claro, y sus padres. -Alo? Oficina de Marielle Kwan?- Un carraspeo de garganta le hizo decir- Ah, y de Vincent Prince- Para mis adentros, agrege- el idiota usurpador. -Como?- Dije, casi gritando.- Pero, Ginna, estoy en el trabajo, no puedo ir a casa. Si, debajo del tapete esta la llave de la puerta. Entra y no revises nada! El me miraba con cara de duda. -Mi hermana menor- Me limite a decir. -Ah, si, yo también tengo que lidiar con 3 de esos. 4 años menos que yo. -La mía 6 años menor que yo- Dije- Ginna. La malcriada. Es maestra particular. La que siempre conseguía chicos. -Ah… Eh! Que tú tampoco eres fea! -Perdón?- Dije, con un tono de sorpresa. Me había dicho linda? -Si, tampoco eres fea. -Bueno, terminamos.- Dijo el, con orgullo. Termine, querrás decir. Me levante a la maquina de café. Por intentar parecer amable, dije. -Quieres uno? -No, gracias. -Y… De donde vienes?- Pregunte, intentando ser amigable. -De Port State. Era… Un poco… Desolado. -Ah… -Y que cuentas de tu vida?- Me dijo, con una hermosa expresión dubitativa. Hubiera dicho que por que queria saber, pero me contuve y conté todo. Huérfana, a cargo de su hermana menor, me había comprometido pero la plantaron en el altar, no me agradaban los niños y muchas idioteces más. El me contó que vivía con sus padres, y sus 3 hermanos. Linda, Laura y Federico. En eso estábamos cuando de pronto sonó el teléfono. El atendió. Apena susurraba, pero pude escuchar, un pásame con Linda. Y luego, pásame con Laura. Esto último lo grito. -No sean idiotas y compórtense! Espérenme a que salga del trabajo y no hagan idioteces! Por favor! Se van a matar! -Hermanos menores?- Aventure. Seguro era eso. -Si… Locuras de niñatas.- Dijo, frunciendo el ceño. Si, eran locuras. Una ola asesina de los suyos estaba aquí, y ellas no tenían mejor idea que combatirlas solas. Esta bien, eran buenas peleadoras y además, eran de buenos tipos de vampiros. Pero sin el, ni Federico, ni Liana (su supuesta madre), ni Lorenzo, ellas no pelearían. Eran muchos contra 2 idiotas. Era un acto suicida. El reloj marco las seis y me levante para irme. Tenia que ir a casa a ver a Ginna, y ver porque había venido a Oak Coast. Y a dormir, claro. Pfff...… Y ahora, tenía pensamientos sobre el idiota de su compañero… Que nervios. -Hola Ginna.- Dije, cuando entre. -Hola hermanita! Abrázame, anda! -Y porque viniste aquí? Digo, no estabas casi a punto de comprometerte con Laurent?- Dije, sin querer meter el dedo en la herida -No, vine aquí para ejercer de maestra particular- Dijo- Tengo mi cuarto/oficina aquí, no? -Genial- Dije. No era genial, era una mierda. No quería a mi hermana viviendo conmigo.- Y donde dormirás?- No quería a alguien en mi cama… Bueno, si… Quizás al usurpador… -En mi cama. Mi cuarto es el mismo, no? -Si… Me voy a bañar y a dormir. Si quieres comer algo, te cocinas, eh? -Claro- Dijo, sentándose a mirar la TV. Cuando me fui a dormir, una leve brisa acaricio mi cara… Y su figura apareció en mi sillón… Era un sueño… Espero que les guste! Besitos!
  5. Esta historia es una mezcla entre el reto de ''Universitarios'' y mi visión de como es una universidad en la vida real. El reto que he creado (de momento no esta disponible) subiré mañana en mi blog como muy tarde, de que trata las reglas, puntos positivos, negativos y por supuesto sus objetivos. La historia ''La Universidad Según Los Sims'' trata de como una chica (Hannah Miller) entra en una residencia de universitarios, para estudiar la carrera de arte. Pero como todo adolescente, se para distrayendo con cualquier cosa en el estudio.. por ejemplo con fiestas, amistades nuevas o.. chicos. Hannah tendrá que aprobar todo y elegir que camino quiere seguir antes de que acabe la universidad. Perdón por que las imágenes sean tan enormes xD Personajes principales: El post será inmesamente grande pero por no hacer doble post pongo aquí el capitulo 1 xD __________________________________________________________________________________________ Espero que os haya gustado ^^ Un saludo a todos
  6. Mi nueva serie: SCARS

    Hola , les quiero compartir mi primera serie de los sims! aquí les dejo los 2 primeros capítulos :DD. salu2 :) ya saque el 3 pero no me deja ponerlo xd, de todos modos en el 2do cap esta una anotacion para ver el 3er0 (:
  7. Nueva historia,espero que pinte bien... Capítulo 1...Libertad
  8. ---SIN ROSTRO---

    ¡Hola! Antes de nada, me presento, ya que es la primera vez que escribo en este foro Mi nombre es Raquel, mi nick ImagineRe y... Aquí os dejo mi primera historia. Comenzaré por el primer capítulo... Espero que os guste. Capítulo 1 ----Dave---- Faltaban cuatro días para que el plazo finalizara, pero Duncan, uno de los mafiosos más temidos del país, no aguantaba más; llevaba días pensando que lo más sensato era adelantar el esperado fin, pues la víctima se negaba a hablar y con aquel revuelo que estaba causando el secuestro había descuidando los demás encargos. Revisó unos últimos documentos e hizo pasar a su fiel secretaria, Emily. Ésta entró con paso lento, asintiendo con la cabeza a modo de saludo a los gemelos Brigton, los guardaspaldas de Duncan, dos mamotretos fuertes y anchos como armarios, que no se separaban ni un solo segundo de su superior. -¿Tienes el nuevo encargo, pequeña? -habló Duncan con ese característico tono de voz capaz de erizar el cabello a cualquiera. Emily asintió, entregándole una carpeta color ocre. -¿Dónde está Dave? -preguntó hojeando la carpeta. Emily señaló a su derecha. Un chico de cabello oscuro y ojos claros, ajeno a lo que estaba ocurriendo en el despacho, observaba el chasquear de la madera en la chimenea mientras pensaba en lo triste y patética que era su vida. -¿Quiere que le avise? -preguntó en un susurro Emily. Duncan negó con la cabeza haciéndola marchar y fijando su mirada en Dave. Éste era uno de los empleados más eficientes de la empresa de Duncan. Su padre le había llevado y presentado como su sustituto, ya que éste sufría un terrible cáncer y tenía que alejarse del trabajo. Había argumentado que se trataba de una "joven promesa" y que en el interior de Dave no había espacio para la compasión ni la piedad, así que era perfecto para el puesto. Duncan había aceptado al muchacho como ofrenda al fiel servicio de su padre. Duncan revisó los documentos que había en el interior de la carpeta ocre, dibujándose en su rostro desgastado por las drogas una pequeña sonrisa de satisfacción. -Esto será fácil, muy, muy fácil... ¡Dave! Éste no respondió, seguía completamente absorto con la mirada perdida en el fuego. No entendía por qué seguía trabajando para Duncan, le odiaba. -¡Dave! El eco de la voz de su jefe se coló en su oído, haciéndole volver a la realidad. Se separó del fuego y acudió a la mesa en la que Duncan permanecía bien serio mirando la carpeta con el nuevo encargo. -Quiero que te la cargues -habló directo clavando su mirada en la de Dave -no tenemos más tiempo. -La orden era para el 16 de marzo, aún estamos a 12. Hoy hablará, estoy seguro. -Esa zorra no va a soltar nada -lanzó la carpeta ocre encima de la mesa, dibujándose en su rostro una leve sonrisa -Nueva tarea. -¿Quién es? -preguntó mirando inexpresivo la carpeta. -Elizabeth Keller, hija de Jhonson, el cabrón que denunció al juez Gonsel. Toda la información está ahí -añadió señalándola -después de acabar con la otra, quiero que te dediques de lleno a este caso, nos pagarán una millonada. -¿Qué hago con el cuerpo? Quedé con los del furgón para que se la llevaran el 16 de marzo, no el 12 -se quejó con mala cara. -Tú sabrás. Para algo te pago, ¿no crees? Dave asintió con el rostro tenso, recordando una y otra vez que si se lanzaba contra Duncan, él iba a ser el único perjudicado, ya que los malditos gemelos no tardarían ni un segundo en rajarle la garganta. Así pues, Dave se dio la vuelta y se marchó con paso lento. Al pasar por el despacho de Emily, ésta le hizo parar lanzándole una bola de papel desde la mesa en la que estaba trabajando. Dave la miró sin comprender, reparando en su rostro angelical. Era hermosa. No entendía cómo alguién así había acabado en un lugar como ése, junto a la panda de mafiosos que conformaban todos los empleados de Duncan, incluído el propio Dave. -Dave, el nuevo caso... -¿Qué? -masculló con mala cara. -Ten cuidado. -¿Acaso conoces a Elizabeth Keller? -preguntó extrañado. Emily bajó la mirada. -¿Qué ocurre? -He oído cosas, Dave... Cosas horribles de esa familia. -¿Y qué es lo que nosotros hacemos? ¿Obras de caridad? No dijo más, agarró con fuerza la carpeta ocre que le había cedido su superior y se marchó a la vieja fábrica de conservas, en donde estaba capturada Nines Braid desde hacía tres semanas.
  9. Bueno, este es mi primera historia, a ver que tal se me da... puede que algún tiempecillo no cuelgue cuando empiecen los exámenes, pero siempre que pueda lo haré! Aquí os dejo la portada: Nota: La de la portada no es la MADRE, es ANAÍD de MAYOR xD Ahora cuelgo el primer capi =)
  10. Infidelidad

    He decidido crear una historia :) (El instituro SPAB eh... olvidenlo xD). Esta es una historia dramatica y supongo que con el titulo y la imagen ya se daran cuenta de que se trata. Una familia feliz se puede destruir en un segundo, o quizas en dias, este es el caso de la familia Jefferson, una familia muy unida, hasta que la hija mayor descubre un secreto muy oscuro de su padre, dia a dia veremos como esta familia se ira quebrando hasta que finalmente... ¿quien sabe? Lista de capítulos: Capítulo 1: Mudanza Capítulo 2: Llamada Capítulo 3: La Verdad
  11. Two Sides

    Ésta es una serie de género: Fantasía, suspenso Bueno, ésta serie la venía haciendo hace tiempo, pero no la posteé porque pensé que no era necesario, sin embargo... Me dió por postearla... CAPÍTULOS 1.01 - New Drama On My Life (Piloto) 1.02 - Love, love, love 1.03 - Confessions 1.04 - Oh no Aún me encuentro haciendo los dos últimos episodios... Aunque me están dando problemas, no van a tardar demasiado, porque estoy de vacaciones...
  12. ANA, NO MIRES ATRÁS

    Hola chicos! Escribí hace mucho esta historia y la publiqué en la página de los sims, así que si alguien leía los diarios de allí, quizá os suene... La historia de "Bite Me" la he tenido que dejar porque de momento, hasta que consiga instalar los sims en este ordenador, no podré actualizar... Bueno, empezamos. Espero que os guste! ANA, NO MIRES ATRÁS 7 años antes… —Prométeme que te pondrás bien… —Le cogí la mano a mi madre y hablé atragantándome con mis propias lágrimas. —Ana… —Susurró sin apenas fuerza. —No mamá, ¡prométemelo! —Yo… —Me apretó con fuerza la mano— Yo… Su mano se soltó y entonces lo supe. Había muerto. En ese momento todo en aquella habitación, absolutamente todo, perdió color y se volvió de un tono pardo y sombrío. Los sonidos desaparecieron, excepto el pitido continúo de la máquina que marcaba las constantes. Vi cómo una enfermera entraba corriendo y me apartaba de un empujón, pero no más… Mi mente, al ver la mano de mi madre desplomarse, había decidido bloquearse y no guardar más recuerdos. Casa de los Martínez Septiembre 2010 21:00 PM Siempre he pensado que el mundo sería mucho más fácil si no existiera la tristeza ni el dolor. Sería un mundo repleto de sonrisas y de alegría, o no… Si no sabemos qué es la tristeza, ¿sabemos apreciar la felicidad? ¿Cómo saber si eres feliz si nunca has sido infeliz? —suspiré— Aquí estoy… Como todas las noches mirando como una imbécil las estrellas. Bah, como si ellas fuesen a solucionarme la vida… —¡Ana! —Oí gritar a mi padre desde el otro lado de la habitación —¡Abre la puerta! No me di demasiada prisa. Me metí en la habitación y abrí con calma la puerta. —Qué pasa… —Pregunté con tono pesado. —¿Como que qué pasa? ¡Lo sabes perfectamente! —Me gritó furioso—. ¿Qué forma es esa de tratar a Marta? —Se lo merece —Contesté orgullosa. —¿Cuántas veces te he dicho que la respetes? Tiene todo el derecho a regañarte. —Eso habría que verlo. —¡Ana, ella también es parte de la familia! —Exclamó arrugando la cara. En ese mismo momento habría gritado con todas mis fuerzas “¿Pero qué dices? ¡Esa trepa nunca pertenecerá a nuestra familia! ¡Lo único que quieres es tu dinero!” pero no dije nada… Sabía que si salían esas palabras por mi boca, me ganaba un guantazo y, qué queréis que os diga, no me apetecía nada… —Baja ahora mismo y le pides perdón. —Pero papá… —No quiero volver a oírte —Me cortó dándose la vuelta—. Si no bajas, olvídate de salir de casa y, por supuesto, la paga desaparece. Maldita sea, no le aguantaba, ¡ni a él ni a su estúpida novia! Odiaba cuando se ponía en plan “padre autoritario”. Se pasaba el día en el trabajo, apenas pasaba por casa, pero cuando lo hacía era insoportable, siempre acabábamos discutiendo. Había días que se los pasaba encerrado en su despacho. Si yo le interrumpía me gritaba unas cuantas estupideces y me cerraba la puerta en las narices, si le interrumpía Marta, la recibía con un abracito y después la invitaba a cenar. ¿Cómo no iba a odiar a esa mujer? Creo necesario contaros cómo se conocieron mi padre y su estúpida novia. Éste, hace tres veranos, tuvo que marchar por cuestión de trabajo a MitCity, una de las ciudades más bonitas de nuestro país. Allí vivía Marta que, por aquel entonces, era una don nadie que vivía de las propinas del bar en el que trabajaba, y estudiaba en una escuela de arte dramático que apenas podía pagar. Una noche, mi padre, emocionado por la venta de unos terrenos en esa ciudad, decidió ir a celebrarlo con algunos compañeros de trabajo. Bueno, pues entre copa y copa, acabaron él y sus amigos, borrachos perdidos en el bar de Marta. El muy estúpido de mi padre acabó prendado de ella y le pidió que se fuera a vivir con él. Inexplicable. Mi padre comenzó a ganar más y más dinero, pues le ascendieron a director general del banco de la ciudad y, con algunas ventas estratégicas, consiguió multiplicar los beneficios por cada ingreso de dinero en el banco. Ahora vivía rodeado de guardaespaldas y, como no, de dinero. Aquella vida le encantaba, aunque estuviera siempre liado con el trabajo. Tenía todo lo que deseaba; una mansión frente al mar, una novia guapísima quince años más joven que él, un trabajo perfecto y montones y montones de billetes. ¿Y la hija desobediente y poco agraciada? Creo que en la "vida perfecta" de mi padre, no había espacio para mí. Y ahora, volvamos a la historia… Bajé las escaleras malhumorada, repitiéndome una y otra vez que no me estaba rebajando, solo estaba luchando por conservar mi paga. Llegué al salón y allí la vi, sentada en el sofá mirándome como diciendo “¿Qué Ana? ¿Has visto como manejo a tu padre?” Me tragué mis ganas de romperle la cara y comencé con el teatrillo. —Marta… —Me puse la mano en el pecho y hablé dramáticamente—. Lo siento. Perdona el comentario de “tú no eres quién para mandarme” Estaba… Equivocada— Exageré las palabras haciendo una mueca. —¡Ana! —Volvió a gritarme mi padre. —No te preocupes Lorenzo, sé que ha sido sin querer. Ha sido mi culpa, de verdad, no debería haberle dicho que no podía ir a la fiesta. Ag, detestaba cuando se hacía la víctima, ¡siempre igual! Me picaba y luego se hacía la novia comprensiva y maja que defiende a la niña. —¡Pues claro que no puede ir a la fiesta! ¡Y ahora con más motivo!— Le siguió mi padre. —¡Papá! —Habértelo pensado mejor antes de tratar así a Marta. —Lorenzo… —Intervino Marta—. Deja que vaya a la fiesta. Seguro que se porta muy bien y vuelve pronto a casa, ¿verdad Ana? —No —Contestó mi padre contarte. —Pero papá, apenas salgo de casa… Siempre estoy amargada aquí, y por una vez que quiero hacer algo tú no me dejas… —Hablé dramática—. Yo es que ya no sé qué hacer… —Cariño, no te pongas mal —La estúpida de Marta se acercó a mí y me intentó abrazar. —Ni se te ocurra. Te tengo calada —hablé amenazante. ¿Cómo se podía ser tan falsa? Sabía muy bien que no me aguantaba, igual que yo a ella. —¡Ana! ¡¿Cómo se te ocurre hablarle así a Marta?! ¡A tu cuarto ahora mismo! —¡Lo estaba deseando! —grité marchándome con mal genio. Al subir a mi habitación abrí de par en par la ventana del balcón y salté al árbol que había pegado a mi terraza. Con cuidado lo bajé y me marché corriendo a la playa. Necesitaba escapar de aquella asquerosa casa e irme lejos… A un lugar en el que poder pensar tranquilamente. La arena me dio la bienvenida, lo noté, y allí me quedé escuchando el sonido del mar y viendo el cielo cubierto por estrellas, por miles y miles de estrellas brillantes. Me hacían sentirme pequeña, sí, pero no tanto como me lo hacía sentir mi padre. No entedía por qué, pero a su lado me sentía insignificante, como si no existiera, como si le diese igual que desapareciera… A la mañana siguiente… —¡Mierda! ¡Las ocho! —me levanté acelerada—. ¡Me he dormido! Me aseé rápidamente y me dispuse a vestirme. Qué grata sorpresa me llevé al abrir el armario, ni una sola camiseta, ni un puñetero pantalón, nada. ¡¿Y mi ropa?! —Primero me duermo porque a “alguien” se le olvida despertarme y ahora esto, ¡¿dónde está mi ropa?! —Desesperada bajé las escaleras—. Maldita criada, para una cosa que se le pide… Entré en la cocina refunfuñando y allí vi a Tina, picando con maestría unos cuantos pimientos. Me sorprendió no ver a la novia de mi padre, siempre estaba allí tomando un zumo de naranja. —Buenos días señorita Ana —Habló Tina cogiendo un bol y removiendo una masa de aspecto viscoso. —¡¿Qué pasa aquí?! —No la sigo… —Vale, igual con unas cuantas preguntas te oriento: Uno, ¿dónde está mi ropa? Dos, ¿por qué no me has despertado? y tres, ¿dónde se ha metido la petarda de Marta? Hoy me tenía que llevar al instituto. —Ha ido a la peluquería. Esta noche recibe un premio por su papel en “Lejano bar de tapas”, ¿no lo recuerda? Lo repitió ayer unas cuantas veces, estaba tan emocionada…— Rió maravillada. Tina Adoraba a Marta. —Ag —Arrugué la cara —¿Sabes qué? Me da igual dónde esté mi ropa, dónde esté la imbécil ésa y todo lo demás, ¡me marcho! —Protesté enfadada. No tenía tiempo para escuchar tonterías, así que subí a mi habitación, me puse la ropa del día anterior y me marché corriendo. —¿Por qué no habré nacido con el poder de la teletransportación? ¡Mi corazón va a salir disparado como siga corriendo! Sé que sonará extraño pero adoro ir a clase. Me encanta aprender nuevas cosas y adquirir conocimientos de todo tipo. No cuela, ¿no? Mi sentimiento hacia el instituto es como una mezcla entre repulsión y asco, como si cada vez que entrase en clase me clavasen ocho cuchillos seguidos, así uno tras otro. Soy exagerada, sí, pero odio a mis compañeros y mucho más tener que dar clase con ellos. Nunca he entendido su forma de ver la vida. A cada segundo intentan llamar la atención, es como si les gust… —un fuerte golpe cortó mi discurso interior— ¡Mierda! —caí al suelo desplomada— ¿Pero qué…? Una especie de pared me habría frenado. Abrí los ojos y caí en la cuenta de que el causante de mi caída no había sido un muro sino Amir, el chico más guapo de todo el instituto. No, miento, el chico más guapo de la ciudad… Estudiaba un módulo de informática en el instituto y cada lunes, martes y viernes nos alegraba la vista a todas las adolescentes del instituto Carhont. Mientras, en clase… —Como todos sabéis, vuestra profesora de literatura hace dos días dio a luz, así que estará unos meses ausentada. —¡Por fin! —Exclamó el gracioso de la clase. —Así que hemos tenido que buscar a un sustituto. Os presento a… Lolo —Se oyeron unas cuantas risas por lo bajo al escuchar el nombre —Vuestro nuevo profesor de literatura. Espero que le tratéis bien. —Eso espero yo también —habló risueño el nuevo profesor. —Ya verás cómo sí. Aquí te dejo con ellos… —Perfecto —contestó el tal Lolo con energía. —¿Estás bien, Anita? —Me encantaba que me llamara así. Cuando lo hacía, me olvidaba de todo. Qué tontería, lo hacía solo con verle. —Eh… Em… —Vamos estúpida, ¡di algo!—. Sí… Sí, sí, estoy perf… Perfectamente —Me levanté colocándome bien las gafas. —¿Seguro? —Sí, sí, el golpe ha sido desconcertante pero me ha servido para despertarme —solté una ridícula risa aguda. —Um… No sé si es el golpe o qué, pero te noto algo distinta… —¡Mierda! seguro que se ha dado cuenta de que llevo la misma ropa de ayer —Gafas nuevas, ¿no? Mi corazón se puso a palpitar con fuerza. ¡Se había fijado! Juro que me habría puesto a cantar, bailar y gritar si él no hubiese estado delante. De repente, sin quererlo, comencé a sudar y mis mejillas se pusieron coloradas. Para evitarlo tragué saliva, pero no sirvió de nada. —S… Sí, sí, me las com… Compré ayer —¡Deja de tartamudear subnormal! —Tengo que… Que irme, llego tarde. A… Adios —No podía quedarme más tiempo ahí, su presencia me estaba matando. —Pero… Salí corriendo, dejándole allí cortado, ni siquiera le dejé despedirse. Apuesto que pensaba que estaba loca, seguro, siempre que hablábamos me iba corriendo o me ponía roja como un tomate o, simplemente, me empezaba a reír como una imbécil. Lo mío ya no tenía solución, era una enfermedad incurable: Estupidez crónica. —Hola profesora García —La saludé sin mirarla a la cara, para evitar la bronca de siempre. De repente, todos comenzaron a reír—. ¿Qué? ¿Qué pasa? —Hombre, de mujer tengo poco, o eso creo… —Habló aquel personaje que estaba usurpando el cuerpo de la profesora García. —Ay —Me quedé cortada sin saber qué decir. —Anda, siéntate y, por favor, puntualidad —sonrió amablemente —Estamos leyendo el texto de la página 86. Vaya, vaya, vaya… Pero ¿quién era aquel chico?, muy joven para ser profesor, ¿no? Su nombre era Lolo y acababa de comenzar a dar clases. Gozaba de una gran atractivo y de un peculiar sentido del humor. Su tierna voz hacía que escucharle fuera todo un gusto. Solo había que mirar a las chicas de mi clase para saber lo que pensaban de él, ¡se les caía la baba! Lolo leyó un fragmento precioso, y ¡qué bien leía! —¿Alguien sabe por qué la protagonista dejó su casa? —¿Porque necesitaba ir de compras? —Contestó Miranda divertida. —Mm… No lo creo, en ese pueblecito no había tiendas, fíjate que aburrimiento —le vaciló el profesor. Sin pensarlo dos veces levanté la mano. —Dime em… —Ana. —Veamos Ana, ¿qué opinas tú? —Bueno, yo creo que la chica se escapa porque se siente sola. No hay nadie que la quiera o se interese por ella, así que prefiere vivir alejada de esas personas que le demuestran indiferencia. —¿Qué dices Anita? No has entendido nada —Se burló Víctor, el gracioso de la clase. El profesor le mandó callar y me pidió que siguiera. —En la línea 23 pone que la chica lloró por los que nunca iban a llorar por ella, lo que demuestra lo sola que se siente. Al fin y al cabo… —Bajé la mirada—. No hay peor soledad que la que se experimenta cuando, aun estando rodeado de gente, uno se siente solo... La melancolía rodeó mi cuerpo. Aquel texto parecía hablar de mí, todos esos sentimientos se acumulaban cada día en mi cuerpo, ¿acaso debía seguir a la chica? ¿Debía marcharme y alejarme de la gente? Cuando acabé de hablar, un gran silencio envolvió a la clase. Yo miré a Lolo sin saber qué decir. —Ana… Me has dejado alucinado. Has entendido a la perfección el significado del texto —me dedicó una sonrisa sincera. —Gracias… Al dar las nueve y veinte el timbre nos interrumpió. Anunciaba el final de la clase. Como siempre entre clase y clase, me fui con África y Miguel al banco del pasillo. Eran mis mejores amigos desde los seis años. Realmente si seguía en GreenTown era por ellos. Siempre habían estado a mi lado, incluso cuando murió mi madre y a mí me dio por odiar a todo el mundo. —Oye Ana, ¿te pasa algo? Estás como en Babia… —África me dio unos golpecitos en el brazo. —No… Es lo de siempre. Mi padre… Cada día está más gilipollas. —Joder Ana, es tu padre… —Intervino Miguel. —Bah, es la verdad. Y su novia es aún peor. —Oye, a lo mejor Marta no es tan mala como tú te crees… —Ya, si yo sé que es Santa Teresa de Calcuta. Lleva un disfraz de retrasada para ocultarse de las mafias de misioneros, ¿sabes? —Ambos rieron. Bueno, creo que debería presentaros a mis mejores amigos. Al fin y al cabo, mi vida gira en torno a la suya. A la derecha Miguel, conocido en todo el colegio como el niño bola. El año pasado ganó un concurso de jóvenes promesas. ¿Os imagináis qué hizo para ganarlo? Zamparse veinte bollitos de leche en menos de cinco minutos. Admirable. A la izquierda África, una de las personas más luchadoras que conozco. De pequeña sus padres la llevaron a natación por problemas de espalda y ahora es una de las mejores nadadoras de toda la ciudad. A pesar de eso y de ser la hermana de Amir, no es muy popular en el instituto. A veces la miro y la veo tan guapa, que me llego a plantear que su impopularidad puede ser culpa mía… Creo que Amir, Nico y Maica también deben ser presentados. Al fin y al cabo, forman parte de esta historia. A la derecha Amir, además de ser el chico más guapo del instituto es el capitán del equipo de baloncesto Alas Rojas. A su lado está Nico, su mejor amigo y centro del equipo. En cuanto a la del fondo… Bah, es la novia de Amir, y no entiendo por qué, la verdad, es odiosa. Recuerdo que hace unos años, cuando yo tenía quince y ellos diecisiete, me mandaron hacer un trabajo de especimenes de australopithecus. A medida que iba leyendo las característica de estos seres, me recordaban cada vez más y más a la tonta de su novia (no… No la tengo ninguna envidia). Se llama Maica y… Vale, sí, es guapísima, para qué negarlo. Llevan saliendo tres años y, según lo que me ha contado África, suelen discutir bastante. Maica le dijo hace unos meses a África que le ponía de los nervios que Amir se tirara todo el día jugando a la consola con Nico. Siempre que discuten sobre eso, acaba soltándole argumentos del tipo “Es que tocas a esa maquinita con más cariño que a mí”. A mí me encanta que discutan.
  13. Hola :)! esta es la primera historia que hago con los sims espero y les guste muchisimo ya que en ella esta todo mi esfuerzo. Aqui se las dejo n_n!! los quiero:*
  14. CUENTOS

    Hola a todos, mi hermana que siempre anda publicando historias me animó a que posteara yo una mía. Después de mucho meditarlo aquí está, mi primera historia - posteada -. He leído algunas del foro y son muy buenas, asique espero estar a la altura. La mía se trata de varios cuentos que enlazaré los unos con los otros, no son copias, solo me inspiro en ellos. Asíque aquí os dejo el primero. ¡Un saludo! Una vez un niño le dijo a su madre,"¿Me cuentas un cuento?", y ella, tras un breve silencio y una cálida sonrisa contestó, "Érase una vez..." CUENTO 1 http://www.youtube.com/watch?v=GWrxs2RDNRU La primavera volaba con una brisa suave que mecía los bosques del condado de Surrey, donde la casa de la familia Wordsworth se alzaba imponente. Lizzy - Buenos días señor, ¿En qué puedo ayudarle?. Cuando Lizzy abrió la puerta le sudaban las manos de la excitación. Lizzy era la nueva sirvienta de la familia. Alocada y distraída, admiraba profundamente el esplendor de la vida de sus señores. Esto, junto a sus nervios e inexperiencia, le llevaba siempre a hablar más de la cuenta. Y cuando para su sorpresa encontró a William Faulkner tras aquel pesado trozo de madera, creyó que iba a desmayarse. El joven era conocido en todo Londres. Su familia poseía una gran fortuna y él llevaba una vida, en ocasiones, de lo más escandalosa. No obstante, su fama de Don Juan, lejos de desprestigiar su nombre le había labrado una fama muy aventajosa. William - ¡Oh, vaya! Tú eres nueva. ¿Qué fue de Marjorie? Lizzy - ¡Ella sigue aquí! Está en la cocina. ¿Quiere que la llame? William - ¡Oh, no! No, no... Yo estoy aquí para ver al señor. ¿Está en casa? Lizzy - Sí. Le avisaré en seguida. William - ¿No puedo pasar yo? Somos viejos amigos, me gustaría darle una sorpresa. William - Por cierto, ¿Quién está tocando el piano? No será él, tiene ese viejo trasto de adorno desde que murió su madre, nunca supo tocarlo... Lizzy - ¿No suena maravillosamente? Quién toca es... Marjorie - ¡Lizzy! ¿Es qué no aprendes nunca? ¡Te tengo dicho que no marujees con cualquiera! ¡Te pagan para trabajar no para trapichear con las intimidades del señor! Lizzy - Disculpe, Marjorie... Lo siento, señor, tendrá que esperar a que le anuncie. William - ¡Qué desfachatez! Esperaré. Tan solo digale que William Faulkner está aquí. Mr.Wordsworth, por su parte, era un hombre muy reservado. Su timidez le había inmerso en un aura de misterio por la que numerosas muchachas suspiraban amores, no obstante, también había acarreado el enfriamiento de su carácter. Así fue que, no sintiéndose ligado de ninguna forma a la sociedad londinense partiera hacia Francia, anhelando encontrar cobijo en una nueva atmósfera, de la que había leído y escuchado tantas maravillas. París, la ciudad del amor y la bohemia. Y de esta forma, seis meses después de su partida, regresaba a Londres. Y sin que nadie supiera muy bien si había logrado o no su objetivo, la noticia fue corriendo de boca en boca, atrayendo el interés de extraños y viejos amigos, como el señor Faulkner. Lizzy - Señor Wordsworth. Mr.Wordsworth - ¿Sí? Su voz era grave y penetrante. La joven Lizzy tembló ante la dispar sintonía entre ésta y la suave melodía del piano. Lizzy - Hay-hay-hay un hombre en la puerta y... bueno dice que es amigo suyo... quería pasar pero... Bueno, yo no sabía si... ya sabe... como Marjorie siempre dice que... Es Willliam Faulkner. Mr.Wordsworth - William... Sí, le recibiré yo mismo. Gracias, Lizzy. Lizzy - ¡Oh! Lo siento mucho, debí dejar que pasara ¿No es cierto? Nunca acierto. Marjorie dice que nunca me aprenderé, porque para atender a la alta sociedad... Mr.Wordsworth - Está bien, Lizzy. Has hecho lo correcto. A Wordsworth Lizzy le incomodaba, hablaba mucho, sin parar y atropeyadamente. No había pausas entre frase y frase y su nerviosismo era contagioso. La contrató por recomendación de Marjorie, que le dijo que trabajaría bien y sería apropiada para la nueva situación. Y, al fin y al cabo, a ella le gustaba. William Faulkner y Mr.Worsworth eran buenos amigos. A pesar de que William a veces resultara un tanto agobiante debido a sus accesos de arrogancia. Mantenían una estrecha amistad, así como lo habían hecho sus familias durante generaciones. Wordsworth - ¿Faulkner? William - ¡Jordan Wordsworth! ¡Viejo amigo! Algunos ya te dábamos por muerto. William - ¡Seis meses en Francia! Ciértamente tendrás mucho que contar. Tanto tiempo es suficiente hasta para que tú tengas alguna anécdota. ¿No es cierto? William - Sí, sí, sí, sí. Cuando oí que habías vuelto no daba crédito. Imposible, pensé, Wordsworth habría escrito al menos a su amigo Faulkner, pero, aquí estás. Es cierto. Podrías al menos haberte pasado a saludar, vives a cuarenta millas, no a cuatrocientas... Mr.Wordsworth - Lamento no haberte comunicado mi regreso, pensaba hacerlo, de veras. Es solo que he estado muy ocupado últimamente. William - Deja que te vea. Pareces cambiado, te noto algo raro. ¿Un nuevo perfume, quizá? Yo te perdono, pero no creo que Diane lo haga. Ya sabes como es mi hermana. William - ¡Ha, ha, ha! ¡Maldita sea, Wordsworth! ¡Ni una carta en seis meses! Cuando Diane le llegó el rumor de que habías vuelto entró en cólera. ¡El orgullo de Diane hecho pedazos! ¡Ella de las últimas en saberlo! ¡Ha, ha! William - No obstante, ya sabes como son las mujeres, te perdonará. Siente debilidad por tí, no es ningún secreto. Además... Alice - ¿Jordan, va todo bien? La melodía del piano había dejado de sonar, pero su dulzura y delicadeza se hicieron presentes en la sala cuando apareció Alice. Mr.Wordsworth - Sí, Alice. Ven, quiero presentarte a alguien. Mr.Wordsworth - Faulkner, deja que te presente a Alice. Mr.Wordsworth - Mi esposa. Alice, la bella Alice. Bastante más joven que Wordsworth y de familia de condición más humilde. El día que en casa de su tía, en París, le presentaron a Wordsworth, todo el mundo sabía que este quedaría maravillado ante su belleza, todos lo hacían. Sin embargo, fue una sorpresa cuando, dos semanas más tarde, anunciaron su compromiso. Una boda rápida e íntima, contraria a los deseos de la tía de Alice, y Wordsworth estableció su regreso a Inglaterra. Mr.Wordsworth - Alice, este es William Faulkner, es un buen amigo mío, de la familia. Alice - Es un placer. William - Lo mismo digo, señorita. O bueno, señora. Alice - Ahora mismo íbamos a tomar el té ¿Le gustaría acompañarnos? Mr.Wordsworth - ¡Oh, sí! ¡Qué desconsiderado por mi parte! Ni si quiera te he invitado a pasar. William - Tranquilo, Jordan, estamos entre amigos. William - No obstante, me temó que voy a tener que rechazar la invitación. Mi visita ha sido fortuita. Tengo un negocio entre manos que me pilla de paso y he sentido curiosidad por ver si los rumores eran ciertos. Mr.Wordsworth - En ese caso, lo entiendo, querido amigo. William - Eso suponía. Pero lo que no rechazaría sería una invitación a cenar mañana por la noche. Deberías dar una cena, Jordan. Esta dama necesita ser presentada en sociedad como es debido. Mr.Wordsworth - Totalmente de acuerdo. Quedas invitado. Y trae contigo a tu hermana y a tu madre, deseo que conozcan a Alice. Quizás también invite al profesor Mc.Millan. Será una cena entre amigos. Alice - Estoy deseando conocer a su familia, Mr.Faulkner. William - Estoy segura de que ellas también arderán en deseos de conocerla a usted. Hasta mañana por la noche, entonces. Alice era una chica hermosa sin duda, con un encanto singular. Al hablar las erres se convertían en ges a causa de su acento parisino, y las frases salían cantadas de su boca al estilo francés. Además se notaba por su forma de actuar que no estaba acostumbrada a todo aquel lujo. Era la clase de chica que habría sucumbido bajo los encantos de Faulkner, dulce e ingenua. Pero este jamás la habría imaginado como esposa de Jordan Wordsworth. Era tierna y candorosa, y su amigo, un témpano de hielo. Mr.Wordsworth - Espero verte aquí mañana, amigo. William - Descuida, estaremos todos aquí. Ahora, si me disculpais, me marcho. El asunto del que os he hablado es de suma importancia. Mr.Wordsworth - ¡Por supuesto! Nos vemos mañana. William - ¡Que así sea! William tenía un asunto pendiente, sí, pero podía esperar. Lo que realmente urgía era comunicar a su hermana la gran noticia. Cuando se enterara de que Wordsworth se había casado, y de que además, había desposado a una bella francesita, ardería, sí, pero no de deseos en conocerla, sino más bien de destruírla. Aquel enlace le molestaba hasta a él. No sabía si por el hecho de que Wordsworth no había elegido a su hermana, o si más bien, porque Alice era más bella que ninguna de las jóvenes a las que él había cortejado. Y es que ciertamente, Alice y Jordan Wordsworth eran una extraña pareja. Mr.Wordsworth - ¿Te parece bien la cena de mañana? William a veces llega a ser muy persuasivo pero si no estás de acuerdo... Alice - ¡Oh, no! Alice - Mr.Faulkner me ha parecido muy agradable. Estará bien conocer a tus amigos. Mr.Wordsworth - Perfecto entonces. Alice - Sí... Su luna de miel fue un largo escalofrío. Rubia, angelical y tímida, el carácter duro de su marido heló sus soñadas niñerías de novia. Ella lo quería mucho, sin embargo, a veces con un ligero estremecimiento echaba una furtiva mirada a la alta estatura de Jordán, mudo desde hacía una hora, y sentía un vacío en su interior. Él, por su parte, la amaba profundamente, sin darlo a conocer. Mr.Wordsworth - ¿Querrías tocar el piano un poco más, para mí? Durante tres meses -se habían casado en abril- vivieron una dicha especial. Sin duda hubiera ella deseado menos severidad en ese rígido cielo de amor, más expansiva e incauta ternura; pero el impasible semblante de su marido la contenía siempre. La casa en que vivían influía un poco en sus estremecimientos. La blancura del patio silencioso -frisos, columnas y estatuas de mármol- producía una otoñal impresión de palacio encantado. Dentro, el brillo glacial del estuco, sin el más leve rasguño en las altas paredes, afirmaba aquella sensación de desapacible frío. Alicia - Ehm... Sí, claro, como gustes. Al cruzar de una pieza a otra, los pasos hallaban eco en toda la casa, como si un largo abandono hubiera sensibilizado su resonancia. En ese extraño nido de amor, Alicia pasó todo el otoño. No obstante, había concluido por echar un velo sobre sus antiguos sueños, y aún vivía dormida en la casa hostil, sin querer pensar en nada hasta que llegaba su marido. Y ahora por fin, parecía que su nueva vida comenzaba. Quizá, cuando su marido retomara las amistades que parecía haber ya enterrado, se animaría y expresaría sus sentimientos a Alicia. Esta, quien sentía una profunda admiración hacia Jordan, solo deseaba que su matrimonio se convirtiera en el cuento de hadas que ella siempre había soñado, y que lo que su encanto y cariño no habían conseguido hacer aflorar, lo trajera consigo la familiaridad de Londres. CONTINUARÁ...
  15. Bajo tu sombra

    INTRODUCCION Cristal y Amber regresan a casa después de finalizar el instituto. Amber se gradúo con honores, fue la primera de su clase y siempre fue la “gemela buena”. Cristal vendría a ser la “gemela malvada”, pero lo que tiene de malvada, lo tiene de comprensiva, y si algo le pasara a su hermana, lo sufriría mucho. Ella oculta su temor con una mascara de celos, alcohol y chicos. -Llegamos a casa… igual que antes no Cris? -A mi me da igual. Sigue igual de estupida y fea que antes. -Cállate, mama esta allí. -Hola chicas! Mis bebes! Ahii estaba tan preocupada por ustedes! Comieron? Necesitan algo? -Mama! Cálmate! Estas muy idiota! Además, no soy una bebe. Hay cerveza? -Para mi si. Y no vas a beber en esta casa! Ya te lo dije mil veces, malcriada! -Hola ma! Si, ya comimos en Rock Lake. Yo, no necesito nada. -Un abrazo mi pequeña Cristal! -No te me acerques! Ya no soy pequeña, tengo 18, lo suficiente como para marcharme de aquí en cuanto tenga dinero. -Ahii que carácter! -Ahiii mi Amber! Chiquilla estudiosa! Te extrañe mucho! Tienes que prepararme las totitas que hace eh! -Mama me apretas! La sonrisa de Cristal era indebida, inadecuada. Soñaba despiertas con una fantasía no muy correcta para una chica de su edad. Lo primero que deseaba hacer, era llamar a Mike, su amor incondicional. -Hola Mike! Habla Crissy! Como que me describa! Rubia, alta, con una gemela. Sii! Cristal Johnson. Jaja, ya se que era una broma! Tonto! Puedes venir? Te espero. Amoress. Cristal pensaba que no era una broma. Antes de ir al internado, habían dicho que “sin restricciones” , que quedaba una relación abierta. Pero de ahí a que se haya acostado con 1500 zorras, era demasiado. Ya iba a ver Mike… Ya iba a ver… -Rubia, alta… Una foto mía… Y listo! Tenemos un encuentro! Amber había escuchado todo desde su habitación, y tenia que tomar decisiones para proteger a su hermana… -Hola Mike, soy Amber… Te veo en el café a las 5, esta bien? Se trata de Cristal. JURO que nunca mas descargo objetos de esa pagina donde me vienen todos los objetos con errores! Me enojo mucho perder todo lo que tenia en ese barrio (el de Devils in the sky) Espero que les guste
  16. Made of Soul Made of Soul transcurre en la ciuda de (Mirton) Londres,donde un grupo de amigos y compañeros,unidos por su amor a la musica,intentara que sus sueños sean lo mas parecido a sus realidades. Intro: Descripción de personajes: Levy Bloken:23 años,estudiante de medicina,lleva 3 años de carrera,pero no cesa en su sueño de dedicarse al mundo de la musica,es vocalista de un grupo en su ciudad natal,su novio y compañero de piso harry,le acompaña como guitarrista. Harry Dein:25 años,estudio en la academia de musica y interpretación de (Mirton) Londres.Lleva 2 años de relacion con Levy Bloken,su actual pareja y vocalista de su grupo. Quiere poder dedicarse al mundo de la musica,mientras tanto da clases particulares en la universidad de Mirton. Marissa Hara:23 años,compañera de universidad y amiga de Levy,se conocen desde que formaron el grupo desde hace casi 3 años,sueña con algun dia tener una oportunidad de una beca para estudiar medicina en Francia. Maria Stinson:24 años,Vive de inquilina con Levy y Harry,es la mejor amiga de Levy,se graduo en Dinseño Grafico y artistico y aunque no encuentre trabajo para ejercer de ello,sigue de coro en su tiempo libre en el grupo de Levy. Michael Spock:27 años,conocio a Harry en una sesion de ensayo como guitarrista,le invito a unirse a su grupo y desde entonces son inseparanbles y amigos,ahora el trabaja en Harrods un Pub conocido en la ciudad y donde acostumbran a tocar el y el grupo los fines de semana Ninet:Casera de Levy,es bastante ostentosa y Snoob,vive con sus 6 gatos y alguna que otra rata,dueña de varias casas de la ciudad,su unica funcion es cobrar a fin de mes su pension y todos los alquileres,tiene 56 años aunque diga tener muchos menos. Tommy "Tom" :Camarero y dueño del Pub Harrods,frecuentado por nuestros protagonistas y donde toca el grupo de Levy,es además el jefe de Michael,tiene 32 años y espera algun dia tener su propia cadena de Pub´s. Agradecimientos: Bueno,espero que la presentación les haya gustado,siento que solo sea una "intro",pero me ha parecido que he añadido bastante info,en unos dias subire el primer capitulo,espero que no sea un problema. Cualquier cosa posteen. Gracias a Tod@S.
  17. Despues de Swan Lake... Cuando estas seguro de lo que deseas, quieres alcanzar tus sueños pero de pronto nace la inseguridad, que es lo que quiero . El amor, complicaciones familiares, son factores que insidiran y sobre todo la perdida de la confianza en donde Agostina debera escoger entre su pasion o su sueño INDICE C1 . Pre Viaje
  18. Tras una serie de problemas personales, en youtube, con el juego, y con el sony vegas, Paladin´s Place volverá, con una versión 2, parecida a la original pero no igual... Además, la versión 2 será con voces, los dobladores se pueden ver a continuación... DOBLADORES: Jea - LuLu40050YIC/Lulyrock* Natasha - Parodias098 Jane - Danyprincess1234 Fei - Aitanathesims2fan Virginia - MsFernanda1234567890 Lin - Cherrylovefilms Min - 16Diandraleon Layla - WitneyB Borja - JeanSeyer Nicolás - Augustiun Fer - Sin doblador Matías - Sin doblador Pablo - Sin doblador Alejandro - Sin doblador Agradecería que si alguno de ustedes tiene a alguien con micrófono, que sea chico, decirle que audicione, instrucciones: A los que TIENEN cuenta de youtube: 1- Mira el video del casting en mi canal (Actualmente video destacado) para informarte sobre las reglas, avisos, etc... 2- Haces un archivo de video dónde aparezca la audición y lo subes a youtube. 3- Si no tienes ganas de hacer un video, graba el audio, súbelo a megaupload o mediafire y me lo pasas... 4- Que hayas audicionado para un personaje no significa que vaya a ser tu papel definitivo... A los que NO TIENEN cuenta de youtube 1- Grabas un archivo de audio y me lo mandas por mail a: [email protected] 2- Que hayas audicionado para un personaje no significa que vaya a ser tu papel definitivo...
  19. La Traicion De La Hermandad

    En esta historia comprenderas, lo que el odio, temor e indiferencia puede llegar a hacer.
  20. ¡Hola! Aquí dejo mi primera historia, no sean malos Sipnosis En un pequeño reino llamado Anohala gobierna una hermosa princesa, conocida por su seriedad y su madurez, que no son los propios de una chica de diecinueve años. Pero la princesa oculta su verdadera personalidad, y antepone sus deseos a el bienestar de su gente. Las únicas personas que la entienden son su caballero personal y su dama de compañía. Ayudada por estos la joven consigue escapar una tarde de palacio y huir del bullicio que supone gobernar, al menos durante unas horas, sin sospechar lo que ocurrirá por esa inocente escapada. Otra joven, esclava de un caballero, acaba de instalarse en palacio. Mientras su señor iba a anunciar a la princesa de su llegada, conoce a un joven que la anima. Decide salir a dar un paseo con él sin imaginar que esa tarde, se encontraría con las personas que cambiarían su vida. Personajes Princesa de Anohala, 19 años. Una joven atractiva sobre la que carga una gran responsabilidad. Ante la gente del reino se muestra severa y madura, pero en realidad solo es una chica que desea ser libre y poder creer en el amor. Esclava de un caballero, 19 años. Pese a como la trata su señor, es una joven alegre y amistosa. Su vida cambia cuando decide dar un paseo con un joven apuesto. Soldado, 20 años. Uno de los caballeros que se han unido recientemente a la guardia real. Un joven con un gran sentido del humor y muy valeroso. Se encontró a una joven desanimada y la invitó a dar un paseo, sin saber que consecuencias traería eso. Caballero personal de la princesa, 21 años. Misterioso joven pelirrojo. Es muy reservado y habla con muy pocas personas. La mayoría de las personas desconocen que este joven es en realidad el hermano mayor de la princesa, y que renunció a el trono porque cree que su hermana está más capacitada que el para gobernar. Dama de compañía, 65 años. Una anciana de rostro bondadoso. Trata a la princesa y a su hermano como si fueran sus hijos. Una de las pocas personas que conocen a la verdadera princesa. Soldado, 35 años. Hombre cruel y desagradable. Está obsesionado con la princesa, y su máximo sueño es hacerla suya, por eso se mudó a palacio junto a su esclava. Espero que les guste
  21. Nathasa

    Nathasa embarazada de 3 meses debido al incendio producido en su antigua casa debe mudarse con su familia su marido Felipe y su hija María a una nueva casa,la casa tiene los muebles justos para poder vivir y su estado no es muy favorable pero lo que la suerte les depara aun es peor. Nathasa:28 años casada con Felipe,embarazada y con una hija de 7 años María. Felipe:32 anos casado con Nathasa trabaja en lo que puede pero tiene estudios,tiene una hija con Nathasa,María. María:7 años hija de Nathasa y Felipe es alegre pero no muy charlatana. Capitulo 1 La llegada Nathasa:Cariño,María nuestra nueva casa es grande la pena es que no esta decorada y solo tiene los muebles esenciales pero... Felipe:Pero con el amor de una familia siempre se sale adelante María:Venga papas adentro ¡Que hace frió! María:Mama¿No se veía por fuera una habitación aquí? Nathasa:Hum puede ser voy a mirarlo Nathasa:Felipe,esta casa tendría que tener una habituación justo hay Felipe:No puede ser... Bueno esto es la presentacion espero que os guste
  22. Devils in the sky.

    Devils in the sky INTRODUCCION Todos los años, uno de cada 1.000 habitantes de Ever Green es seleccionado para las pruebas de la CSS (central de espías sim), pero tan solo 6 llegan a la central “Sky” para ser entrenados por la mejor espía de las últimas décadas, Julia y su esposo, campeón de artes marciales, Mark. Des este variado grupo, solo 2 iran a la central de la CSS. 1° capitulo: Presentaciones Los nuevos aspirantes a agentes llegan a la casa y bajan al subsuelo, donde esta el salón. -Escuche que Julia Gregor nos enseñara a hackear los sistemas mas complejos de computación! -A quien le importa! Mark Thompson! Es mi luchador favorito! -Me alegra que me nombren como si fuera un Feroe -Jeje de nada señor Thompson! -No puedo creer que usted sea Julia Gregor! Usted hache hasta los archivos secretos del gobierno! -Bueno, por favor preséntense y digan su especialidad, si no es molestia. -Bueno, yo soy Alma, y creo que estoy acá por ser campeona de artes marciales, no? -Yo soy Betiana, pero me dicen Betty. Soy una experta en boxeo. -Yo soy Carol, creo que fui seleccionada por poder hackear los más secretos archivos. -Por favor, chicos, preséntense -Yo soy Terence. Como las chicas, me destaco en actividades físicas. -Yo soy Tomas. Y bueno… No se porque rayos estoy aquí? Bueno, supongo por sobrevivir en las calles de Jim aplace solo? -Y yo soy Lionel. Soy muy bueno con la tecnología. -Bueno chicos, los que son Buenos en informática, a las 6 en el salón de al lado de la casa, y los “luchadores”, a las 6 en el gimnasio. Todos con sus equipos, si? Pueden irse a sus cuartos. -Guau! Que lindo cuarto! -Mira que tele! Vemos unas pelis? -Genial! Veamos unas de acción! -Están locos! Mañana a las 6 de la mañana hay que estar en pie para hacer nuestras actividades! -Que importa! Veamos! -A que las chicas no están anda mal! A que no? -Para nada, son muy lindas! Aunque son muy “machotas” no? Demasiados fuertes para mi gusto. -Eh, paren, que tengo novia en casa! -Me gusta el cuarto! Si señor! -A mi me gustan mas los chicos! -Hey! Alma! Hay que concentrarse en estudiar, no en tonterías como los chicos! -Porque no vi como mirabas a el blanducho ese! -Cállate! Y tú al niño mimado con pecas? Eh? -Jeje, al computologo nadie lo toque, que es mío! Que les parece una fiesta de pijamas? -Si! Espero que les guste el primer cap, esta serie hace rato que la tengo hecha, casi antes de abrir “Caminos encontrados”, y estaba posteada en una Pág. de mi amiga. Besos!
  23. ><><BITE ME><><

    ¡Hola! Ésta es la primera vez que escribo en la Web así que... un poco de paciencia con mi torpeza con los ordenadores jajajajaja He de decir que he leído algunas de vuestras historias y me han encantado, así que me he animado a publicar una. Esta historia la comencé en la página de los sims, pero no tuve tiempo de acabarla porque cerraron la Web... Así que empiezo aquí de nuevo y... bueno, espero que os guste! Actualizaré bastante a menudo, ya que tengo bastante escrito... Disfrutadla!!! ><><BITE ME><>< Michael Hacía frío, pero no era uno de esos fríos que te cortan la piel. Andaba, miraba a mi alrededor, siempre con los cinco o incluso seis sentidos puestos en cada esquina. Sabía que en cualquier momento podían atacarme. Mi vida no era tan penosa como para desperdiciarla con estupideces, aunque... Todo hay que decirlo, no era la vida que yo había elegido vivir. -Ni siquiera podría llamarse vida –murmuré. De repente, un delicioso olor hizo reaccionar mis papilas gustativas. Noté cómo mi vello se erizaba, cómo mis uñas empezaban a crecer, cómo todo mi cuerpo se tensaba y cómo la pequeña parte racional de mi cerebro desaparecía. -Comida –me dije al divisar a lo lejos a dos humanos. Pasé por delante de ellos sin respirar, con las manos cerradas en puños. No podía atacarles en medio de la calle. Eso no sería nada sensato por mi parte. La chica me siguió con la mirada. Era una de esas asquerosas prostitutas que se venden por uno o dos chutes de cocaína. Me daban asco. Él era un yonqui, un patético yonqui que ni siquiera podía tenerse en pie. El asqueroso ni la miraba a la cara, centraba sus ojos en el pecho de ella babeando como un poseso. Esperé a que acabara de tontear con la chica y después le seguí con paso lento, sin levantar sospechas. A ella la dejaría para otra ocasión, no tenía prisa. El yonqui iba de un lado a otro, tambaleándose. Había elegido un precioso lugar para morir; oscuro, solitario y apartado de la calle principal de la ciudad. De vez en cuando daba patadas a los cubos y comenzaba a murmurar sandeces. Estúpido yonqui. Mis pasos hicieron eco en el callejón. Él se dio la vuelta y rió, yo le miré inexpresivo. –No tengo droga, así que píra... pírate –habló trabándose y chocándose con unas cajas de cartón que había por el suelo. –No quiero droga –dije sonriendo divertido. –¡Mierda! –exclamó al ver mis colmillos –¿quién coño eres tú? No le contesté. Volví a soltar una carcajada y me acerqué lentamente a él con las uñas preparadas para desgarrar. –Si lo que quieres es pasta, yo no tengo nada –dijo alejándose de mí aterrorizado. El estúpido se puso a correr por el callejón hasta llegar a una valla oxidada que le hizo detenerse. Miró a un lado y a otro y, al ver que no tenía escapatoria, comenzó a gritar como un poseso. Después intentó saltarla, pero yo le alcancé antes. Le cogí por la espalda, le levanté mostrándole mis dientes y después le lancé contra el suelo. No tenía sentimientos, es verdad, pero me gustaba matar primero a mis víctimas y luego morderlas, el dolor de los colmillos clavándose en el cuerpo era insoportable, nadie se merecía pasar por eso. Al chocar con el suelo perdió la consciencia y su cabeza comenzó a regalarme sangre. Me volví loco. Tan sólo podía morder, morder por todas partes; miembro por miembro, músculo por músculo. Después de terminar quemé el cuerpo en un descampado cercano al lugar del crimen. El olor a carne quemada me resultaba asqueroso, pero tenía que hacerlo para no dejar huellas. Un crimen así haría cundir el pánico, y no me interesaba que la gente tuviera miedo. Cuando todo el cuerpo se hubo calcinado, decidí marcharme a mi lugar favorito. Llegué en apenas un minuto y, como siempre hacía después de cazar, recorrí una por una todas las ventanas del edificio de enfrente. Me gustaba contemplar a la gente, me ayudaba a olvidar la no-vida que yo llevaba. Me centraba en cada uno de ellos, ¿cómo eran capaces de convivir en armonía? Respiré hondo y un fuerte olor a <comida> me invadió de nuevo. Samantha -No puedo más –me dije entre lágrimas. Me derrumbé en el suelo, hundí la cabeza en mis manos y comencé a tararear la canción que solía cantarme mi madre. Esa canción siempre lograba animarme, pero ése era un día distinto, nada podía hacerme levantar la cabeza, nada. Había llegado el asqueroso momento de acabar con todo. Mi vida se podía resumir en... En realidad, en una sola palabra: Fracaso. Sí, vivía en un sinsentido. Acompañada, por su puesto, de un drogadicto como padre y una estúpida adolescente como hermana. Levanté la mirada. Sentí el viento mecer mi cabello y algo, no sé el qué, me empujó a hacerlo. Sin pensarlo dos veces me levanté del suelo, me sequé las lágrimas y, vacilante, me acerqué a la valla de la azotea. Miré hacia abajo y un escalofrío recorrió todo mi cuerpo. Di otro paso hacia delante y me apoyé en la valla con la mirada clavada en mis pies. Iba a ser libre. -Quiero ser libre. -No lo hagas. Una voz grave me hizo pegar un brinco. Miré hacia atrás asustada, pero allí no había nadie. -Mierda..., me estoy volviendo loca –me dije negando con la cabeza. -No serás libre si lo haces –la voz volvió –no serás nada. Miré hacia la derecha y entonces le vi allí. El propietario de la voz estaba sentado en la valla de la azotea, moviendo los pies de un lado a otro como si nada. Era un chico joven, de pelo oscuro y tez blanca, vestía un traje formal de color negro y unos mocasines del mismo color manchados de barro. -¡Joder! ¡Eh! ¡Bájate de ahí! ¡Te vas a matar! –grité como una histérica. Rió entre dientes, haciéndolos deslumbrar en la oscuridad. Yo le miré sin entender. -Oye, si no te importa, estaba en medio de una... -¿De una...? –negó con la cabeza -Deberías pensártelo, está muy alto. -¿Crees que no me he dado cuenta? Respiré hondo y volví a mirar hacia abajo. No era fácil hacer aquello. Pero TENÍA que hacerlo. Me acerqué aún más a la valla y levanté un pie con la intención de subirme. El chico me miraba sin inmutarse. -Mierda de... de indecisión –me quejé temblando. -No creo que tengas motivos para acabar así –volvió a hablar con un tono completamente neutral mirando al frente. -Tú qué sabes… –una pequeña lágrima se escurrió por mi mejilla –no tengo motivos para viv... vivir –mi voz se quebró. Él suspiró, se levantó de la valla sin esfuerzo y se marchó con toda la calma del mundo, sentándose en otro lado de la azotea. Le vi murmurar unas palabras que mis oídos no fueron capaces de escuchar. Me quedé sola. Allí, en una azotea, medio subida en la valla y con el corazón desencajado. -Venga, Sam –solté irónicamente, como si se tratara de un simple paso más en mi vida. Cerré los ojos con fuerza y me toqué el pecho, haciendo calmar el ir y venir de mi ansioso corazón. Sentí el frío viento en la cara y el temblor de mis piernas. Dejé de pensar y mi cuerpo se precipitó al vacío. -¡No! –oí un grito detrás de mí. La adrenalina se apoderó de mi cuerpo, también el miedo. Ya estaba todo claro, iba a morir. Fin, adiós Samantha, adiós mundo, adiós vida. Mil pensamientos se agolparon en mi cabeza: ¿Quién se ocuparía ahora de mi padre? ¿Quién pagaría el hospital en el que estaba? ¿Quién pagaría los estudios de mi hermana? ¿Quién se haría cargo de ella? ¿Cómo conseguirían el dinero para el alquiler del piso? -¡Mierda! –grité mientras caía. No podía morir. No podía dejarles. Ellos eran… Eran mi familia, y me necesitaban. El tiempo se detuvo y yo aproveché para maldecir al mundo. Creo que nunca había dicho tantas palabrotas juntas. Todas, por supuesto, calificando mi estupidez. ¿Cómo había sido capaz de hacerlo? De repente, una sombra negra pasó a toda velocidad junto a mí y al llegar abajo, se posó encima de un coche sin hacerle ni un solo rasguño, como si fuera una pluma. -¡Cuidado! –grité al ver que se había situado justo debajo de mí -¡Mierda, apártate! –chillé descontrolada. Él ni se inmuto. Tan sólo tendió los brazos y comenzó a contar en alto. -4... 3... 2... Llegó la hora, el suelo estaba a tan sólo dos metros. Caí, y sí, caí sobre él, y supongo que le aplasté. No sé, tan sólo recuerdo un fuerte golpe que me hizo perder la consciencia. También cómo mi espalda hacía <crack> y cómo me hundía en su cuerpo. * * * Abrí un ojo sí y otro no y miré a mi alrededor. Me vi rodeada de sábanas blancas, muebles blancos, paredes blancas, baldosas blancas, techo blanco.... Metí la cabeza debajo de las sábanas y me miré. Sí, el pijama también era blanco. Levanté la mirada. Entre toda esa blancura destacaba mi hermana con aquellos coloretes rojos y ese cabello color tierra. Leía tranquilamente una revista de corazón y agitaba lentamente la cabeza con cada párrafo que leía. Le encantaban esas revistas, se sabía la vida de todos y cada uno de los famosos, era increíble. -Ey Zahara –hablé con voz ronca. Ella me miró y arqueó una ceja. -¿Ya te has cansado de dormir? -Podría seguir –comenté sarcástica incorporándome. De repente, el recuerdo de la caída se coló en mi cabeza, haciéndome soltar un quejido. Abrí los ojos como platos y mil preguntas comenzaron a agolparse en mi confundida mente, haciendo que su peso aumentara exageradamente. -¿Dó… dónde está el chico? Mi hermana me miró extrañada arrugando la frente y dejando la revista a un lado. -Mierda, le aplasté y murió, ¿verdad? -¿Qué coño dices, Sam? -Lo sabía… –murmuré tapándome la cara con las manos –Se lo advertí… Mi hermana se levantó. -¿A dónde vas? –levanté la vista y hablé sin comprender. -A avisar a la enfermera, te has debido dar una buena leche en la cabeza. -N… no… Quédate aquí… Ella se volvió a sentar, se inclinó hacia mí y me agarró la mano muy seria. -Sam, ¿qué pasó? El chico que te dejó en el hospital dijo que te había encontrado en medio de la calle tirada en el suelo. Ahí sola, sin nadie, ¿qué te ocurrió? Espera... –abrió los ojos horrorizada –¿te... te violaron? Mi corazón dio un vuelco. -¿Quién me dejó en el hospital? -No quiso dar su nombre –me miró de nuevo con una nota de angustia en la mirada –¿qué te pasó, Sam? Dime. Yo no la contesté. ¿Qué le decía? ¿Que había saltado como una gilipollas de un sexto piso y que un desconocido me había salvado la vida?, ah sí, y que luego se había marchado sin dejar rastro, después de saltar de una azotea solo para… Entrecerré los ojos y examiné detenidamente todo lo que había pasado la noche anterior… ¿Cómo fue capaz de aterrizar en el suelo y no hacerse ni un solo rasguño? Y, ¿cómo había sido capaz de soportar mi caída? -Sam –la voz de mi hermana me hizo volver a la realidad. -Es que... Es que no me acuerdo –mentí –No recuerdo absolutamente nada. -¿Nada de nada? Negué con la cabeza y me senté en el borde de la cama. Al hacerlo mi espalda se quejó. -¡Mierda! creo que me he roto la espalda. -Anda, exagerada, el médico dice que estás perfectamente, sólo un par de golpecitos sin importancia. Michael Después de cometer la grandísima estupidez de salvar a la chica, decidí marcharme a casa. A pesar de estar a 20 Km. de distancia, llegué en tan sólo 6 minutos. El placer de poder volar. Mi piso estaba situado en una de las calles principales de la ciudad y, aunque se encontraba lejos del centro, casi siempre estaba llena de gente; gente comprando por las tiendas de los alrededores, gente yendo al cine, gente comiendo en los restaurantes del final de la calle... Lo odiaba. Al llegar me puse ropa más cómoda. Hacía bastante calor dentro de casa, así que opté por dejar la camiseta debajo de la almohada. Fui a la cocina y bebí un trago de A+, mi preferida. Normalmente, cuando atacaba a mis víctimas, guardaba un poco de líquido rojo para mis desayunos. A esa hora, a nadie le apetecía cazar. Claro que no era lo mismo, a mí me gustaba morder, era un placer. Por muy vago que fuera, no cabía en mi cabeza prescindir de aquella maravilla. Me tumbé en el sofá y comencé a repasar con la mirada el gotéele de la pared, no tenía nada mejor que hacer. De repente, un suspiro, mi suspiro, rompió el silencio sepulcral que solía reinar en mi piso, y el rostro de la chica suicida me vino a la cabeza. Una de mis manos, inconscientemente, me golpeó la cara. Aquella chica era una desconocida, una humana, deliciosa comida, yo mataba a chicas como ella para alimentarme, ¿por qué la había salvado? -Imbécil –me volví a golpear indignado. De repente, un sonido desconocido se coló por mi conducto auditivo. Me levanté y me acerqué a la puerta. Una de las (pocas) ventajas de ser vampiro es que si conoces muy bien un espacio, eres capaz de advertir ligeramente lo que se encuentra al otro lado de la pared. Mi pasillo lo conocía como la palma de mi mano, así que no me resultó muy complicado ver lo que había al otro lado de la puerta. Entorné los ojos y comencé a observar. Había un hombre de unos… treinta y cinco años. Su pelo era castaño y sus ojos… Me acerqué más a la puerta; azules, sí, eran azules. Llevaba consigo dos maletas y por su forma de moverse de un lado a otro, parecía nervioso. Agudicé el oído. -Aquí no está, George. Nos hemos equivocado de piso. La casamentera te dijo que era el 5ºc, ¿no? –habló una voz dulce. Aquella melodiosa voz no era de hombre, había alguien más con él. Me moví a la derecha, y detrás de una columna de granito, advertí la figura de una mujer algo más joven que él. También llevaba una maleta consigo y sus andares, acompañados del vaivén de unas perfectas caderas, eran de lo más espectaculares. -Vaya… –murmuré cerrando la boca. La mujer se acercó a mi puerta clavando sus tacones negros en el parqué del pasillo. Al tenerla más cerca pude estudiar a la perfección todo su rostro. Sus ojos destacaban sobre el resto de las facciones. El iris, de un azul cielo, se encontraba protegido por unas largas pestañas que se sacudían grácilmente con cada pestañeo. Su nariz, pequeña y respingona, se agitaba ligeramente al dejar entrar y salir el aire. Me fijé más aún y advertí que llevaba pintados los labios de un color rojo intenso. Hacían juego con su larga melena pelirroja. Aquella mujer era una belleza. De repente, su mirada se posó en mí y comenzó a reír divertida. Di un paso atrás impresionado. -¿De qué te ríes, cariño? –le preguntó su acompañante. Ella no contestó. Se giró hacia su marido y le guió hasta el ascensor. Al cerrarse las puertas me volvió a dedicar otra amplia sonrisa. Me aparté de la puerta extrañado. ¿Aquella mujer podía verme? -Eso es imposible. Me volví a sentar en el sofá y al segundo me vi sumergido en sueños. Samantha Por un momento pensé que todo lo que había pasado la noche anterior había sido una terrible pesadilla, pero al levantarme de la cama del hospital y notar mi cuerpo dolorido fui consciente de que todo aquello había pasado de verdad. El médico me dio el alta y me marché más contenta que unas castañuelas. Odiaba los hospitales. Mi casa estaba en uno de los barrios más pobres de la ciudad. Pisos alquilados con escasos metros cuadrados y grietas por todos los lados. Era asqueroso... Incluso las cucarachas formaban a veces parte de la familia. Al llegar, me encontré el salón hecho un desastre. La ropa sucia que había dejado el día anterior en el cesto, seguía encima de la mesa y el suelo estaba lleno de porquerías; la mochila de mi hermana, platos sucios, revistas viejas... -Mira que le dije que ordenara el salón -maldije a mi hermana. Repasé el cesto con la mirada y, entre toda la ropa sucia, vi mi uniforme. ¡Mierda! Era el único que tenía. Ordené un poco el salón y me fui a dar un baño. Lo necesitaba. Introduje el pie en la bañera y con la puntita del dedo gordo toqué el agua. Estaba a la temperatura perfecta, así que metí todo el cuerpo. Al hacerlo sentí un escalofrío y todo mi bello se erizó y noté cómo me ardían las piernas. Una vez que me hube acostumbrado a la temperatura, me faltó poco para quedarme dormida. Qué relajante era aquello... Saqué medio brazo del agua y sentí cómo el frío volvía a poner mi piel de gallina. Giré la muñeca y miré la hora. -¡Joder! –grité saliendo de la bañera de un salto –¡llego tardísimo! Poco me faltó para llegar descalza al trabajo. Fui consciente de que algo no iba bien cuando casi me rompo el pie al pisar el acelerador. Volví a casa (perdí otros cinco minutos) y me puse los zapatos que solía llevar al trabajo. Después de 20 minutos, llegué a la calle Salmorel. Aparqué mi chatarra al lado de un deportivo y, corriendo como una loca, me introduje en el infierno. Al entrar esperaba encontrarme a mi “querido” jefe con un cuchillo en la mano, pero allí no había nadie. Me puse algo más cómodo, me recogí el pelo, barrí el suelo y revisé la caja. El pan de cada día. Antes de abrir las puertas para que los clientes pudieran pasar, decidí pasarle un trapito a la barra. -¿Por qué has llegado tarde, Samantha? –levanté la vista y allí, frente a mí, estaba mi jefe con un humor de perros (por lo menos no llevaba un cuchillo en la mano). -Hola Jhon, ¿cómo estás? -Te dije que no volvieras a llegar tarde. -Ya, verás… tuve un problemilla… He pasado la noche en el hosp… -No me valen tus excusas –me interrumpió –Siempre te ocurre algo. Yo agaché la cabeza. Tenía razón, si no era por una cosa, era por otra. -De verdad, Samantha –cambió su tono malhumorado por uno serio y amenazador –no vuelvas a llegar tarde. Es un ultimátum. Se marchó, abrió las puertas de la entrada, y al segundo comenzó a entrar gente hambrienta. Trabajaba en el restaurante del hotel Salmorel, un hotel de lo más lujoso. Era un poco triste, la verdad, todos los clientes que venían a comer solían ser viejos millonarios y señoronas emperifolladas que no hacían más que recordarme la vida tan triste que tenía comparada con ellos. Resoplé asqueada y fui a atender a una pareja de ingleses. Aquella semana estaba siendo de lo más asquerosa. Cuando les hube atendido y puesto la comida en la mesa, unos chicos situados en la mesa de al lado comenzaron a silbarme. Lo que faltaba, ahora me trataban como a un perro. -¿Qué desean los señores? –me di la vuelta con cara de pocos amigos. -Esa pregunta es muy, muy relativa… –dijo mirándome de arriba abajo. Levanté una ceja. -Muy bien, ¿qué quieren los señores de lo que viene en la carta? -¿Tú estás en ella? -No, lo siento –dije con buena cara aguantando las ganas de tirarle la bandeja a la cara. -Pues que pena, tienes pinta de estar muy, muy rica… –dijo el otro centrando su mirada en mi delantera. Yo me quedé en silencio repitiéndome una y otra vez que no debía atacar a los clientes. -¿Seguro que no estás en la carta, monada? -Tu madre igual sí que está –dije recalcando bien la palabra "madre" -¿Qué has dicho? –me preguntó el chico entornando los ojos. Respiré hondo. No debía ponerme a su altura, yo era una chica madura, no una estúpida niñata que se alterara por cualquier cosa. -¿Me podrían decir qué van a tomar? -¿Te lo repito? –volvió a decir levantándose de la silla y acercándose a mí. -No te acerques. -¿O qué? –me vino un terrible olor a alcohol. -No.te.acerques.más –repetí entre dientes. El chico dio un paso más hacia mí y yo, sin pensarlo dos veces, le propiné un rodillazo en su miembro viril. -¡Ahg, maldita puta! –exclamó retorciéndose del dolor. Levanté la mirada y sentí cómo mi rostro se teñía de rojo al advertir a todo el restaurante con la vista bien fija en mí. Jhon, mi jefe, se acercó corriendo hacia nosotros y me apartó a un lado con agresividad. -Señor, ¿está usted bien? –habló nervioso ayudándole a levantarse. -Tráigame la hoja de reclamaciones –dijo entrecortado y con expresión dolorida –¡tráigame la maldita hoja de reclamaciones! -Pe... pero... cálmese, esto n... -¿No me ha oído? -¡Anne! –llamó entre gritos a una de las camareras que observaba incrédula la escena –tráigale al señor lo que ha pedido. Jhon se acercó a mí con el ceño fruncido. -Samantha, olvídate de seguir trabajando aquí. ¡Estás despedida! -Pero Jhon... yo tan sólo he... -¡Coge tus cosas y márchate! –me señaló la puerta y se marchó hacia la cocina. Yo no dije nada. Sólo le eché una mirada envenenada al "herido" y me largué dando un portazo. Michael Me desperté con el ruido del móvil. Lo miré y advertí un mensaje de Blaid, que, como siempre, necesitaba mi ayuda. Blaid era el típico amigo que nadie quiere tener; egoísta, emocionalmente inestable, sin un duro, siempre con problemas y de lo más pesado. Odiaba su forma de ser. Sin embargo, había estado a mi lado desde que tenía memoria. Me aseé, me vestí, cogí uno de los frasquitos que había en la nevera, lo vacié en mi boca, y después, sin ninguna prisa, me dirigí al ascensor. Cuando las puertas se estaban cerrando, escuché el sonido acelerado de unos zapatos de tacón. -¡Espera! –apareció la chica de la noche anterior corriendo hacia el ascensor. Yo ni me inmuté. Ni siquiera hice el esfuerzo de parar las puertas, odiaba estar en sitios cerrados con humanos, el olor me cegaba. Sorprendentemente, ella sola fue capaz de entrar antes de que se cerraran las puertas del todo. -Vaya… qué hábil –murmuré cuando se hubo colado. -Gracias por darle al botón de abrir –dijo irónica mientras lo señalaba. -De nada –contesté dejando de respirar. La chica me miró entrecerrando los ojos. No hacía falta que girara la cabeza para ver su expresión, podía percibirla perfectamente sin hacer ningún esfuerzo. Su mirada se centró en mi pecho y en su rostro se dibujó una sonrisa. -Me llamo Agnes –me tendió la mano. La miré extrañado estudiando su perfecto rostro angelical. -Michael –volví la vista al frente sin darle la mano. -Michael… –su tono de voz se volvió meloso –me gusta ese nombre. Se situó detrás de mí jugando con la pulsera que llevaba alrededor de la muñeca. -¿Sabes? –susurró rozando mi cuello con su aliento –se me acaba de ocurrir algo… -me agarró la mano y la llevó hasta su pierna. Mis músculos se tensaron, abrí los ojos como platos y mi nariz se relajó. Olí, pero su olor, asombrosamente, no me atrajo, de hecho, apenas olía. La chica comenzó a subir lentamente mi mano hasta llegar a su vestido. Yo no podía moverme, me había quedado congelado. Dio unos pasos hacia un lado y se situó delante de mí. Yo la miré atónito y ella volvió a sonreír. Me acarició los labios y guió mi mano hasta su espalda, presionando su cuerpo contra el mío. -¿Qué… qué haces? –logré articular. Ella no contestó, se acercó más a mí y me besó. Yo automáticamente la seguí. Cuando nuestras lenguas se encontraron, una fuerza impalpable me rodeó y comencé a actuar sin pensar. La cogí en brazos, sus piernas se enrollaron a mi alrededor y comenzó a bajar sus cálidas manos desde mi cuello hasta mi entrepierna. Inconscientemente apreté el botón del ascensor y lo hice parar entre el segundo y el primer piso. No entendía qué estaba haciendo, ni siquiera quería continuar, pero no podía parar. Sus manos se metieron en mi pantalón y las mías decidieron subir aquel vestido tan corto que llevaba. Después todo fueron gemidos y suspiros. Como de costumbre, las yemas de mis dedos apenas sintieron nada. Me concentré en cada milímetro que recorría con mi mano, pero no era capaz de apreciar con ellas absolutamente nada de su cuerpo. Yo sentía cuando me tocaban, pero como siempre me ocurría con todo el mundo, era incapaz de sentir cuando yo tocaba a alguien. El revuelo pasó y me subí los pantalones. Ella se puso el vestido. Sin apartar la mirada de mí se acercó a los botones del ascensor y le dio al de la planta baja. No dijimos nada más, continuamos en silencio en la misma posición del principio y, al abrirse las puertas, salí con paso ligero. -Adiós Michael –dijo riendo por lo bajo.
  24. Sangre Campestre

    He decidido volver a publicar Sangre Campestre, pero esta vez con un guion mucho mejor. Aquí la introducción: ---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- Me llamo Cova, tengo 16 años y esta es la historia de mi regreso a Riverview, mi pueblo natal. Ya nací en Riverview, un pequeño pueblecillo de SimCity. Se puede decir que tengo "Sangre Campestre". Cuando cumplí los 5 años, mi madre recibió una oferta de trabajo en Bridgeport. Sin importarles lo que yo pensase, mis padres decidieron mudarnos allí. Desde entonces no volví a ver a mi familia, ya que todos vivían en Riverview. Quería volver a reencontrarme con mi tío Jon, mi prima Lindsay, mis abuelos... Así que decidí venir a vivir temporalmente a Riverview con mi tío. Sabía que era una decisión importante, pues tendría que estar mucho tiempo sin mi familia y mis amigas, pero era mi decisión: me iba a Riverview. ---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- -¡No te puedes ir, Cova! -mi hermana Miren lloraba un montón. Ella no sabía las ganas que tenía de ir a Riverview, ya que ella nunca estuvo allí ni conoció a la familia. -No llores, peque -dije tratando de animarla- te he comprado los pendientes de aro que querías, ¿a que te gusta? Sabía perfectamente que mi hermana deseaba tener esos pendientes, más que nada porque yo los tenía, y me quería imitar. Miren se secó las lágrimas con la mano y sonrió un poco. -¡Mi niña, que se va de casa! -mamá parecía disgustada. -¡Os echaré de menos! -dije yo. -¿Seguro que no quieres que tu padre te acompañe a la estación? -a mamá le daba miedo que saliese sola por Bridgeport a las 6 de la mañana, ya que aún no había amanecido del todo. -Seguro; estaré bien -contesté. Ya me disponía a salir por la puerta, pero de pronto vi a Eva acercándose hacia allí. Eva era mi mejor amiga desde que me vine a vivir a Bridgeport. Me apoyó mucho cuando era nueva en la ciudad. -Jo, tía, ¡me ralla un montón que te vayas! -Sabes que lo hago por una buena razón. -¿Qué te pasa ahora? -pregunté. -¡No quiero que te marches! -Anda, no te comportes como una niña pequeña... -Sabes que siempre seremos las mejores amigas y, además, volveré pronto -cogí a Eva de la mano. A mí también me estaban entrando ganas de llorar. -Está bien. ¡Te quiero, tía! -dijo Eva, aún con lágrimas en la mejilla. Y, así, abandoné el edificio en el que yo vivía.
  25. Zauma History (comic)

    Hola a todos! He decidido hacer mi historia en modo comic basada en el anime: Naruto Shippuden, y aqui la dejo por si alguien quiere leerla: Hipnosis. La historia trata de la vida de una jovén que perdió a su madre cuando ella era pequeña, esa joven llamada Zauma, se esfuerza en hacerse fuerte para vengar la muerte de su madre, y por el camino se va encontrando con muchos obstaculos que tendra que superar por su propia cuenta. En uno de sus viajes se encuentra con un viejo amigo y los 2 tienen lo mismo como objetivo. En un tiempo ella conoce a mucha gente a la que aprecia pero por desgracia Zauma un día tubo que tomar una decisión que la cambiaría la vida. A partir de ahí todo lo que apreciaba, sus amigos, su hogar.. pasa a ser todo lo contrario, aunque aún no todo esta perdido.. no esta sola. Capitulo 1. 'Pasado' _________________________________________________ Proximo cápitulo: (13/Abril/2011) Sigue la historia en: http://zaumabreetsworld.blogspot.com (Dentro de poco haré el opening de la serie (la apertura) y la subiré en mi blog.) Gracias si es que alguien lo lee xD

Uniendo Simmers desde 2005

La comunidad Sim de habla hispana puede disfrutar en Actualidad Sims de un lugar donde divertirse y compartir experiencias en un ambiente familiar.

Llevamos más de una década uniendo a Simmers de todo el mundo y colaborando en grandes proyectos.