Historia finalizada # Distopía # [Terminada]

[Luxy 2.329]

Lú, pues al final como te comenté me lo acabé comprando ayer en la Feria del Libro, no puedo esperar a leerlo,si ya me ha dicho mucha gente que está genial!!

Si te lo acabas antes que yo, no digas nada del final! XDDD

Y por cierto, esta historia va a ser diferente a la del libro, solo tienen en comun lo de la enfermedad...

[eclipse 0]

Increible... menuda historia te haz montado...ya quiero saber como sigue... DIOS!... yo no tengo remedio... ahora me toca esperar

[Luxy 2.329]

Increible... menuda historia te haz montado...ya quiero saber como sigue... DIOS!... yo no tengo remedio... ahora me toca esperar

Si te gusta el argumento, te puede gustar el libro en el que esta basada la historia XD, lo hay para descargar en internet y todo, se llama "Delirium" de Lauren Oliver

[Merchedj 3.915]

Me ha encantado el primer capítulo. La historia es muy original y respecto al libro, no lo conocia. Si decís que está muy bien, me lo compraré.

[Nastyuja 122]

Lu, otra historia genial! Es superoriginal...

Pero que mundo mas cruel! Prohibir los sentimientos, segun mi opinion, es algo inhumano...

Sigue pronto!

[Luxy 2.329]

Lu, otra historia genial! Es superoriginal...

Pero que mundo mas cruel! Prohibir los sentimientos, segun mi opinion, es algo inhumano...

Sigue pronto!

Bueno, tendria sus cosas buenas XD, pero si, mayoritariamente seria horrible

[Sayori 14]

Muy buena Lu!! Me encanta tu forma de redactar y ademas la historia muy original. Te felicito! Me encanta!

[Luxy 2.329]

Muy buena Lu!! Me encanta tu forma de redactar y ademas la historia muy original. Te felicito! Me encanta!

Gracias :)

[Luxy 2.329]

La luz del sol comenzaba a iluminar todo el pueblo, con su bello amanecer bañaba las ventanas de todas las casas, especialmente las situadas cerca de mar.

Froté mis ojos, perezosa, con las yemas de los dedos y mi espalda se arqueó sobre la cama mientras estiraba los brazos hacia atrás. Me levanté pesadamente y me aproximé a la ventana, para despejar las cortinas y que el resplandor llegara con más fuerza.

Eché una rápida ojeada al paisaje antes de darme cuenta de la presencia de Beis en el jardín trasero de mi casa.

- ¡Ariaaa!- gritó desde abajo.

- ¡Ya bajo, ya bajo!- le contesté mientras hacía gestos con las manos, indicándole que bajara el volumen. Nadie quiere vecinos ruidosos.

Me cambié en un abrir y cerrar de ojos y con el bocado en la boca, salí por la puerta trasera para reunirme con ella.

- ¡Hola! ¿Cómo estás? ¡Bah, no sé para qué pregunto, tú siempre estás bien! ¿Vamos a la plaza?- dijo con una velocidad impresionante, casi sin ninguna pausa.

A veces me asombra la cantidad de palabras que es capaz de soltar Beis en menos de 10 segundos. Pero ya estoy acostumbrada, en nuestra relación ella habla y yo escucho. Total, tampoco tendría nada que contar.

Bueno, digamos que ahora sí tengo algo que comentarle, pero no estoy segura de que sea buena idea.

Cada vez que recuerdo lo cerca que estuve de Marcos ayer, me recorre un escalofrío por todo el cuerpo, desde el centro de mi corazón hasta la misma punta de las extremidades.

No sé ni cómo soy capaz de estar con Beis frente a frente después de eso.

¿Debería contárselo? Quizás es mejor no decir nada, puede que no le gusten muchas de las partes de la historia, como que Marcos tiene acceso a contenidos ilegales, que estuvo ayer en mi casa a escasos centímetros de mi, etc.

Antes de darme cuenta, de lo sumida que estaba en mis pensamientos, ya habíamos llegado a la playa.

Nos encontrábamos tumbadas en un par de hamacas, porque aún no hacía demasiado buen tiempo como para tirarse en la arena en bañador.

Beis parloteaba sobre algunas obras de arte distraída mientras me preguntaba cómo es que no me había sacado aún el tema del cambio de pareja que solicitó Marcos.

- ¡Eh, hola! – dijo una voz masculina que provenía de mi izquierda.

Giré la cabeza hacia ese lado y mi cuerpo se heló de pronto.

- ¡Qué casualidad encontrarte aquí, Aria!- exclamó sonriéndome.

Yo no dije nada, pero Sentí que a mi derecha estaba empezando a arder una hoguera sin control.

Ella se levantó elegantemente, ignorando el hecho de que su asignado no se había dado cuenta de su presencia y se dirigió a él.

-¡Hola Marcos!- dijo alegremente, con una sonrisa que ocultaba toda su furia.

Alargó sus manos hacia las de él y yo tragué saliva nerviosamente, pero Marcos rehuyó su contacto y la apartó mientras daba un paso hacia atrás.

- Oh, perdona, no te había visto.- le dijo a Beis mientras se dirigía hacia mí.

Me levanté por educación y lo saludé educadamente.

Beis parecía petrificada detrás de nosotros observándonos con su pelo anaranjado al viento y endureciendo su mandíbula.

- ¿Tuviste ayer muchos problemas por mi culpa? – me dijo él.

- Eh… no te preocupes, nada grave.- vocalicé en tono sereno mientras pensaba cómo salir de esta situación tan incómoda.

- Ah, uf, que alivio… me quedé preocupado.- aseguró.

Sentí las uñas de Beis clavándose alrededor de mi brazo mientras me llevaba hacia a unos metros más allá, ante la mirada confusa de Marcos.

-¿De qué os conocéis?-exigió más que preguntó.

-Eh… ayer vino a arreglarle el ordenador a mi madre. Sólo eso.- le aseguré mientras comenzaba a transpirar de más, porque eso no era del todo cierto.

-Ya, claro, seguro. ¿Te crees que soy estúpida? ¡Eres una…eres una LAGARTA! ¡Estoy harta de que vayas de santita y de ver cómo todo el mundo te alaba!- gritó furiosa.

No me dio tiempo a defenderme, aunque tampoco tengo claro que pudiera hacerlo, estaba temblando. Nunca había visto a mi mejor amiga tan alterada y diciendo esas cosas de mi.

Dio media vuelta y fue junta a Marcos, que nos observaba al otro lado, más cerca del mar.

-¡Y tú…! ¡Tú eres mi asignado! ¡¿Qué hacías con ella?!-

- A mi no me hables así. Yo dentro de unos días ya no seré tu asignado, y aunque lo siguiera siendo, tengo derecho a hablar con quien quiera.- le respondió serenamente.

Beis se quedó sin argumentos. Le temblaban los labios irregularmente, pero parece que eso no fue un obstáculo para que nos gritara mientras corría alejándose de nosotros:

-¡Iros al infierno!-

Iba a ir tras ella, pero Marcos me detuvo, cogiéndome de las manos, húmedas del nerviosismo.

- No vayas. Parece estar muy enfadada.-

- Pero… ella es mi amiga.- alegué.

- ¿Después de lo que te ha dicho? No tenía razón, se ha comportado como una paranoica.-

Bajé los ojos hacia la arena y me di cuenta de que aún seguíamos cogidos de las manos, en un lugar público. Alguien podría vernos-

-Tranquila, no hay nadie, pero mejor vayamos hacia las rocas de la playa secundaria… ¡Te echo un carrera!- gritó mientras lo veía alejándose.

“¿Pero este chico está bien de la cabeza?” me pregunté a mi misma.

-¡Espera!- exclamé mientras comenzaba a correr tras él.

Miré hacia los lados, y agradecí que la playa estuviera desierta. Menos mal que aún era temprano, pero él tenía razón, es mejor ir a un lugar más alejado para que no nos vean juntos.

La playa secundaria era preciosa. Al fondo podía verse un arco formado por las rocas, tras años y años de erosión por el mar.

Sin aliento, me reuní con él allí. Estaba esperándome despreocupadamente de pie, mirándome.

- Eres lenta.- me dijo.

- Me da igual, Beis está enfadada conmigo porque no le había contado que ayer nos conocimos y hoy se ha enterado de la peor manera posible.-

- No tiene por qué estar enfadada. Tú y yo somos los que tendríamos que estar molestos con su actitud. No nos ha tratado bien.

- Oh, vamos, el día en que quedasteis la trataste fatal.- le dije entornando los ojos.

-¿¿¿Fatal??? Pero si ella no dejaba de hablar en toda la tarde de sí misma. Menos mal que me llamó mi padre después de un rato por un asunto y tuve irme.- aseguró.

Abrí la boca asombrada durante un segundo y la cerré de golpe al ser consciente que con esa expresión seguramente me veía muy estúpida.

- Pero… debí haberle contado lo que pasó ayer.-razoné.

- Tranquila…- susurró rodeándome con los brazos.

Lo miré mientras subía los míos, debajo de los suyos, hasta sus hombros.

Y en este instante me da igual que nos vean, si es que hay gente. Me da igual estar enferma de amor, completamente. Y sobre todo, me da igual que esté prohibido.

¿Quién es el estado para decirme a mi qué hacer con mi vida?

Ni la cárcel me haría arrepentirme de esto.

Rozar sus labios con los míos y estremecerme con su suavidad, merece la pena. Lo tengo claro.

Bajé una de mis manos hacia abajo, para acariciarlo mientras él jugueteaba con mi pelo.

En ese instante, nos separamos en cuanto mi móvil comenzó a vibrar en interior del bolsillo de mi pantalón.

Con una sonrisa pulsé el botón de aceptar llamada mientras me lo llevaba a la oreja.

-¿Sí?- contesté.

-¿Aria? ¿Puedes venir a casa? Tenemos que hablar.- escuché al otro lado del móvil la voz de mi madre, fría.

-Oh, vale, voy para allá…-

-¿Dónde estás?- me preguntó.

-Eh… con Beis, en la playa.- respondí algo nerviosa, ante la mentira.

-Entiendo… ven ahora.- exigió.

Me despedí de Marcos en un segundo, pensando que algo grave ocurría en mi casa, y corrí atravesando toda la playa, hasta mi casa.

Entré por la puerta principal y giré ala derecha, hacia el salón. Donde mi madre aún se encontraba en bata de casa sentada en el sofá.

-Ven, siéntate.- me dijo seriamente.

Me senté con un suspiro, secando las palmas de mis manos en los pantalones.

-No estabas con Beis.- dijo.

-Sí que estaba, estábamos en la playa…-

-No. Beis estaba aquí cuando te llamé. Vino a contarme que te ves con un chico. Con SU chico. Con el que vino ayer a esta casa.- pronunció tajantemente.

- Mamá, tiene una explicación…-

-Silencio.- me cortó.- Ya me lo ha contado todo, y después de tu actitud de ayer, no puedo creer nada de lo que digas.- dijo sin emoción alguna.

Me puse en pie y la afronté.

-¡Es mentira!¡Te ha mentido!- grité.

-¿Pero te estás viendo? ¡Presta atención a tu comportamiento!¡Estás enferma!-

-¿¡Y qué!?-

-He arreglado las cosas para operarte mañana mismo. Vas a hacerte la intervención. Y al día siguiente, volverás a ser la misma que antes y esto te parecerá una tontería.- me aseguró.

-¡No pienso operarme!- exclamé furiosa.

-Mario, llévatela.- le pidió al policía que surgió de la nada.

-¡No!- grité mientras intentaba golpearlo con las manos.

Pero no dio resultado. Era un hombre fuerte, y me puso las esposas por detrás de la espalda, bien apretadas.

Mi madre se acercó a él, con unas cuantas palabras, le pidió que este asunto no saliera de aquí y le metió un par de billetes en el bolsillo de la camisa.

Eso me desilusionó muchísimo, tanto, que dejé de gritar e intentar escaparme.

Me limité a mirar a mi madre fríamente mientras nos abría la puerta de casa y el policía me llevaba a su coche.

-Es por tu bien.- la escuché decir a mis espaladas.

[Zira 79]

Esta genial!!! Lú me encanta ^^

[Luxy 2.329]

Esta genial!!! Lú me encanta ^^

Gracias =D

Tuve un minutillo, asi que lo escribi hoy todo de una sentada XD

[Sweet Tsuyu 251]

Vaya que mal por Aria, no hizo nada malo, vamos.

Se ha enrollando con un tío.

Sin duda esta historia tendrá un buen argumento.

Haces las historias muy bien y espero sigas la otra.

[Nastyuja 122]

Que hija de ---- es la madre de Aria! La mandaba yo a la carcel!!!

Espeor que Marcos y Aria esten juntos! Tan lindos sentimientos no deberian prohibirse

Esperando el ultimo capi! Que sea un happy end, porfa!

[Luxy 2.329]

Vaya que mal por Aria, no hizo nada malo, vamos.

Se ha enrollando con un tío.

Sin duda esta historia tendrá un buen argumento.

Haces las historias muy bien y espero sigas la otra.

La seguire Altered cuando termine esta minihistoria... solo queda un capitulo :)

Que hija de ---- es la madre de Aria! La mandaba yo a la carcel!!!

Espeor que Marcos y Aria esten juntos! Tan lindos sentimientos no deberian prohibirse

Esperando el ultimo capi! Que sea un happy end, porfa!

El final ya estaba planeado desde el principio, sera emotivo y cada uno podra sacar su interpretacion sobre el XD

(que misteriosa sueno a veces XDDD)

[Nastyuja 122]

La seguire Altered cuando termine esta minihistoria... solo queda un capitulo :)

El final ya estaba planeado desde el principio, sera emotivo y cada uno podra sacar su interpretacion sobre el XD

(que misteriosa sueno a veces XDDD)

Da igual, lo cambias a happy end y punto! Ya vale de historias tristes che!

[Luxy 2.329]

Da igual, lo cambias a happy end y punto! Ya vale de historias tristes che!

No lo voy a cambiar, esta planeado desde el principio, cuando me vino la idea XD

Jo, es que no puedo decir mucho porque sino os lo chafo =S ... pero yo creo que va a terminar, como debe terminar, y despues cada uno hara su valoracion sobre lo ocurrido segun su criterio y lo meterá en el cajón que le parezca XD

[eclipse 0]

... ooo me quedo con todas las ganas de el próximo capítulo

[Marisita 228]

Me encanta la historia Lu, es genial porfis no me dejes asi sube pronto el proximo capi!

[Luxy 2.329]

Gracias =D

Pos subire capitulo en breve XD

[Luxy 2.329]

Lo primero que escuché al despertarme fue el sonido de las olas, lento y apacible.

No abrí los ojos, pero recordé todo lo que había pasado ayer, cuando mi madre llamó a la policía y me llevaron al hospital. Aunque no había forcejeado, me habían anestesiado, seguramente por temor a contagios.

Son todos unos ingenuos, creen que soy yo la enferma, cuando es esta sociedad opresora la que tiene un problema serio.

Abrí los ojos lentamente, como acostumbraba a hacer y parpadeé varias veces antes de que mis ojos se acostumbraran a la cantidad de luz que había en mi habitación del hospital. Era todo de un blanco inmaculado. No estaba atada, como temía, pero mi madre estaba en la habitación vigilándome desde un sillón entre dos ventanas.

Sentía su respiración acompasada cuando se levantó y se acercó a mi cama. Era un poco incómodo hacerme la dormida, los párpados me temblaban intermitentemente cuando sentí que mi madre se levantaba y caminaba hasta el pie de mi cama.

- Sé que no estás dormida, Aria.- pronunció en forma de reproche.

- Pensé que así haría más fácil nuestra convivencia mientras no esté operada.- la encaré.

- No te hagas la graciosa conmigo. Esto tendría que pasar tarde o temprano.- alegó.

Con una mano me quité la manta de encima resoplando para contrarrestar el mareo. Me quedé sentada en el borde frente a la mujer que me dio la vida y ahora me la quitaba. Porque ahora lo entiendo. La vida es enamorarse de las personas y de las cosas, soportando todo lo malo.

- Mamá, no quiero que me operen.- le dije seriamente.

- Pero es por tu bien.- respondió.

- ¿A quién pretendes engañar? ¡Lo haces por ti, no soportas que yo tenga lo que tú tenías con papá porque tu relación terminó mal!- le grité mientras me ponía en pie, con fuerzas.

- ¡No quiero que te equivoques! ¡Los sentimientos no sirven para nada!- me escupió en palabras con rabia por tocar un tema tan delicado.

- ¡No es un error! ¡Y aunque lo fuera, no se puede ser feliz a menos que se sea desgraciado alguna vez!-

- No pienso hablar más contigo. ¡Vas a ser operada hagas lo que hagas, así que túmbate en esa cama y compórtate!- me dijo alzando el dedo índice frente a su rostro como advertencia.

Sus tacones resonaban en el suelo incluso después de cerrar la puerta de mi habitación.

Acomodé la almohada y me tumbé boca arriba en busca de paz.

Mis manos reposaban en mi vientre, juntas, mientras pensaba cómo salir de allí.

“¿Cuantos guardias puede haber en un hospital?” “Joder, Aria, esto no es una cárcel, no puede haber muchos, incluso puede que no tengas ninguna tras la puerta” “Si voy a hacer algo, tengo que hacerlo ahora, ¿Pero qué?” “¿Habrán cogido a Marcos también? ¿Y si está aquí?”

Decidí improvisar, después de todo, no tenía demasiado tiempo para planearlo.

Me puse de pie y abrí la puerta con cuidado, mirando a uno y otro lado: no había nadie. Genial.

Pasaron dos personas a mi lado, pero no pareció que les llamara la atención. Seguramente estaba en un hospital público. No habría demasiada vigilancia.

Fui hasta recepción y aprovechando la hora de comer de la recepcionista entré en el ordenador y miré las fichas de los últimos ingresados. Ningún Marcos.

Bajé por las escaleras de incendios hasta la calle.

Parecía que el hospital estaba formado por varios bloques de edificios. Supuse que el más grande, de donde yo había salido, era el principal.

Quería ir en busca de Marcos, ¿pero por dónde iba a empezar?

Escuché pasos detrás de mí y me escondí detrás de una pared de los edificios mientras giraba la cabeza hacia el otro lado, por temor, apretando los dientes.

De pronto, un hombre me puso la mano en la boca.

-Shhh, Aria, soy yo.- susurró Marcos, bajando la mano de mis labios.

Lo abracé con fuerza de la alegría mientras comenzaba a llorar.

Sonó la alarma del hospital, seguramente porque ya se habían dado cuenta de que no estaba. Marcos sonrió para mí y me cogió de la mano mientras corríamos hacia el bosque.

Llevaba ropa normal. Parece que a él no lo pillaron, menos mal. Apreté su mano con fuerza y miré hacia atrás. Mi madre estaba allí, junto a un grupo de gente.

-¡Ariaaa!- gritó a nuestras espaldas, sin detenernos.

“Lo siento”, pensé para mí.

Después de quince minutos, logramos despistar a la tropa de personas que nos seguían. Tomamos aliento varias veces, apoyándonos en los árboles.

- No lograremos salir de esta.- dije.

- No… pero Aria, aún estamos a tiempo de volver.- me respondió con una expresión ensombrecida.

- No quiero que me operen. No quiero perder lo que siento por ti.- le respondí, posando la palma de mi mano en su mejilla.

Marcos miró hacia un lado.

- Hay un acantilado. Debemos tener cuidado.- dijo.

- No tenemos a dónde ir. No podemos escapar, y aunque pudiéramos… terminarían encontrándonos…- dije sin poder terminar, empezamos a volver a escuchar las voces de la muchedumbre que nos seguía.

Me asusté, y lo atraje hacia mi pecho, en un cálido abrazo.

- Aria, esto es el final. No quiero vivir sin ti.- me dijo, tembloroso.

- Yo tampoco. Si no estoy contigo, no me queda nada más que me ate a este mundo.-

Tomó nuevamente mi mano y me llevó hasta el mismo borde del acantilado.

Las voces empezaban a resonar más cerca.

Cerramos los ojos mientras nuestros labios se rozaban por última vez, sin poder contener las lágrimas.

- No llores. Este es el final feliz.- me dijo mientras agarraba mi mano y avanzábamos un paso más hacia la pendiente.

- Lo sé. Es la única forma. Quiero morir contigo aquí y ahora.-

Podía escuchar el sonido de las olas rompiendo contra las rocas, agitadamente. El sol estaba en el punto más alto del cielo, sin ninguna nube.

Las voces se escuchaban ahora a tan solo 1 minuto de nosotros, si mi oído no me fallaba. Era el momento. Ahora o nunca.

-Te quiero.- me dijo.

- Y yo a ti.- le respondí.

Y así, tomados de la mano, saltamos hacia la libertad.

> Un año después <

*Narrador Externo*

La mujer permanecía ensimismada en los papeles sobre su escritorio, comprobándolos con atención mientras sujetaba su cabeza con una mano.

Era ya bien entrada la madrugada cuando sintió que petaban a la puerta de su despacho.

- Puedes entrar, Ismael.- dijo en voz alta.

Del otro lado del despacho surgió un hombre rubio con un traje muy elegante.

- Perdón por interrumpirla, señora presidenta.- dijo a la par que agachaba la cabeza, en señal de respeto.

- No te hacen falta formalidades conmigo, Ismael. Hace un año tan solo era la alcaldesa de una pequeña ciudad al lado del mar.- le contestó ella, con una sonrisa.

El avanzó un par de metros, hacia su escritorio.

- Le traigo los últimos papeles. Sólo tiene que firmar.- le dijo.

- Muchas gracias, así podré dejarlo hoy todo zanjado.-

- ¿Puedo preguntarle algo?- pidió Ismael.

- Claro.- dijo la presidenta mientras trazaba las últimas firmas sobre los documentos.

- ¿Cree que hace bien?- preguntó.

- No lo sé, el tiempo dirá. Sé que a la Comunidad Mundial después de tantos años de prohibiciones, le va a costar asumir sus antiguas libertades... pero deben recuperarlas, ¿No crees?- le dijo ella.

- El antiguo régimen tuvo pocas oposiciones, muchos dirían que el mundo era un lugar mejor sin sentimientos, sin conocer la tristeza.- argumentó.

- Alguien me dijo hace algún tiempo que no se puede ser feliz si no se es desgraciado alguna vez. Y tenía razón.- aseguró ella.

Se levantó de la silla de su escritorio y adoptó una pose melancólica frente a la ventana, mirando al mar.

- ¿Quién le dijo eso?- preguntó Ismael.

- Mi hija.- respondió.

- Oh, lo siento, no era mi intención…- tartamudeó después de meter la pata.

- No, no importa. La culpa fue mía. Debí haberla escuchado.- susurró mientras se llevaba las manos a la cabeza, entristecida.- ¿Puedes hacerme un favor?- le preguntó.

- Claro, lo que usted diga.- aseguró.

- Despeja mi agenda para mañana, dentro de unos días daremos una rueda de prensa para anunciar las nuevas libertades, pero antes tengo que hacer algo…-

- No lo dude. Cancelaré todas sus citas.- dijo cerrando la puerta tras de sí.

> Un día después <

Una mujer vestida de negro entraba en el cementerio de una péquela cuidad al lado de la costa, a media tarde.

Se acercó a dos tumbas y se colocó entre ambas.

En ellas se podía leer “Aria Narcea” y “Marcos Ferrer”, respectivamente.

- Hola, Aria, he vuelto para despedirme… - hizo una pausa.- Quiero que sepas, que dentro de unos días el mundo será un lugar mucho mejor. Cuando te fuiste, lo entendí… - soltó una par de lágrimas y comenzó a gimotear.

- Al final tú fuiste la valiente, y ahora te vengo a decir que no fue en vano. Me enseñaste que el mundo sin amor carecía de sentido. Cuando ya no estuviste, sentí tu pérdida, sentí como mi amor se caía al mar contigo, el poco que me quedaba después de la operación. No quiero que nadie más pase por eso, no quiero que a nadie más le quiten sus sentimientos. No quiero que ninguna madre vuelva a no poder llorar por la pérdida de su hija.- cogió un pañuelo y se secó las lágrimas.- Gracias por enseñarme el camino correcto. Adiós. Te quiero, pequeña.- dijo.

La mujer metió su pañuelo en uno de los bolsillos de su vestido y salió del cementerio sin mirar atrás, firme, mirando al horizonte.

Pasaron un par de horas hasta que la penumbra reinó en el cementerio. El ruido de las gaviotas ya era un sonido mudo, y las olas resonaban suaves.

De las tumbas salieron dos luces que se elevaron de su sepultura y bailaban en el aire, ascendiendo.

Se dirigieron a un acantilado, que atravesaron sin descender.

Subieron hasta el cielo y se perdieron entre los destellos de las estrellas de la noche.

^ FIN ^

Editado 30 may 2011 por ·Lú·

[Zira 79]

Lu, me has emocionado, estoy llorando!!

ES una HERMOSA historia!!! y pues me sacaste unas cuantas lagrimas con ese final pero aun asi es hermosa *-*

[Saul 260]

La acabo de leer ^^ y aunque es corta no le quita lo hermosa, me ha gustado mucho el modo que escribes y lamento no haber estado leyendo desde antes, pero la proxima vez que hagas una historia ten por seguro que seré de los primeros lectores :)

[Luxy 2.329]

Lu, me has emocionado, estoy llorando!!

ES una HERMOSA historia!!! y pues me sacaste unas cuantas lagrimas con ese final pero aun asi es hermosa *-*

Gracias :)

La acabo de leer ^^ y aunque es corta no le quita lo hermosa, me ha gustado mucho el modo que escribes y lamento no haber estado leyendo desde antes, pero la proxima vez que hagas una historia ten por seguro que seré de los primeros lectores :)

Es que la idea era que fuera una mini-historia XDDD

Muchas gracias :) , êntonces te espero en mis próximas historias ^^

[Sweet Tsuyu 251]

Vaya que final tan triste.

Al menos la madre comprendió que no se puede vivir sin sentimientos.

Aunque acabaran muriendo, seguro Aria acabó feliz en la otra vida con Marcos.

[Nastyuja 122]

Me ha encantado el final...

Es muy bonito, morir por no perder el amor Y por lo menos ahora están los dos juntos

Y menos mal que la madre de Aria entró en razón :)

Una historia muy hermosa