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  1. Diario de un rayo de Sol

    Prefacio Caelyn corre por los innumerables pasillos, haciendo resonar sus botas contra la piedra, húmeda y resbaladiza. Su respiración crece al mismo tiempo que lo hacen su ansiedad y desesperación. Se siente atrapada, sin saber a dónde ir. Al dar un giro brusco en uno de los corredores, resbala y cae de forma estrepitosa. Sus rodillas absorben el impacto, llenándose de gravilla y piedras sueltas, al tiempo que nota como un escozor la invade. Se levanta y observa sus piernas, de las cuales brota sangre, mezclada con la suciedad del lugar. Pero sigue corriendo, no puede detenerse. Mientras corre, escucha esa voz, amenazante. — ¡Te encontraré, es inútil huir! No puede parar de pensar cómo ha llegado a esa situación. Ahora se encuentra sola, sin sus amigos, sin saber qué hacer. Corre de forma absurda y lo peor de todo, es que no sabe hacia dónde. Introducción: Caelyn yacía en el sofá, con sus rubios cabellos esparcidos por el reposabrazos y sus piernas entrelazadas. Se había quedado dormida después de pasar toda la noche buscando inspiración para sus próximos dibujos. Su madre, Hellen, entra en ese momento en el salón. — ¿Otra vez te has vuelto a dormir con eso? —preguntó con tono suave. Mientras, la joven se levantaba con cierto apelmazamiento en su cuerpo, después de haber dormido toda la noche en una postura cargante para su espalda y cuello. —Tan solo estaba tomando ideas, sabes que necesito tener un portafolio con mis trabajos para presentar en la facultad de Bellas Artes de San Myshuno, de lo contrario tiraran mi solicitud de admisión a lo más profundo de la papelera. Su madre recogió los papeles tirados por el suelo y los observó detenidamente. — Veo que has vuelto a dibujar a…….¿hadas? Caelyn se terminó de incorporar, le quitó los bocetos de las manos a su madre con sutileza y dijo, aun con la voz dormida. — Vamos, aun tenemos que ir a la universidad para entregar esto —mientras caminaba con paso firme hasta su habitación. Su madre la miró alejarse por el pasillo. —¡Péinate esos pelos! — exclamó entre risas. Caelyn se detuvo, giró su cabeza por encima del hombro y dijo sonriente —Vale. San Myshuno aparecía deslumbrante ante Caelyn y Hellen, con sus altos e infinitos rascacielos, puentes y carreteras abarrotadas de tráfico. Ambas mujeres avanzaban lentamente con su coche, rumbo a la facultad, que estaba cercana al barrio de las artes. Caelyn bajó la ventanilla para poder captar lo que a ella le gustaba llamar la “esencia” del lugar. Toda la ciudad era un hervidero de actividad. Gente de diferentes culturas y orígenes se agolpaba en las calles de un lado para otro, mientras algún vendedor ambulante aprovechaba y vendía su comida de dudosa calidad en puestos callejeros, tanto a turistas con ganas de probar las “exquisiteces” de la gran ciudad, como a jóvenes que volvían después de una noche de desenfreno, con sus trajes desabrochados y sus vestidos de lentejuelas con el escote a media asta. — Mira Caelyn —dijo su madre, señalando un gran edificio de cristal a lo lejos— ahí está la facultad. Menos mal que estamos llegando, no aguantaba más este tráfico. Una vez que consiguieron encontrar aparcamiento, se dirigieron a la zona de secretariado del edificio. Allí, una mujer sentada frente a un ordenador, atendía el mostrador. — Buenos días; ¿en que puedo ayudarlas? — Hola, ¿que tal? Verá, mi hija desea matricularse para el próximo curso en la carrera de Bellas Artes. Contactamos con ustedes hace unos días para avisarles de nuestra visita. Ella es Caelyn Silverman y yo su madre, Hellen Sprenger. La secretaria se ajustó las gafas, tecleo rápidamente en su ordenador y se volvió de nuevo a las chicas — Sí, aquí está; la señorita Silverman. Un placer tenerla con nosotros. Ha traído usted el portafolio que le pedimos; ¿cierto? — preguntó sonriente a Caelyn. — Sí, aquí lo tiene. — Muy bien. Yo misma le daré esto al director general para que lo evalúe. Si desean algo más, me lo pueden comunicar a mi e intentaré encargarme de ello lo mejor que pueda. — De hecho sí, queríamos reservar una habitación en la residencia de estudiantes, ya que vivimos en Willow Creek, muy lejos de San Myshuno, y para Caelyn sería impensable hacer la ida y vuelta todos los días. La secretaria consultó el ordenador nuevamente, pero esta vez se giró hacia las chicas con cara apenada — Lo siento, la residencia está completamente llena, las últimas plazas se agotaron ayer. Si quieren puedo avisarles por si alguien deja su habitación vacía a última hora — Caelyn miró a la mujer con cara de incredulidad. —¡Mierda! —dijo con voz ahogada, apoyando su cabeza en el mostrador- Caelyn salió del edificio dirección al coche, mientras su madre la seguía por detrás. — ¡Cariño, espera! — dijo con nerviosismo. La joven se giró hacia su madre y la miró con desgana, a lo que esta respondió — Mamá, déjalo, ya está. Tendría que haber venido antes, ahora ya es demasiado tarde — mientras su cara se llenaba de lágrimas. Su madre la abrazó, notando como su llanto resbalaba por su hombro, mojando su jersey, mientras la respiración entrecortada le llenaba el cuello de aire caliente. De repente, la expresión del rostro de Hellen se iluminó. — Tengo una idea. Puedes quedarte en casa del abuelo mientras encontramos otro lugar en el que alojarte. Desde que falleció hace unos meses, su piso ha estado cerrado y vacío. Caelyn apartó su cabeza del hombro de su madre y la miró con cierto aire de incredulidad. — ¿Como? — dijo abriendo sus ojos como platos. Hellen la tomó por los hombros. — Sí, piensalo. Está cerca de la universidad y es un lugar que ya conoces. Además, no tienes otro sitio al que ir por el momento y tu abuelo estaría feliz de acogerte — expresó con una media sonrisa. Caelyn asintió con la cabeza, sonrió y se enjugó las lágrimas con la mano. Finalmente ambas se montaron nuevamente en el coche para poner rumbo al inmueble. Ya eran las 5 de la tarde y el sol empezaba a ponerse entre los edificios de la gran ciudad. Hellen y Caelyn habian parado en la antigua lonja de pescados y mariscos, ahora reconvertido en mercado de ingredientes y platos exóticos, a comer un ligero tentempié compuesto de ensalada turca y cafés con crema. — Bueno Caelyn, hoy si quieres te puedes quedar a dormir aquí, mientras yo vuelvo a casa y recojo tus materiales de dibujo y el portátil. Mañana te los puedo traer todos en una caja — dijo Hellen, apurando lo poco que quedaba de su café. Caelyn miró algo desconfiada a su madre, pero finalmente asintió, viendo que no tenía una mejor opción. Le daba reparo quedarse allí sola, pero al dia siguiente tenia muchas cosas que hacer en relación a la universidad y no podía permitirse volver hasta Willow Creek. — Mamá, está empezando a oscurecer, mejor vete ya, antes de que la noche se te eche encima. Hoy hay mucho tráfico y puede ser peligroso. A la salida del mercado, ambas se despidieron y se dieron las buenas noches. Caelyn vio como su madre se alejaba caminando hasta el parking y después como el coche tomaba la carretera camino del puente que dirigía hasta la salida de la ciudad. Cuando la perdió de vista, se dio media vuelta y recorrió la plaza que separaba el mercado del antiguo edificio donde residia su abuelo. Subió por el deslucido ascensor y se plantó delante de la puerta. — Bueno, aqui estoy — suspiró la joven. Abrió la puerta con una gran delicadeza, soltando un leve chirrido. Su mano se deslizó por el interior de la pared, alcanzando el interruptor de la luz. Caelyn entro, cerro la puerta tras de sí y observo el lugar. Todo parecía congelado en el tiempo, tal y como ella lo recordaba como cuando era niña. El butacón de cuero de su abuelo, la vieja tetera de hierro en la cocina y las viejas fotos con su abuela, cuando está aún estaba al lado de su abuelo, mucho antes de que ella naciera. Se acercó al radiador y giró la rosca para encenderlo y así calentar el lugar. Sacó el pijama improvisado de la mochila que llevaba consigo, que consistía en unas medias largas y una camisa de rayas. Se sentó a ver un poco la tele antes de acostarse mientras pensaba en lo que haría al día siguiente. Días antes, cuando llamó para solicitar una plaza en la universidad, la dijeron que antes de poder ser admitida, debía pasar unas pruebas de aptitud. Estaba nerviosa, sabía que mañana seria un dia duro, pero lo enfrentaba con entusiasmo. Cuando vio que en la tele estaban anunciando la teletienda, entendió que era hora de irse a dormir. Miro la hora en su móvil, lo que confirmó sus sospechas. Ya en la cama, apagó la luz de su mesilla y se tapó lo mejor que pudo. — Mañana será un gran dia, ire a por todas — susurró con una sonrisa en la boca. Se dió media vuelta y dejó que el sueño la atrapase. Continuará...
  2. Mundos Paralelos

    Hola, hace mucho que veo este foro y tenía una cuenta pero hace tanto que no me conectaba que ni me acuerdo de los datos y el email lo borré. Ahora he vuelto con los sims 4 y una historia llena de ¿magia?, ¡Si, magia! Os dejo un primer capitulo introductorio, puede que tarde uno o dos días en subir cada capitulo pero prefiero hacerlo bien y a mi gusto o sé que al final lo terminaré dejando de lado por falta de motivación y eso es lo último que quiero después de haberme pasado un buen tiempo buscando descargas para hacer la historia, ahora sin más os dejo la introducción que espero os guste. MUNDOS PARALELOS PRÓLOGO Como en muchos lugares y familias, la familia Wallace y la familia William tenían un acuerdo prematrimonial que unía a sus dos hijos. En el caso de los Wallace era Maggie Wallace una chica normal que a veces se llevaba mejor con sus sirvientas que con su propia madre; y en el caso de los William era Antón William, digno hijo de su padre que pensaba que las mujeres solo servían para crear y criar su descendencia, un tipo feo y flacucho que tendía a enfermarse constantemente. Como todos los santos días Laura Wallace había organizado una cita para su hija Maggie con Antón, algo que disgustaba enormemente a la joven. Laura esperaba, sentada frente al fuego, a que su hija llegara del instituto. Nada más entrar Maggie se dirigió a las escaleras, para subir a su habitación, sin decirle nada a su madre. Pero no iba a conseguir otra cosa más que enfadarla por sus "malos modales" Laura - ¿No dices ni "hola"?¿Esa es la educación que te hemos dado tu padre y yo? Maggie - Lo siento, buenos días madre. Laura - Ve preparándote, dentro de dos horas viene tu prometido a verte y no puede verte en esas fachas Maggie - No me apetece verlo Laura - A mi eso me da igual, tu lo ves, lo seduces, y te aguantas porque eres una mujer de clase alta y nosotras tenemos que asumir nuestro futuro. Yo antes de casarme no quería a tu padre pero con el tiempo le he aprendido a querer. Maggie subió a su cuarto cansada de escuchar la misma historia cien veces al día, lo que menos le apetecía era prepararse para recibir al inútil de Antón, así que decidió dormir un poco y que se pasará el día rápido. Mientras comenzaba a caer en un profundo sueño le vino a la mente una cancioncilla que le tarareaba su abuelo cuando era niña y él vivía. Pronto una oscuridad la invadió y sintió como si un huracán la hubiera absorbido y estuviera dando vueltas, abrió los ojos y la oscuridad permanecía... estaba en un bosque tan espeso que no dejaba pasar ni un rayo de luz ¿como había llegado allí? Maggie - ¿Dónde se supone que estoy?¿Como he llegado aquí?¿Seré sonámbula? La chica saltó de la cama y comenzó a andar descalza, la hierba le hacía cosquillas en los pies y estaba húmeda y fría. Unos siniestros ruidos acechaban por todos lados haciendo que Maggie se asustara mucho mas cada vez. ¿?¿? - ¿Qué hará una humana aquí? Tengo que hacer algo, corre peligro aquí El extraño ser se acerco sigilosos, tanto que una vez alcanzó a ponerse a la vista de Maggie ella se asusto muchísimo. Maggie - ¡AHHH! ¡No me comas, por favor! ¿?¿? - ¿Comerte? Maggie - ¿No quieres comerme? ¿?¿? - Mas bien quiero evitarlo, soy Elf, un elfo que patrulla los bosques en busca de maleantes pororden del señor de Eiron. Maggie - ¿Eiron? Creo que todavía estoy soñando Elf - Sea lo que sea mejor vayamos a un claro que hay mas delante corremos riesgo aquí Maggie - ¿Por qué me tendría que fiar de ti? Elf - ¿Tu me has visto? Soy tan delgaducho que hasta tu podrías tumbarme de un soplido, no creo que tenga posibilidades de hacerte daño Maggie - Es verdad. Vamos Ambos caminaron hasta llegar a un precioso claro donde el agua corría libremente y el aire era puro, la luz bañaba todo dejando ver su hermosura Maggie - ¡Esto es alucinante! Elf - Escóndete viene alguien, mis orejas nunca fallan Maggie corrió hasta detrás de unos arbustos, mientras rezaba porque no la pillaran y se convirtiera en el desayuno de algún bicho raro ¿?¿? - ¡Hey Elf! ¿Qué haces aquí? Elf - Dando un paseo. ¿Y tu Coiranna? Coiranna- Te he dicho mil veces que me llames Coi. Nosotras hemos venido porque hemos percibido un olor diferente, como a humano Elf - ¿Humano? De eso hace mucho que no hay aquí Mientras los dos amigos discutían una de las hermanas se deslizó hasta el escondite de Maggie ¿?¿? - ¿Así qué tu eres la cosa rara a la que llaman humano?- susurró para sí misma ¿?¿? - ¡Tienes un color de piel muy raro!- decía a carcajadas Maggie - ¿Tengo un color de piel raro? ¿Yo?- esta vez Maggie no se había asustado, después de Elf ya todo le parecía medianamente normal ¿?¿? - ¡Hermanas aquí! Hola yo soy Rossewen, me llaman Ross Maggie - Yo soy Maggie El resto llegaron con ellas dos, las tres hadas estabas emocionadas por la llegada de un ser humano a sus tierras, una de ellas también parecía preocupada todo se complicaría Ross - La morada es Coi, y la verde Cala, mis dos hermanas, no somos únicas en nuestra especie pero este suele ser nuestro territorio por eso estábamos aquí y te pudimos localizar. Cala - ¿Qué emoción una humana!¡Nunca había visto una de cerca! ¡Tiene la piel blanquita y blanda como un bebe! Coi - Elf ¿podemos hablar? Coi - Es peligroso que siga aquí, ¿donde piensas llevarla? Elf - Con mi señor Coi - A pesar de ser un sitio seguro no sé si sea buena idea. Desde que su mujer e hijo murieron esta que nadie lo aguanta con su mal genio Elf - Pero, como tu has dicho, es el único lugar donde una humana puede estar segura
  3. https://www.youtube.com/watch?v=vIX7eD0NU34
  4. No veo ni las alas de las hadas, ni los efectos de sus hechizos ni cuando se hacen pequeñas... nada de nada y nose porque, probablemente sea algun mood que interfiere pero no tengo ni idea de cual, si a alguien le ha pasado o sabe solucionarlo.. Antes no me pasaba, pero hace mucho que no jugaba con las hadas así que nose cuanto hace que falla. Mi juego es original.
  5. Hola quería saber si me podrían ayudar a conseguir accesorios para mis sims 2 y/o sims 3 , alas de ángeles , de hadas , de demonios y colas de sirenas, y maquillaje para estos personajes.Espero no ser una molestia .
  6. Cual es tu ''Monstruo'' favorito?

    Pues eso , de los Sim 2 salen varios estados de vida, y digo yo que alguno os gustara mas que otro, el mio es el zombie. Es muy gracioso , algo triste pero aveces esta bien x3. Cual te gusta mas a ti?

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