Historia finalizada El pasado de Olivia Dana

[YamiArashi 364]

Hola a tod@s! Este es mi primer aporte al foro y la primera historia que hago con los sims. Espero que no os resulte tediosa y que os guste. También os pido que si queréis criticarla, tanto para bien como para mal, lo hagáis, sería muy divertido que todos participaséis en la historia de Olivia, que aunque ya está trazada, es gracioso ver qué piensa o qué cree la gente que va a suceder. No me enrollo más! Un saludo!

Capítulo 1: Instalación

Olivia volvía después de muchos años a Sunset, tantos que ya no conocía a nadie, ni la reconocerían a ella. La última vez que había pisado aquel pueblo contaba con sólo 10 años. Y todo era muy distinto ahora. Todo había cambiado, ella y la ciudad. Decidió instalarse en una casita en la calle Nenúfar, número 55. Debía empezar una nueva vida, lejos de todos los malos recuerdos y malas experiencias. La última casi le hace exhalar el último aliento.

Pero eso era agua pasada.

Se sentó en el sofá que el anterior dueño le había vendido junto con todos los muebles de la casita y se paró a pensar en su futuro. Ahora que había conseguido alejarse de todo aquello su meta debía ser otra.: un trabajo.

Muy a su pesar no encontró la respuesta y decidió irse a dormir. El viaje desde BridgePort la había dejado hecha puré. Pero su mente seguía trabajando. ¿En el hospital? Ni pensarlo, solo ver la sangre le daba náuseas.

Al día siguiente la cabeza seguía trabajando mientras su cuerpo se alimentaba. Se vistió y salió a dar un paseo. En uno de los contenedores de basura encontró un caballete prácticamente nuevo e intacto, depositado al lado del contenedor. Sin pensarlo más se lo llevó a casa.

Olivia: Esto es lo que haré. Recuperaré lo que aprendí en la Escuela de Arte y me dedicaré a vender los mejores cuadros de la ciudad. ¡Tengo que conseguirlo!

Y sin más dilación comenzó a entrenarse. Se sentía algo insegura todavía, pero quería hacerlo y para ello necesitaba todo su empeño y dedicación, tanto que decidió llamar al servicio de limpieza para que le echasen una mano en esa casa que parecía una caja de cerillas.

Los cuadros iban tomando forma conforme su técnica mejoraba, pero todavía no confiaba en sus dotes y en que pudiera interesar a nadie. Por esto decidió buscar un trabajo a media jornada para ir pagando las facturas.

En el centro de Belleza la acogieron con los brazos abiertos, y los horarios le permitían seguir con su objetivo. Al regresar a casa se sintió aliviada de encontrar trabajo, sobre todo porque el wáter se había estropeado.

Olivia: ¡No es posible!

El fregadero de la cocina también estaba estropeado.

Olivia: Ahora todo el dinero que gane será para la casa. Nada de chorradas como antes...

Y enseguida se puso manos a la obra.

Los días pasaron y sus dotes mejoraron considerablemente. Pero el estado de la casa iba a peor. Después de múltiples reparaciones inútiles, el fregadero, entre otras cosas, volvió a estropearse.

Olivia: Voy a tener que gastar los pocos ahorros que me quedan para arreglar esta pocilga.

Pero antes trabajó duro para poder engrosar su cuenta bancaria. En el Balneario se enteraron de que pintaba y uno de los clientes más habituales le pidió uno pequeño como muestra. De esta manera se embolsó un dinero extra y se ganó a un admirador.

Olivia: Con esto ya puedo arreglar la casa. Vendo los viejos muebles y así tengo para pintarla y redecorarla un poco.

Se quedó mirándola y visualizó los cambios que iba a realizar.

Olivia: ¡Aunque me cueste mis dos días libres tengo que arreglar este antro!

Y efectivamente, los dos días que tenía para supuestamente descansar y dedicarse a pintar los empleó en mejorar su madriguera.

Olivia: Creo que lo he conseguido. He comprado lo mejor que me ha permitido mi bolsillo, y me he gastado unos 7,000 simoleones. Este mes lo voy a pasar mal con la comida y las facturas. ¡Espero no tener que ir a beneficiencia!

Pero tiempos difíciles empezaron para ella. El servicio de limpieza dejó de ir a su casa y las facturas se iban acumlando. Consiguió que no le embargasen nada a base de vender a los vecinos sus trabajos y trabajando duro en el balneario, obteniendo así un aumento de sueldo.

Olivia: Tengo que hacer algo y rápido. Tengo que darme a conocer y que compren mis cuadros. Aun no tengo el nivel que me gustaría tener pero tengo que espabilar, ¡cueste lo que cueste!

Al día siguiente se presentó en la galería de arte e intentó hablar con todo aquel que parecía tener una propia.

Muchos la ignoraron, pero tuvo suerte con .Connor Frío. Le pidió su número de teléfono y se marchó.

Una hora más tarde recibió la llamada de Connor Frío y ¡le encargó un cuadro grande! Quería ver de qué era capaz y si le gustaba quería unos cuantos más para exponerlos en su galería.

Olivia: ¡No me lo puedo creer! Seguro que así puedo hacer mucho dinero. Pero no vendamos la piel del oso sin cazarlo. ¡A casa a trabajar!

Se puso delante del caballete con la ropa de ir por casa y empezó a pintar. Los trazos iban solos, locos por el lienzo blanco e intacto, ahora repleto de colores y líneas sin sentido.

Al terminar se quedó mirándolo, rezando por que al famoso Connor Frío le impresionase su trabajo. ¿Lo conseguiría? Mirando aquella obra de arte estaba convencida de que sí.

Editado 8 sep 2011 por YamiArashi

[Ginevra 1.523]

Para ser la primera historia con los sims está bien, conforme vayas avanzando mejorarás . Eso sí, menudo cambio de choza se ha hecho Olivia xDDD. ¡Espero que pongas pronto el segundo capi!

[Lana. 96]

Sí, está muy bien para ser la primera. Sigue así y pon pronto el segundo

[Merchedj 3.915]

Ha empezado muy bien la historia. Espero leer pronto el siguiente capítulo.

[refolio 0]

Me gusta Olivia, parece muy currante y lucha por lo que quiere, dedicarse a la pintura.

[Lana. 96]

Un poco tetona Olivia ¿no? xD

[Ginevra 1.523]

A mi no me parece tan tetona, no son muy escandalosas xD

[YamiArashi 364]

Lo primero muchas gracias a tod@s! No pensé que fuera a comentar tanta gente XD. Y lo segundo, Olivia no es tan tetona, de hecho iba a ponerle más delantera XDD

Y por último, os dejo el segundo capítulo recién salido del horno!

Capítulo 2: Entrega

Con el cuadro terminado, sin esperar más, fue a entregarlo a Connor. La había vuelto a llamar para decirle que debía entregárselo a su secretaria, Deborah Hatch. La mujer la atendió con amabilidad y la felicitó por el cuadro.

Semanas más tarde recibió una carta de Connor Frío pidiéndole más cuadros. Con entusiasmo y a pesar de las altas horas de la noche, se puso a pintar.

Su fama creció exponencialmente a partir de entonces. Ascendió en el Balneario y el día de la exposición de sus cuadros se fue acercando. Para la ocasión se vistió más elegante de lo normal. Connor Frío, su secretaria y sus vecinos eran muchos de los invitados a la exposición.

Todo fue a pedir de boca. Muchos compradores se fijaron en sus obras y las reservaron para su colección privada. Olivia estaba en una nube. ¡Su sueño se había cumplido! Sus dotes artísticas estaban rozando la perfección, su casita estaba acomodada a su gusto, el servicio de limpieza volvía a limpiar, y tenía dinero en el banco. ¿Qué más podía pedir?

Braulio: Sí, señora. Ahora mismo, Señora.

Olivia: ¿Diga?

Braulio: ¿Es ese el domicilio de la señora Dana?

Olivia: ¿Quién es?

Braulio: ¿Es o no el domicilio de...?

Olivia: Mire, odio a la gente que llama y no se presenta. Si no me dice quién es le prometo que esta conversación llega a su fin.

Braulio: Sin duda lo es. Soy Crespo, señora, Braulio Crespo.

Olivia: …. No quiero nada de ti ni de ella.

Y colgó el teléfono.

Aquella llamada la aterrorizó. ¿Qué quería ahora? ¿Se había enterado de que había vuelto? “¡Pues claro!” -pensó Olivia- “Ahora toda la ciudad sabe quién soy, qué hago. Es normal que ella se haya enterado... ¿Por qué no lo pensé antes? Dios mío, si no consigo deshacerme de ella será como antes... ”.

Intentó calmarse tomando una ducha, pero eso tampoco la tranquilizó. La sombra de aquella mujer se apoderó de su mente. La había olvidado, tal vez por aquel accidente. Pero ahora la tenía muy presente en su recuerdo a pesar de no recordar ni tan siquiera cómo se llamaba, sólo recordaba que era alguien muy cercano y que todo lo que le había pasado era por su culpa. ¿Qué quería? De haberlo sabido se habría quedado en Bridgeport, trabajando en aquel antro de mala muerte, manoseada por los maleantes y cobrando dos simoleones la hora, sin cobrar las horas extras que había pasado limpiando los retretes y el pegajoso escenario. Todo eso lo había vivido por culpa de esa mujer, y ahora volvía. ¡Estúpida! ¡Había caído en un tremento error! Volver a Sunset no habia sido buena idea, pero ahora no podía escapar: era una celebridad.

Ahora se planteaba el marcharse de allí, pero no tenía otro sitio donde huir. Se dio cuenta de que no había recuperado la memoria del todo.

Olivia: Si vuelve a llamar esperaré a ver qué quiere.

Las semanas pasaron y no tuvo noticias de Braulio, ni de esa mujer. Continuó con su trabajo a tiempo parcial en el Balneario, aunque empezaba a ser molesto porque todo el mundo la reconocía e intentaban hacerse coleguitas. Desde aquella llamada todo la molestaba, absolutamente todo. Sus cuadros se vieron afectados y Connor fue a verla.

Connor: Mira, no sé qué te pasa pero tómate unas vacaciones.

Olivia: ¿Vacaciones? No quiero irme... No sé dónde puedo ir...

Connor: Aunque te quedes en casa, pero descansa. Házme el favor.

Olivia: Yo... No tengo elección, ¿verdad?

Connor: No, no la tienes.

El viejo Connor se marchó de la casa dejando a Olivia perpleja y sola. Vacaciones. No las necesitaba, bueno, tal vez, pero no en ese momento. Si se quedaba sin hacer nada la cabeza le trabajaría más y entonces no podría dejar de pensar en la llamada de Braulio.

Antes pensó en eso, antes sonó el teléfono.

Olivia: ¿Diga?

Mujer: Quiero hablar contigo. No cuelgues. ¿Sabes quién soy? ¿Recuerdas mi nombre?

Olivia: ¿Qué quieres?

Mujer: Necesito que vuelvas a casa. Cuanto antes, y no hay discusión posible. Está todo dispuesto.

Olivia: ¿Has llamado tú a Connor?

Mujer: Mañana sin falta. No tenemos tiempo y quiero hacer las cosas bien. Por una vez en tu vida, obedéceme -la voz parecía crispada, desesperada y enfadada, pero no elevó el volumen de voz.

Olivia: De acuerdo. Cuanto antes vaya antes acabaré con esto y me dejarás tranquila.

Mujer: Eso tenlo por seguro.

No le quedaba más remedio que ir y saber qué quería esa mujer. Sabía que la odiaba, que no quería nada de ella ni de su Braulio. Pero no recordaba qué era para ella, ni su nombre, ni su rostro. Solo que por esa voz, por esa mujer, su vida se había trastornado y visto pendiente de un hilo. Al día siguiente volvería a la casa de aquella señora para aclarar muchas cosas y ver para qué la necesitaba con tanta urgencia.

Editado 22 ago 2011 por YamiArashi

[Ginevra 1.523]

Ves, ya vas mejorando, las fotos están muy bien en este capi. La que más me ha gustado es la de la exposición, que se ve de fondo el cuadro de la tipa de rojo.

Uh que misteriooo, seguro que es su madre, tiene toda la pinta . Y ricachona xDDD

[Merchedj 3.915]

Muy interesante el segundo capi. Estoy deseando saber quién es esa mujer y para qué la quiere ver con tanta prisa.

[Aglaya 80]

Para ser sincera, al leer el primer capìtulo no me había llamado la atención la historia pero aún así quise leer el segundo por si acaso y la verdad a merecido la pena, tiene buena pinta tu historia ^^ seguiré leyendo, ya me dejaste con la intriga y como dijo Ginevra, de un capítulo a otro as mejorado muchiiiiisimo ^^ suerte y sigue pronto

[YamiArashi 364]

Muchas gracias Aglaya, como ya sabes soy fan de tu historia y me hace ilu tu comentario Es cierto que el primer capi es un poco soso, no quiero hacer lo capitulos largos y por eso quedó tan cutre xDD Y gracias Merchedj! No tardaré mucho en subirlo

[Aglaya 80]

es solo que el primer capítulo no tiene intriga entonces parece típico "dia a dia" pero aora la historia se a puesto interesante y a mi eso de ¿Qué pasará? me encanta jaja

[Ginevra 1.523]

Si ya se lo dije yo (de verdad, para ser ella me decepcionó el capi xDDD), pero este segundo está mucho mejor, seguro que el tercero estará aún mejor

[NatayaTahir 0]

Uy, esto se va poniendo interesante...*música de intriga*

[YamiArashi 364]

Capítulo 3: Decisión

Y allí se presentó al día siguiente, ante aquella casa que no sabía porqué conocía la dirección. Cuanto más sucedía más se daba cuenta de que su mente era un completo desorden. Durante su vida (si es que se podía llamar así) en Bridgeport nunca se había dado cuenta de todo esto, ni siquiera lo había recordado o soñado. Todo borrado, eliminado. Solo sabía que había sufrido un accidente por culpa de esa mujer, y lo sabía porque al despertar en el hospital se lo habían contado. Pero tampoco recordaba quién era ella. Pronto saldría de dudas.

A medida que se acercaba la memoria iba recobrando vida. La estatua era de su bisabuelo, trasladada allí años atrás. Y la playa, detrás de la casa, había sido uno de sus rincones favoritos para leer y dibujar. Para llegar hasta la casa solo se podía acceder a pie.

Se acercó nerviosa a la casa, llamó a la puerta pero nadie respondió. “Braulio no está, igual se ha ido de vacaciones”, pensó Olivia mientras entraba. Todo parecía estar como antes. Pero ¿antes cuándo?

Y en ese mismo instante apareció Braulio bajando la escalera con aires señoriales.

Braulio: La Señora la espera en su dormitorio. Sería conveniente que no la haga esperar. No la acompaño, pues ya conoce de sobra el camino.

Olivia: No sé para qué te pagan, entonces. No eres capaz ni de acompañarme -dijo para sí sin que el mayordomo la oyese.

Subió la escalera con cierta lentitud y cuando llegó a la planta superior tuvo un pequeño flash al ver la primera puerta. “Esa es mi habitación”. Continuó caminando, igual de despacio, y se detuvo en la segunda puerta.

Tras unos segundos de indecisión, puso su mano sobre el pomo y lo giró mientras con la otra daba unos toquecitos para pedir permiso para entrar, sin obtener respuesta. Abrió la puerta y vio la mujer sentada delante del espejo del tocador.

Olivia carraspeó, pero nada. La mujer seguía ignorándola, así que se acercó más a ella para ver si estaba bien.

Para su sorpresa la mujer se levantó como un rayo y la miró de frente.

Olivia no se lo podía creer. Por fin podía ver su rostro, y una multitud de recuerdos se agolparon en su mente, dejándola atónita y más vulnerable. Era toda una sorpresa pero al fin los cabos sueltos y ese odio incomprensible hacia esa mujer iba recobrando el sentido perdido.

Mujer: ¿Qué te pasa? ¿Ya te acuerdas de mí? ¿O aún sigues en el limbo en el que caíste?

Sus ojos eran penetrantes, aterradores cuando empleaba esa expresión soberbia y superior. Pero Olivia ya recordaba quién era. Aquella mujer no era otra persona más que su única familia con vida. Era su abuela materna, Leucadia.

Leucadia: ¿No vas a responder? ¡Contesta, por el amor de Dios!

Olivia la miró con suficiencia, sin abrir la boca. Ahora que la tenía delante sabía perfectamente la fuente de su odio. Por su culpa sus padres se enfadaron y dejaron Sunset para vivir modestamente en BridgePort. Pero la cosa salió bastante mal y un buen día, después de una llamada de su abuela Leucadia, sus padres tuvieron un accidente de tráfico. Fallecieron entonces. Olivia no quiso saber nada más de su abuela y se quedó a vivir sola en Bridgeport, recién cumplida la mayoría de edad. De ahí comenzó la espiral de desastres en su vida, hasta que dio con un empleo relativamente decente y decidió volver a Sunset, pero otro accidente se lo impidió.

Leucadia se hartó de mirarla y volvió a sentarse en el tocador.

Leucadia: Sé que no es fácil volver a verme después de tanto tiempo. Pero ha sido mi deseo, desde el fallecimiento de Guillermo, que vuelvas a casa.

Olivia: Braulio estampó mi coche. Volvía a casa y él intentó matarme.

La verdad cayó como una losa sobre la cabeza de la anciana. Respiró profundamente y fijó su mirada en el espejo.

Leucadia: Sí. Pero eso era antes, cuando no eras imprescindible. Pero ahora las cosas han cambiado...

Olivia: ¿Qué ha cambiado?

Leucadia: Me muero, Olivia. Y no hablo de morir en un futuro incierto. Me muero y conozco la fecha de caducidad.

[Ginevra 1.523]

¡Qué fueeeerrrrteeeeeeee! ¡Ya decía yo que me caía mal el Brualio! ¿Por qué quería matarla? ¡Sogue prontooooo! Y haz los capis más largos condená xDDDD

[Aglaya 80]

O.O dios! me has dejado así --->

Qué gentuza más mala, espero que ahora no quiera hacerse la buena porque se vaya a morir la viejarraca!!

Pobre Olivia, cuanto a tenido que sufrir

sigue pronto!!

[malee 24]

Wuaaaa una lectora nueva, que bien la historia! Es atrapante desde el segundo capitulo, sigue sigue que vas genial!

[YamiArashi 364]

Capítulo 4: Leucadia

Olivia: ¿Y qué? Todos moriremos algún día. ¿Qué tiene de especial que tú vayas a morir?

Leucadia: ¿No te interesa lo más mínimo? -se levantó sorprendida.

Olivia: No. Después de todo lo que he vivido por tu culpa, ya nada de lo que te pueda afectar me importa.

Leucadia: Mide tus palabras. Puede que te arrepientas una vez sepas el por qué de mi reclamo.

Olivia: No perdamos más el tiempo, ¿qué quieres de mí?

Leucadia: Como ya te he dicho, Guillermo ha muerto. Y tu madre también. Ya no queda nadie que pueda quedarse con todo esto.

Olivia: Y Braulio, ¿no cuenta?

Leucadia: Braulio fue un desliz, un error. Por amor se hace cualquier cosa y él me lo ha demostrado. Se lo agradezco todos los días de mi vida. No creo que sea necesario dejarle nada en herencia.

Olivia: No recordaba que Braulio fue tu amante...

Leucadia: Y hay muchas cosas más, pero todas ellas me dejan en mal lugar.

Olivia: Sigo sin ver qué pinto en todo esto.

Leucadia: Quiero dejar mi herencia a quien la merezca. Y tú eres una candidata.

Olivia: ¿Una candidata? ¿Hay más?

Leucadia: ¿Qué te creías? ¿Que te lo iba a dejar todo porque sí? ¡Descarada! Nunca te has preocupado por mí, ni siquiera te has dignado en llamarme cuando has llegado a Sunset. ¡Tuve que enterarme a través de los periódicos anunciando tus exposiciones!

Olivia: ¡Esto es el colmo! ¡Me querías muerta! ¿Cómo quieres que me interese por ti? La descarada eres tú. Es más, no me quedo aquí ni un minuto más.

Leucadia: ¿A dónde vas?

Olivia: ¡¡A mi casa!!

Leucadia: Jajajajaja

Olivia: ¿Qué te parece tan gracioso? Tengo un hogar ahora, propio. Y no me lo puedes quitar.

Leucadia: ¿Estás segura?

Olivia: No... ¿No será verdad?

Leucadia: Mientras seas candidata te quedarás en tu casa, y es AQUÍ.

Olivia: ¿Qué has hecho con mi casa?

Leucadia: La he donado. Como tengo muy entrenada tu firma y mi abogado es un as en todas estas cosas, la casa pertenece ahora a la beneficiencia. Sosiégate, ahora tu imagen como solidaria se ha visto resarcida.

Olivia: Eres un maldito demonio.

Leucadia: Tu lengua, niña. Vigílala si quieres quedarte con todo esto. Y espero que seas amable con el resto de candidatos. No quiero que se convierta en una carnicería.

Olivia: ¿Y si no quiero tu herencia? ¿Y si no quiero nada tuyo?

Leucadia: Vamos, es una fortuna. Y también hay patrimonio que consiguieron tus padres que, al fallecer, me dejaron a mí. ¿No lo quieres recuperar?

Olivia: ¿Cuándo empieza?

Leucadia: Cuando llegue el otro candidato, o candidata... Ya te explicaré qué es lo que quiero que hagáis cuando llegue.

Olivia: Pues antes de que empiece, deja que te diga una cosa: TE ODIO.

Dejó a la anciana riéndose y se marchó a su habitación. Se miró en el espejo y se asqueó. Leucadia había llevado ese mismo peinado en su juventud. “Necesito un cambio de imagen, no quiero parecerme a esa vieja zorra ni un ápice”.

Su dormitorio estaba tal y como lo había dejado su madre antes de abandonar la casa. Sólo faltaba la camita en la que ella dormía de pequeña. “Supongo que he crecido, y es normal que ya no esté”.

Las vistas eran fabulosas y seguía allí el caballete que tantas veces había utilizado.

Se había quedado tanto en babia que no había escuchado a Braulio pedir permiso para entrar, asustándose al verle entrar.

Braulio: El nuevo candidato está a punto de llegar. Más vale que se asee antes de presentarse.

Olivia: ¿Y por qué no cambias de cara? A lo mejor así eres más simpático.

Braulio: Discúlpeme, tengo cosas que hacer en la cocina.

Olivia: Eso, ignórame, mamarracho.

Se sentó en el sillón y miró hacia las dos puertas que había en su habitación. Una era el cuarto de baño y la otra era el despacho y el vestuario. Vestuario... Si recordaba bien su madre había dejado ropa.

Se levantó, echó un vistazo y decidió usar los vestidos de su madre. Por fortuna usaban la misma talla.

Se sentía a gusto con aquella ropa. Se acercó al espejo del cuarto de baño, se lavó el pelo y usando los utensilios de peluquería de su madre cambió de look.

Olivia: Parece mentira que haya conseguido hacerlo. Al final el haber estado sin dinero para poder ir a la peluquería me ha servido de algo.

En ese mismo momento sonó el timbre. Olivia salió del dormitorio y bajó las escaleras para cotillear quién era el nuevo llegado.

Braulio estaba abriendo la puerta para dejar pasar al recién llegado. Este entró, saludando apenas al mayordomo. Pasó al salón dejando a Braulio cargando con las maletas y sentándose en el sofá.

Como si hubiera percibido la presencia de Olivia, se levantó y caminó hacia ella. Olivia nunca había sentido la sensación de paralizarse, quedarse clavada en el suelo.

Pero en ese preciso instante lo sintió, y no sabía muy bien por qué, pero sí el motivo. Ese hombre era la causa.

[Ginevra 1.523]

Que fuerteee, la vieja con el horroroso Braulio xDDDD. Seguro que la Olivia acaba liada con el otro candidato. Bueno, por lo menos ahora vive en una chozota. Este capi ha sido algo más largo

Oh, las uñas de Olivia son totales XDDD. Su habitación me gusta mucho

[YamiArashi 364]

Capítulo 5: Escudo

El joven no había llegado solo. Pero Olivia no se había dado cuenta. Seguía mirándole como si se tratase de una aparición. El muchacho carraspeó y tendió su mano para saludarla y presentarse.

Joven: Debes de ser Olivia. Encantado de volver a verte. Lo cierto es que te recordaba más bajita. ¿Cuánto tiempo ha pasado? ¿Siete años? ¿Ocho?

Mujer: Eric, déjala, no recuerda nada. Leucadia me lo dijo.

Olivia: ¿Se puede saber quién sois?

Mujer: Muy fácil, ¿cuánta familia te queda, querida?

Olivia: Que yo sepa nadie. Solo Leucadia.

Mujer: Veo que es cierto lo que me dijo... Pues resulta que soy tu prima hermana, Radah.

Olivia: Eres hija de mi tío Guillermo, ¿no? No te recuerdo.

Radah: Normal. Solo nos hemos visto una vez. Te presento a Eric, mi novio.

Eric: Encantado.

Olivia: Veo que Leucadia me ha vuelto a engañar.

Radah: Resulta que ni tú ni yo somos de su agrado, y no nos quiere dejar la herencia sin más. Y tampoco puede negarse a dejarnos nada, somos sus nietas, al fin y al cabo. Pero una de las dos se llevará el gato al agua.

Olivia: ¿A ti también te ha intentado matar?

Radah: ¿Qué dices? ¡No! Leucadia nunca ha sido una abuela para mí, pero no me ha querido ver muerta, que yo sepa.

Olivia: Era una … Broma.

Radah: Pues tienes un sentido del humor muy peculiar. ¿Cuánto tiempo lleva aquí? Espero que no hayas empezado a camelarte a la vieja sin mí. Eso sería desleal.

Olivia: Acabo de llegar. No he tenido tiempo ni de encargarle a Braulio un té.

Radah: En ese caso voy a subir a verla. Eric, quédate aquí, anda. No quiero que te vea.

Radah subió las escaleras rápidamente dejando solos a Eric y Olivia. Este no dejaba de mirarla. Olivia, agobiada, salió a la terraza que daba al mar. Necesitaba ordenar sus ideas, entender todo esto. Leucadia había intentado borrarla del mapa una vez, ¿qué garantizaba que no lo intentaría una vez más?

Eric: Radah tiene sus momentos, pero por lo general es una buena persona.

Olivia: No me interesa lo más mínimo.

Eric: Es normal, no sabías de su existencia hasta ahora.

Olivia: Si tú no participas en esto, ¿qué diablos haces aquí?

Eric: Radah no quiere estar sola con Leucadia. La teme.

Olivia: Me ha mentido entonces.

Eric: Sí. Leucadia intentó matarla cuando era una niña, pero Guillermo se lo impidió.

Olivia: ¿Y sabes por qué?

Eric: Por dinero. Quería quedarse con todo, incluido con el dinero de sus hijos. Esta mujer está loca.

Olivia: Y llevas siete años con Radah, ¿no?

Eric: No, solo llevo unos meses. Soy amigo de la familia. Mi padre y el tuyo fueron muy amigos.

Olivia: ¿Por qué no te recuerdo?

Eric: Eras muy joven. La última vez que te vi fue en Bridgeport. Trabajabas como camarera en un Antro... ¿Seguro que no lo recuerdas?

Olivia: No... Lo siento, pero no me acuerdo de ti... No sé nada de mí. Lo que creía que había sido ayer resulta que ha pasado hace dos años. He perdido la cronología. No sé cuándo tuve exactamente el accidente, no sé exactamente cuándo murieron mis padres...

Eric: Creeme, lo lamento tanto como tú.

Olivia subió a su dormitorio. Braulio había decretado que llevaría la cena a las habitaciones, pero no se la llevó a Olivia. Y como no tenía ganas de discutir, no cenó. Se metió en la cama y concilió el sueño mucho más rápido de lo que esperaba.

Cayó en un extraño sueño. Estaba en un cuarto cutre, en un piso pequeño, de noche. Y no estaba sola.

Estaba de pie, delante de la cama, y alguien la abrazó.

Su rostro en un espejo. Era mucho más joven.

La cama de nuevo, deshecha, con las sábanas revueltas.

Otro abrazo.

Se sienta en el sofá, y se abraza con él.

La cama, esta vez con ellos.

¿Quién era? No podía verle la cara.

Quiere verle, pero no puede, algo muy fuerte se lo impide. El televisor encendido la molesta y él la apaga.

El espejo.

[Ginevra 1.523]

¡Uuuuuuuuuuh! Que fueeeeeeeerteeeeeeeeeeee :o :o . Me he quedado muy loca . Pobre Olivia, todo le sale torcido. La prima ¿Radah? (¿de dónde sacas ese nombre? xD) me cae horrorosa, igual de mal que su maquillaje xD. Eric me gusta, pero hay algo en él que no me convence...

[Aglaya 80]

O.O no había leido el capitulo 4 sorri acabo de leer los 2 que interesantisimo está esto Olivia se lió con el novio de la prima!!

La vieja me cae fatal y para colmo se enrrolló con el braulio ese xD vaya parejita!!

sigue pronto!!

[YamiArashi 364]

Siento haber tardado tanto T_T Espero que os guste!!!!

Capítulo 6: Conversación

Leucadia se levantó peor que nunca. Su tiempo se agotaba, y no quería alargar demasiado sus asuntos financieros. No quería a ninguna de sus nietas. No quería a nadie. Tampoco quería que su dinero acabase en manos del gobierno, y para evitarlo había montado esa especie de casting de heredera. Sabía que Radah era malgastadora, poco trabajadora y muy torpe, pero pensaba que darle una oportunidad sería una buena manera de redimirse.

Radah, por su parte, había pasado la noche sola en su cuarto. Había discutido con Eric y lo había mandado dormir en el sofá. Refunfuñando, se aseó y bajó.

Olivia no se podía creer lo que había soñado. No sabía muy bien si era un recuerdo o si se trataba de una broma de su subconsciente. Se vistió rápidamente y esperó no encontrarse cara a cara con Eric. Bajó las escaleras con el sigilo de un felino y se metió en la cocina a hurtadillas.

Eric: ¿huyes de alguien?

Olivia: ¡Qué susto! No... Yo... No quiero despertar a nadie.

Eric: Todo el mundo está de pie. Menuda excusa la tuya, no cambias, jajajaja.

Olivia: ¿No cambio?

Eric la miró directamente a los ojos, y parecía estar a punto de confesar algo, pero Radah lo impidió entrando ella también en la cocina.

Radah: Este inútil de Braulio no piensa servir el desayuno. Yo no sé para qué lo quiere Leucadia.

Olivia: Anoche no me subió la cena, y no tuve ganas de llamarlo.

Radah: Pues ya somos dos. En cuanto la vieja muera, lo echo fuera.

Olivia: Ya das por hecho que te lo va a dejar todo a ti...

Se sentaron a tomar el desayuno.

Radah: Si no lo hago yo, lo harás tú. Es lo único que tengo seguro: el futuro de Braulio está escrito.

Olivia: En mi caso acabará algo más que en la calle.

Eric: Le tienes aprecio por lo que veo.

Braulio entró en la cocina, escuchando la frase de Eric.

Braulio: Vaya, han madrugado.

Olivia: Cosa que tú no.

Olivia se levantó y se marchó de la cocina para irse a su cuarto. Estaba aburrida, y decidió ponerse a pintar.

Al cabo de unas horas, Leucadia solicitó la presencia de sus nietas en el despacho. La anciana estaba sentada en su escritorio, esperando impacientemente a Radah cuando Olivia entró.

Leucadia: Espero que estés a gusto -dijo falsamente.

Olivia: Es mi hogar, después de todo, me he criado aquí.

Leucadia: ¿Qué harías con esta casa?

Olivia: Restaurarla.

En ese momento entró Radah.

Leucadia: Radah, querida, ¿qué harías tú si esta casa de perteneciera?

Radah: primero, despedir a Braulio. Y Segundo: venderla.

La respuesta de Radah no pareció gustarle a Leucadia, y la miró con desdén. Olivia sintió que para ella era una pequeña victoria.

Leucadia: Decidme, ¿qué haríais con el dinero?

Olivia: Invertirlo en bienes inmuebles y abrir mi propia galería de arte. El resto, ahorrarlo y gastarlo a lo largo de mi vida.

Radah: Pues, como tendría más dinero con la venta de la casa, viajaría primero y después me compraría un ático en BridgePort. Montaría mi propio pub, así nadie podría negarme la entrada, jajajaja.

Leucadia volvió a mirarla mal. Olivia pensó que, si Leucadia tenía sentido común, le dejaría a ella la herencia, pero no podía esperar nada bueno de esa mujer.

Leucadia: Bien. Veo que lo habéis meditado... Ahora he de meditarlo yo, si quiero que mi dinero acabe siendo un pasillo de monerías o un antro de lujuria y perversión. No sé cuál me defrauda más.

Radah: ¿No querrás que lo empleemos en patatas fritas? Lo que le hemos dicho es algo perfectamente normal.

Leucadia: Normal sería seguir con la empresa. Nada más. No esas aspiraciones vuestras, bohemias y sádicas. Eso es lo que siempre ha fallado en esta familia... Podéis iros.

Olivia volvió a su dormitorio. La vieja estaba loca. A lo mejor lo que quería era marearlas para hacerlas ver que no son capaces, y con esa excusa alegar que sus nietas no son capaces para manejar tanto dinero y donarlo a una lavandería o una protectora de pulgas.

Salió al balcón a respirar un poco de aire y cuando entró vio una mesa con dos sillas en medio del cuarto.

Eric: te debo una explicación, Oli.

Olivia: ¿Oli? -sintió un escalofrío recorrer su espalda- ¿Y Radah?

Eric: Se ha ido de compras. Cuando se pone nerviosa necesita comprar ropa.

Eric: Siéntate, por favor. Debes de tener hambre. No te preocupes, no lo ha preparado Braulio.

Olivia no pudo evitar sonreír al escucharle hablar y obedeció.

Eric: Sé que puede que pienses que soy un poco... capullo. Mi relación con Radah es puramente física, incluso de conveniencia. De hecho ella me quiere dejar porque ya no siente nada por mí.

Olivia: Qué difícil debe de ser eso -contestó sin mucho entusiasmo.

Eric: Lo estoy diciendo en serio...

Olivia: ¿Y en qué me afecta esto a mí? -en el fondo se alegraba.

Eric: Veo que no recuerdas nada.

Olivia: Ya te dije que no -de repente se puso nerviosa, temblaba como un flan.

Eric: No necesitas estar aquí haciendo el paripé. La vieja te lo ha dejado todo a ti -dijo al cabo de unos minutos de silencio.

Olivia: ¿Y qué sabes? -pero la curiosidad no le dejaba pedir que se callase.

Eric: ¿Por qué te crees que Radah no quiere que la vieja me vea?

Olivia: Porque no quiere que entren novios en casa, tal vez.

Eric: Soy su abogado, Olivia.