(Sims 4) Legacy Alternativo Heavy. Familia Soto (Capítulo 5: Custodia)

1.392 · 9 dic 2016

Sucesión

El fundador puede ser de cualquier género. Tanto los chicos como las chicas son elegibles para el título de heredero.
Para ser elegible como heredero, un niño debe ser hijo biológico de los padres de la generación anterior y los niños adoptados no podrán ser nunca herederos.

Reglas

Nada de trucos/hacks/mods.
No reiniciar si pasa algo malo.
Los cónyugues de los herederos o pueden ser Townies o Creados por Mi, pero yo tengo un truco para que los Creados por Mi no traigan dinero a casa, es decir, esos sims creados por mi tienen que vivir con padres, amigos o hermanos para que no traigan nada a casa, NUNCA traeré a un familiar de ese sim a la unidad actual con la que se está jugando, aunque si veo que trae algo de dinero usaré un mod especial para reducir el dinero o poner el que tenía la familia anteriormente.
No usar pociones.
No se podrá cambiar aspiraciones.
No resucitar.
Cada generación tiene que tener una historia o trama para hacer interesante el legacy.
Los sims tienen que tener aspecto Heavy.
Los sims herederos si son chicos siempre llevarán melena y siempre irán de negro, las chicas también, aunque si son chica sus cónyugues tienen que ser si o si heavy, si no, no se podría llamar un Legacy Heavy.
Los nombres serán elegidos por mí.
Los herederos los elegiré yo o a votación.
No saturaré el primer Post xD

Árbol Genealógico

Spoiler

Primera Generación

Vicente Soto Polo

Vicente Soto es un heavy, hijo de un motero viajero y una bailarina de ballet, él decide dejar atrás a su familia para cumplir su mayor deseo… ser una estrella del rock.

No obstante, él hace muchos años vio como su mejor amiga, Julieta, se alejaba de su vida para irse a otra ciudad a vivir, ella es su otro principal objetivo.

Capítulo 1: El heavy solitario

Spoiler

Mi nombre es Vicente Soto y soy un Heavy, estoy solo en este sucio planeta y la verdad, las personas me importan bien poco incluyendo a mi familia, mis amigos… siempre he disfrutado de la soledad, no quiero a nadie que me moleste o me toque las narices, aunque hay alguien que si me importa y de la cual nunca supe de ella, mi amada Julieta.

Han transcurrido trece años desde entonces y nunca más supe de ella, ese pasado siempre ha estado presente en mis sueños y en mis pensamientos, torturando mi forma de pensar y sobretodo el motivo por el cual yo decidí largarme de mi casa para empezar mi vida como estrella del rock, pero... ¿Cómo puedo borrar esas palabras?

Ese caluroso día de verano inundaba el barrio y el sudor de mi cuerpo humedecía mi larga melena heavy, yo estaba esperando por mi mejor amiga para tomar algo para calmar un poco el calor, pero tras una larga espera lo único que recibí de ella fue una llamada, su voz entre cortada me transmitió una sensación de pánico y mi cuerpo temblaba temeroso por lo que podría decirme a continuación, unas palabras que nunca iba a olvidar.

— Perdóname Vicente, mis padres han tomado la decisión de mudarnos a otra ciudad por culpa del bullying que he recibido por parte de los chicos del barrio, además dicen que eres una mala influencia para mí, otro motivo por el cual me llevan lejos… —escuché su llanto tras el teléfono y continuó hablando —…aunque la verdad no entiendo porque sigues perdido dentro de ese círculo de amistades que nunca me gustaron… pero bueno, es tu problema y también es el mío por que esas personas me han hecho mucho daño y con solo eso decirte… adiós…—

No puedo olvidar ese cálido día acompañado de esas palabras terminando en aquel doloroso adiós y sobretodo en el consejo que hizo que pensara en todo lo que hacía, mi vida solo era oscuridad y cuando me acordaba de mis amigos aun más de lo que parecía, la mayoría de ellos metidos en líos de drogas o en el alcohol donde yo me evadía para no meterme esas sustancias que volvían violentas a esas personas y que en más de una ocasión agredieron Julieta por llevar gafas y vestir de una forma rara que a muchos no gustaban, me daba pena y no podía hacer nada para poder defenderla de ellos, lo único que sentía era miedo a lo que podría ocurrirme a mí.

Pero me di cuenta de que ese miedo provocó que la persona que más amaba se alejara de mi y dijera ese adiós que me ha torturado durante años, soy un idiota por no haberla defendido, si hubiera hecho algo nunca se hubiera ido y yo nunca estaría quemándome por dentro.

Abrí los ojos y me di cuenta que tanto pensar hacía que perdiera un tiempo tan bonito como poder disfrutar de la soledad en la porquería de hogar de hormigón que conseguí para poder vivir.

Entré y recorrí el diminuto rincón donde yo iba a vivir, con la esperanza de poder cumplir el deseo de ser una estrella del rock y sabía que yo en esa casita tenía que seguir viviendo hasta que se hiciera más grande y donde todos mis hijos, nietos o mis herederos pudieran corretear. Deseé que todos ellos no perdieran la esencia Heavy que yo llevo desde que soy un niño.

Mientras pensaba en mi vida y en mis problemas escucho como pican a la puerta con insistencia, yo harto del ruido que hacía aquella misteriosa persona me acerqué para averiguar de quien se trataba.

Vi al otro lado a un señor con ropas llamativas, aunque sabía que era alguien con mucho dinero y era extraño su interés en conocerme, así que le atendí con amabilidad para saber lo que quería el adinerado.

El hombre me saludó y se acercó a mí, odiaba la cercanía de las personas y me mosqueaba que alguien como ese señor se acercara tanto a mí.

— Hola chico, acabo de ver que acabas de llegar al barrio hace poco y no has tenido buen comienzo, podría ofrecerte un pequeño trabajillo. —además de molestarme me ofrece trabajitos el señor.

— Si quieres venderme algo yo paso. —le reproché.

— ¿Venderte? No chavalín, soy coleccionista de piedras, bichos, ranas y otro tipos de objetos coleccionables, si consigues algunas de esas cosas te pagaré bien, seguramente necesitas el dinerito para lo que quieras construir en esas cuatro paredes de cemento.

— Suena interesante… —la oferta era muy buena, además conocía amigos que hacían trabajos como estos para ganar dinero. —…acepto.

—Genial, recoge lo que sea hoy y ven a mi casa, si no estoy, estará mi mujer o mi hija, ellas te darán el dinero de la colección que me des, si es algo repetido, no te preocupes, también te pagaremos. —al final el señor parecía amable.

— Gracias…

El señor se despidió de mi y lo vi alejarse de la casa, como no iba a perder esa oportunidad decidí ir reuniendo alguna que otra colección para venderle, además, tendría que mirar en parques o en otros lugares de los barrios vecinos.

Fui por todo el barrio consiguiendo coleccionables para aquel amable señor del cual no me acuerdo de su nombre, es más, es una gran oportunidad para agrandar mi casa o comprarme la guitarra que tanto me gustó en aquella tienda de música.

Ya en mi casa escuché como alguien picaba a la puerta y me di cuenta de que se trataba de aquel señor y con dos mujeres, sería descortés dejarle fuera tras haberme ofrecido aquel trabajito para poder tener algo de dinero.

Los invité a entrar y me di cuenta que la señora sería la esposa de aquel hombre y la joven su hija, una hermosa princesa de hermosos ojos verdes que evitaba mirarme, seguramente mis pintas de heavy le daba mucho miedo.

— Gracias por venir, señor… —me avergonzaba mucho no saber el nombre de aquel hombre.

— Guillermo Valderrama, ellas son mi esposa Victoria y mi hija Anais. —me presentó el señor con una amplia sonrisa en los labios.

— Un placer, yo soy Vicente, bueno, debería invitaros a entrar, además, quiero darte la colección que he encontrado por ahí. —los invité a que entraran.

Cuando vieron la casa alguno de mis vecinos puso cara de asco, entre ellos la esposa de Guillermo, no sé que estará pensando, pero seguramente iba a vomitar por lo horrible que era. Lo que más me gustó de esta visita es que Anais había preparado un pastel de frutas, tenía buena pinta, pero me daba miedo ¿Y si tiene veneno? Mejor espero a que ellos cojan un trozo de ese pastel a ver si alguno se muere.

Lo peor de todo es que no podía quitarle el ojo de encima a la hija de Guillermo, era preciosa, pero no tanto como mi bella Julieta, aunque creo que eso significaba el adiós a un sentimiento que tenía hacia el amor de mi vida.

Luego se quedaron para charlar conmigo, pero la señora Victoria seguía mirándome mal.

— Bueno Vicente, seguro que tienes alguna colección para mi, déjame ver lo que tienes. —me pidió Guillermo interesado en lo que tenía.

— ¿Otra vez papá con esas cosas de la colección? —interrumpió Anais que me decepcionó su voz de niña pija.

— Bueno, esto… aquí tengo las piedras y las ranas, ¿qué te parece? —le mostré lo que había recolectado.

— Bueno cariño, el chico no lo hace mal con el tema de la recolección, deberíamos darle algo de dinero a cambio. —decía la señora.

— Que material más bueno, te daré 415 simoleones a cambio, seguramente te vendrá de perlas para la construcción de la casa y para que compres lo que quieras.

Guillermo sacó su billetera y me ofreció el dinero que había mencionado y yo a cambio le di todo lo que había recolectado.

— Bueno padre… al menos estás haciendo algo bueno por este chico, creo que estoy orgullosa de ti. —sonreía Anais.

— Sois amables, os agradezco todo lo que estáis haciendo por mí, es una alegría saber que no voy a estar solo en este barrio, aunque la soledad es lo que más me gusta. —le di las gracias a Guillermo.

Ambas mujeres se pusieron a llorar, yo no entendía nada de lo que pasaba, Guillermo miraba a su hija con pena y no entendía nada de lo que pasaba.

— Joven, también quiero pedirte algo… —se puso melancólico el hombre.

— ¿Hay algo más? —pregunté sorprendido.

— Mi hija tiene cáncer terminal y me gustaría que se casara y tuviera hijos antes de que se muera, así que te pido el favor de que te cases con ella. —me pidió Guillermo.

— Eso sería algo horrible, casarme con ella sin conocerla de nada. —me sorprendí con las palabras del señor Guillermo, aunque sería algo bueno por mi parte aceptar casarme con una chica con cáncer terminal.

— Dame igual, acepto casarme y si es posible… podría vivir aquí… —sus palabras llenas de tristeza me inundo mi corazón.

— Venga Vicente, acepta a mi hija como tu esposa hasta que se muera y así me das un nieto.

— No se… venga, vale, acepto casarme con ella, pero va a ser difícil darle un hijo a ella si no estoy enamorado. —acepté sin pensarlo dos veces.

— ¡Gracias Vicente, verás que hijos más guapos tendrás! —se alegraba Guillermo al saber mi aceptación por casarme con ella.

Cuando me quedé solo en aquella casa de mierda, vi que mi vida iba a cambiar con la boda con Anais, seguramente no me den dinero a cambio de la boda y a cambio de su estancia en mi casa hasta que le dé un hijo, lo que sé que iba hacer era entregar a ese niño a sus abuelos, no quería estar a cargo de un hijo al que no iba a querer, pero no podía hacer nada y debía aceptar, esa chica creo que se merece una buena vida antes de que se muera, yo se la daré.

Editado 7 ene 2017 por tedtaki

9 dic 2016

Me parece muy interesante tu historia,Vicente me gusto mucho parece alguien muy rudo y a la vez ¿amable? al aceptar casarse con Anais;me sorprendió eso del cáncer terminal,¿como sera la personalidad de Anais? ¿y que cambios traerá a la vida de Vicente? ¡Espero el próximo capitulo!.

Editado 11 dic 2016 por Dav_o

10 dic 2016

Me gusta tu historia y es muy interesante por el tema del acoso escolar (estoy en una plataforma contra el acoso escolar), pero lo del cancer terminal es muy doloroso y amargo De todos modos sigue así, que me he enganchado y me parece poco! :thumbsup:

10 dic 2016

Que buen cap, no pense que terminaria asi

Y sobre el protagonista esta bien guapo^^

10 dic 2016

O my good! Es increíble este legacy Vicente aunque le guste la soledad acepto casarse con anais aunque no le gustaba queria darle una vida antes De q él cáncer se la llevará, yo se q Anais y Vicente seran muy felices (mientras Anais este viva)

Tienes una seguidora nueva AMO los legacys :wub:

1.392 · 11 dic 2016

On 9/12/2016 at 23:02, Dav_o said:

Me parece muy interesante tu historia,Vicente me gusto mucho parece alguien muy rudo y a la vez ¿amable? al acetar casarse con Anais;me sorprendió eso del cáncer terminal,¿como sera la personalidad de Anais? ¿y que cambios traerá a la vida de Vicente? ¡Espero el próximo capitulo!.

Graaaciaaas por pasarte por mi legacy, soy feliz :3, mi intención con Vicente es darle la personalidad ruda de los heavy, sobre la personalidad de Anais es un secreto xD

hace 23 horas, mariaarya said:

Me gusta tu historia y es muy interesante por el tema del acoso escolar (estoy en una plataforma contra el acoso escolar), pero lo del cancer terminal es muy doloroso y amargo De todos modos sigue así, que me he enganchado y me parece poco!

Gracias por pasarte ^^ , yo recibí acoso escolar y es muy duro y sobre el cáncer lo hice pensando mucho en la serie de Centro Médico que aquí en españa dan por las tardes, hubo una historia de dos amigas que tenian cancer y recibían quimioterapia, la que llegó nueva se hizo amiga de su compañera, la cual al final no sobrevivio, al final la otra si sobrevivio, es muy triste U.U pero la personalidad de Anais será muy diferente a la de estas chicas, verás de lo que hablo en la historia

hace 18 horas, Macarenna said:

Que buen cap, no pense que terminaria asi

Y sobre el protagonista esta bien guapo^^

Gracias, es que Vicente es un amor :3

hace 16 horas, Jazmin la simmer♥ said:

O my good! Es increíble este legacy Vicente aunque le guste la soledad acepto casarse con anais aunque no le gustaba queria darle una vida antes De q él cáncer se la llevará, yo se q Anais y Vicente seran muy felices (mientras Anais este viva)

Tienes una seguidora nueva AMO los legacys

Gracias por pasarte y me alegra mucho volver a verte por el foro, se te echaba de menos ^^ sobre la felicidad, la verdad, no se sabrá si serán o no felices, lo sabrás cuando lo veas en el capítulo. Yo también amo los legacy xD creo que me gustan más que las historias por que no hay guiones que seguir xD

Aquí os traígo el capítulo nuevo ^^ espero que os guste y a ver si no os lleváis muchas sorpresas.

Capítulo 2: Llanto

Spoiler

Llegó el día de la boda, un momento que nunca deseé, nos casamos por el juzgado en un bar con la asistencia de los invitados que solo los padres de Anais conocía, yo no sentía nada, solo tristeza en mi corazón cuando la miraba fijamente, ella evitaba mirarme a la cara sabiendo que lo nuestro nunca iba a funcionar, pero lo que sea por una buena causa yo estaré ahí por ayudarla.

Ese día tan raro no solo estaban los invitados observándonos, también me di cuenta que había alguien que se asomaba por la ventana, no le di mucha importancia, pero seguramente sería una persona que sentía curiosidad por lo que había, aunque me dio la sensación de que esa persona lloraba y si era alguien conocido deseé que no fuera Julieta, si llegara a ser ella yo estaría triste y quedaría mal por lo que estaría haciendo.

Cuando vi el anillo de Anais entrando por mi dedo sentí una extraña sensación, quería rechazarla, pero sabía que no podía, yo solo quería que todo pasara rápido para ir en busca del amor de mi vida, Julieta, pero si los padres de mi futura esposa querían nietos no podía negarme.

En casa con los 416 simoleones que tenía agrandé un poco el lugar y tuvimos que poner una cama de matrimonio para que ambos pudiéramos consumar nuestro falso amor e ir a por el bebé que tanto deseaba sus padres.

— ¿Estás preparada para tener ese hijo que tanto ansías tener? —le pregunté con pocas ganas de darle lo que ella tanto deseaba.

— No se… —dudaba ella.

—Si dudas, seguramente no vas a meterte en la cama con un completo desconocido. —le dije cuando vi que de sus ojos caían unas lágrimas.

— No voy acostarme contigo, no te amo, si quieres podemos ir al hospital y hacemos una fecundación in Vitro. —decidió ella.

— Buena idea, vayamos al hospital. —no dudé en aceptar.

Ambos tomamos rumbo al hospital, con mi ayuda en el laboratorio los doctores pudieron fecundar a Anais para que pudiera quedar embarazada, lo que me dio pena fue cuando su médico le dijo que al nacer el bebé ella no iba a sobrevivir y que seguramente durante el embarazo tendría que hacer alguna sesión de quimioterapia.

Al final ella se quedó embarazada y empezó una quimioterapia, me dio pena ver como se le caía el pelo y cuando al final no tenía nada para luego llevar el pañuelo. Yo intenté darle el cariño que se merecía para que ella no se diera por vencida, los días que pasaba con ella yo empezaba a sentir algo por ella que se hacía cada más fuerte cuando pasaba los meses y los días de embarazo.

Un día antes de irnos a dormir ella me contó algo que me inquietó.

— Vicente, cuando yo me muera me gustaría que al bebé lo cuidaras tú y no mis padres, tengo miedo que le den la misma disciplina que a mí me han dado. —me llamó la atención sus extrañas palabras.

— ¿De qué tipo de disciplina? —le pregunté curioso.

— Cuando me escaqueaba de mis estudios mi madre me pegaba con un cinturón que tenía mi padre, me hizo muchas cicatrices y una de ellas está en mi espalda, ella no es una buena persona y si el bebé que esperamos hace algo malo no creo que se libre de los golpes, por favor Vicente, no les entregues al niño. —me contó Anais con una súplica.

— Me lo pensaré.

Mientras se duchaba sentí como mi vida se convertía en una mierda total, estaba decidido entregar el bebé a sus abuelos, pero cuando ella me contó esas cosas me hizo pensar y recapacitar en que tenía que hacerme cargo de mi propio hijo, iba a cuidar de él yo solo y eso iba a ser bastante duro.

Seguí recolectando cosas para ganar algo de dinero, a cambio pude hacer alguna cosilla con la casa, no era gran cosa.

Anais y yo salimos a dar un paseo, estaba tan hambriento que llegué a ver a un señor que había hecho algo para comer, yo lo miraba y no pude evitar escuchar como mis tripas se quejaban al ver tal suculento manjar.

— Chico, tú no te cortes, puedes coger un plato y comer. — me invitó aquel señor tan raro.

Anais se unió para comer lo que aquel hombre nos ofreció.

—Gracias señor, hacía mucho que no comía algo tan bueno. —agradecía mi esposa.

Al rato una mujer rubia se sentó con nosotros y estuvimos un buen rato hablando hasta que desveló algo que a Anais y a mí nos llamó la atención.

— Esto de salir al parque es una gozada para disfrutar del aire. —dije.

— Tengo una amiga que vive muy cerca de aquí que también le gusta salir al parque, la pobre Julieta… es una pena que nadie la quiera, es una buena chica. —cuando escuché de su voz su nombre me vino a la mente recuerdos que no quería que volvieran a inundar mis pensamientos, pero quería saber más.

— ¿Esa Julieta tiene gafas, viste raro y es de cabello castaño? —le pregunté inquieto ante las palabras que escuché.

— Pues sí, ella es así de rara, vive con sus padres en una casita muy bonita que está cerca de aquí. —esos datos me ayudarían a encontrarla y poder así hablar con ella.

— ¿Quién es Julieta? —preguntó Anais.

— Es una prima, hoy a la tarde voy a ver si le hago una visita, si no te importa Anais.

— Si es una prima puedes ir a verla. —me dejó Anais visitar a la mujer a la que yo amaba en realidad, aunque su gesto me hacía pensar que igual la conocía y me estaba mintiendo.

Aproveché la tarde y fui casa por casa para encontrarla, hasta que di con una en la cual vi a una chica a través de la ventana y efectivamente esa persona era Julieta. Piqué a la puerta con la esperanza de que me dejaran entrar para poder hablar con ella después de tanto tiempo.

Julieta fue quien me abrió la puerta y la vi con una sonrisa, ella estaba contenta al verme, no podía disimular la alegría de sus hermosos ojos que seguían cautivándome y como no, en ese mismo instante me estaba olvidando por completo de Anais, solo tenía mente para la chica que tenía ante mis ojos azules.

— Cuanto tiempo Julieta, me ha dicho una amiga tuya que vivías en el barrio y aproveché para hacerte una visita. —me puse contento con su presencia.

Noté que estaba más bonita, me di cuenta que era mucho más hermosa que Anais, yo recordaba que ella tenía siempre el pelo recogido y vestía como una señora mayor, pero esa ropa que llevaba en ese momento le quedaba de maravilla.

— Estoy contenta de volver a verte Vicente, la última vez fue hace trece años. —intentó recordar Julieta.

—Muchas gracias Julieta por dejarme entrar. —le agradecí.

— Me gustaría hablar de algo serio contigo Vicente, ¿me acompañas al salón para estar más cómodos? —ella se puso bastante seria.

Ambos nos sentamos en el sofá y ella cambió su expresión.

— Bueno, ¿qué es lo que pasa? —pregunté.

— No sé a qué has venido, pero sé que te has casado con Anais, a ella la conozco y no es buena persona. —me dijo Julieta muy enfadada conmigo.

— Tiene cáncer terminal, me pidieron que me casara con ella y tuviera un hijo.

— Esa chica es mala persona, siempre ha estado burlándose de mí y si no fuera por mi amiga yo no estaría segura ahí fuera, sabiendo que estaba suelta esa hiena. —las palabras de Julieta tenían que ser verdad, porque ella nunca miente, a no ser que en ese momento estuviera celosa.

— ¿Estás celosa? —le pregunté molesto.

— No estoy celosa, solo te advierto que si ella se entera que hablas conmigo seguramente se pondrá de malas pulgas y te hará la vida imposible. —siguió advirtiéndome Julieta.

— No sé qué pensar, hablaré con Anais en casa y veré si es verdad lo que dices.

— En serio Vicente, eres tonto, tanto como cuando te conocí y te vi rodeado de esos animales a los que considerabas amigos. —sus palabras fueron como flechas y me hizo recordar muchas cosas que no quería que volviera a mi mente.

— Lo siento Julieta. —le pedí disculpas.

— No quiero volver a verte, vete de mi casa. —me echaba Julieta.

Cuando salí del salón pude notar como ella se ponía a llorar y al escuchar su llanto supe que yo estaba cometiendo un error, seguramente tenía razón y Anais no era tan buena persona como parecía.

Al llegar a casa quería destapar a la verdadera Anais y saber lo que en verdad escondía tras esa máscara de buena persona.

— Me voy a poner serio contigo Anais, ¿conoces a Julieta Llana? —le pregunté.

— ¿Julieta Llana? —me di cuenta de que disimulaba.

— Si, seguro que la conoces, yo la conozco muy bien y sé que la gente no la quiere por que lleva gafas y viste raro, de esa te hablo. —intenté sacarle la verdad a Anais.

— ¿Cómo es que eres amigo de esa mosquita muerta? —ya sacó sus garras Anais.

— Era mi mejor amiga y yo estoy enamorado de ella, siempre lo he estado. —sin miedo le dije toda la verdad.

— Eres un imbécil, no dejaré que a esa estúpida se acerque a ti y tú tampoco te acercarás a ella, es más, de la casa no te moverás hasta que yo me muera y el maldito engendro que yo espero te lo quedarás tú para arruinarte tu maldita vida. —esas palabras no me daban miedo.

— Al final te he quitado la máscara. —le dije entre dientes.

— Claro chico, por qué vas a sentir lo que es la maldad. —me señalaba Anais.

— Teniendo una enfermedad terminal sigues siendo igual de mala persona, ¿verdad?

— Cállate de una vez, ahora te quedarás aquí hasta que mi hijo nazca, si te veo salir de aquí le diré a mi padre que me has levantado la mano y así nunca más ganarás dinero.

Intenté llamar a Julieta, pero Anais me agarró el teléfono y lo tiró al suelo, luego lo pisó para que yo no pudiera llamar a nadie.

— ¡No entiendo como pude ser tan estúpido! —grité enfurecido.

— Hasta que no nazca el niño no saldrás de aquí.

Lo único que podía hacer mientras estaba en la casa “Encerrado” como decía la mala de Anais fui plantando flores y cosas de esas para hacer más bonita el hogar donde yo vivo a los ojos de los demás y seguramente con lo que creciera ahí se podría vender a buen dinero.

Por la noche sentí como Anais se levantaba para seguir zampando, normal cuando se está embarazada, pero no soportaba estar cerca de su presencia.

Cuando me levanté ella me dejó hacer algo al menos para no estar encerrado en mi propia casa.

— Mira Melenudo, te dejo que salgas por ahí y consigas coleccionables, así habrá dinero en casa.

Mientras me duchaba pensaba en el error que había cometido, pero sabía que era por una buena causa, esta chica se moría y yo no iba a dejar que se quedara sola en ese estado, soy idiota y más por volver a ver a Julieta sufriendo por mi culpa, si antes cometí errores este es el más grande, deseaba que en el futuro ella me perdonara, pero no estaba seguro de si podría ser o no.

Como Anais me dejó recolectar cosas, fui por ahí picando cosas, gané algo de dinero, a ver si llego a los 600 simoleones para la guitarra, la necesitaba para subir lo que más me gustaba, la música.

Tenía champiñones y albahaca que había recolectado por ahí, así que las planté y con la ayuda de Anais las regamos para que crecieran sanas para venderlas o para poder comerlas.

Lo que no entendía es porque Anais vestía así, según me había dicho lo hacía para provocarme, no entiendo, para que quiere ir elegante si somos más pobres que el pan.

Mientras mi esposa dormía, quedé con mi padre para poder desahogarme, necesitaba a un familiar que me apoyara, no me importaba si fuera mi madre o mi padre, pero ambos sé que nunca me abandonarían y siempre me apoyaron para que pudiera independizarme de ellos y vivir una nueva vida.

— Padre, que alegría poder quedar contigo, tenemos que hablar. —le abracé con todas mis fuerzas.

— Yo también me alegro hijo, pasemos a dentro y me cuentas lo que sea.

Para desahogarme, ambos decidimos bailar y hablar mientras nos divertíamos.

— Vicente, no entiendo cómo puedes casarte con una mujer que no conoces y más sabiendo que es así de mala. —me miraba mi padre con cierta pena.

— Tiene cáncer terminal y lo que hice fue casarme por una buena causa, pero me doy cuenta que por muy bueno que sea más tonto seré, es como cuando perdí a Julieta, hace unos días la vi y me contó que cuando llegó al barrio nuevo Anais le hizo la vida imposible, soy un monstruo. —le conté todo a mi padre.

— Es que te das cuenta tarde de las cosas, nunca entendí esa personalidad, creo que es por tu soledad, pero tienes que cambiar y darte cuenta que es lo que te viene bien o lo que te viene mal, tienes que pensar antes de actuar. —las palabras de mi padre me tranquilizaron.

— Nunca entenderé porque soy tan tonto. —miré a mi padre con asombro.

— Hazme caso Vicente y date cuenta de que tienes que cambiar. —al menos los consejos de mi padre sirven para algo.

No se lo digáis a nadie, pero esta copa se la robé a alguien, soy mala persona, es más, a mí que me importa, lo vi yo primero y ahora toca beber (Que gente más rara hay por aquí, miren ese señor más raro).

Cuando llegué a casa Anais estaba esperando por mí.

— ¿Dónde has estado? —me preguntó Anais.

— Quedé con mi padre para tomar algo, si no te importa, ¿podrías dejarme en paz? —intenté ignorarla y no darle importancia a su manipulación.

Escuché como Anais se desplomaba al suelo, yo pensé que lo hacía para darme pena.

— No me encuentro muy bien Vicente, estoy débil… —parecía que le costaba respirar.

— No creo que estés de parto, así que no me vengas con historias. —no la creí.

Anais se tumbó en la cama y vi que respiraba con cierta dificultad, llegué a pensar que sería cosa de su enfermedad, en ese instante me di cuenta de lo tonto que estaba siendo al no hacerle caso en su estado.

Tras eso la llevé al hospital, estuve con ella durante todo el momento, luego el doctor se acercó a mí y me dijo que tarde o temprano el bebé iba a nacer, pero que ella estaba mal y que no iba a sobrevivir tras el parto.

Al llegar el parto, nacieron dos bebés, Anais no sobrevivió y el cáncer apagó su alma, yo al final me iba hacer cargo de León y de Enol, dos hermosos niños que no se habían dado cuenta de que su madre había fallecido, pero yo ya había tomado una horrible decisión, la cual me obligó a separarlos y para que los padres de Anais no supieran que habían nacido gemelos, así que decidí quedarme con León y ellos con el pequeño Enol, sé que estaba mal y fue una decisión dura.

Al crecer León las preguntas sobre su madre comenzaron y yo ya no sabía que decirle, así que decidí buscar la forma de mentirle.

— Papá, quiero preguntarte algo… ¿porqué no tengo mamá? —mis lágrimas inundaron mi rostro ante la pregunta de León.

— Bueno, tu madre decidió dejarnos y abandonarnos para irse con otro hombre, ahora está en China con él, perdón que sepas la verdad de esta forma. —le mentí.

—Pues que le dé a mamá, si se fue y nos abandonó yo estoy mejor contigo, porque eres el mejor papá del mundo, de mayor quiero ser igual de heavy como tú. —sus palabras decoraron mi rostro con una sonrisa y me di cuenta de lo bueno que era.

Cuando nos fuimos a la cama observé a mi hijo y vi que se parecía mucho a mí, eso era lo bueno, pero era igual de pálido que su madre, no era mi intención recordarla a ella, pero quería estar orgulloso de él y demostrar que yo podía hacerme cargo de León como si fuera para mí un tesoro.

— Adiós Anais, sé que no has sido una buena persona, pero no te merecías morir de esta forma, te prometo que cuidaré de León como si fuera un tesoro y crecerá siendo un buen chico.

Al despedirme de ella intenté ser fuerte y no llorar, pero sentí como mis lágrimas caían por mis mejillas, al menos, en ese momento me di cuenta de que tenía camino libre para poder estar con Julieta.

AL FINAL HAY QUE PERDONAR A AQUELLAS PERSONAS, POR MALAS QUE HAYAN SIDO, VICENTE PERDONÓ A ANAIS POR MUCHO DAÑO QUE HIZO.

Editado 11 dic 2016 por tedtaki

11 dic 2016

¡Que fuerte! Vicente me encanta cada vez mas,perdonar no es tan fácil y tomar decisiones como las que tomo mucho menos,en cuanto a Enol me dio mucha pena y me imagino que tipo de crianza recibirá (asumiendo que lo que haya dicho Anais haya sido verdad) y me gusta el estilo de Leon definitivamente se nota que es un digno hijo de Vicente.Julieta se nota que esta muy lastimada no creo que Vicente lo tenga realmente fácil ¡Espero el siguiente capitulo!

11 dic 2016

Enhorabuena por el legacy! es una historia muy interesante. Me ha gustado mucho la trama del cáncer y el amor reencontrado. Espero que pase algocon los gemelos al crecer. Estaré atenta al próximo capítulo.

11 dic 2016

Muy buen inicio de legacy, por acá te sigo, por cierto Vicente es guapísimo :wub: .

1.392 · 18 dic 2016

On 11/12/2016 at 17:09, Dav_o said:

¡Que fuerte! Vicente me encanta cada vez mas,perdonar no es tan fácil y tomar decisiones como las que tomo mucho menos,en cuanto a Enol me dio mucha pena y me imagino que tipo de crianza recibirá (asumiendo que lo que haya dicho Anais haya sido verdad) y me gusta el estilo de Leon definitivamente se nota que es un digno hijo de Vicente.Julieta se nota que esta muy lastimada no creo que Vicente lo tenga realmente fácil ¡Espero el siguiente capitulo!

Gracias por pasarte, Vicente es un gran chico :3

On 11/12/2016 at 18:51, Necromántica said:

Enhorabuena por el legacy! es una historia muy interesante. Me ha gustado mucho la trama del cáncer y el amor reencontrado. Espero que pase algocon los gemelos al crecer. Estaré atenta al próximo capítulo.

Gracias por pasarte, me alegra que te haya gustado :3

On 11/12/2016 at 1:27, Viri said:

Muy buen inicio de legacy, por acá te sigo, por cierto Vicente es guapísimo .

Gracias, yo también pienso que Vicente es guapo :heart:

Aquí os dejo el nuevo capítulo ^^

Capítulo 3: Quédate conmigo

Spoiler

León se levantó a las seis de la mañana decidido para hacer los deberes, aunque hoy no tenía clase porque había fiestas de algo, no me acuerdo muy bien de que se trataba, al menos me alegraba ver lo inteligente que se estaba haciendo, tenía hasta previsto comprarle un regalo para que pudiera aprender algo que tanto deseaba.

Al levantarme no tenía ganas de hacer nada y lo que es peor, no podía olvidarme de Anais, fue una mala persona y fui tonto al caer en sus redes, aunque al final decidí perdonarla por todo el daño que me había hecho.

Lo que no entendía era el motivo por el cual empezaba a pensar en Julieta con la duda de ir a buscarla o no, era acordarme de su voz y de su forma de ser y me olvidaba de todo, aunque me doy cuenta de lo tonto que he sido con ella, ¿debía correr hacia ella y gritar que la amaba? La verdad, no me atrevo a presentarme ante ella si ahora me odia más que nunca.

Decidí preparar algo para desayunar y mientras cortaba los tomates para la ensalada me corté, la herida no era grave pero vi como mi hijo preocupado levantó la cabeza para intentar saber si la cosa había sido grave o no.

— ¿Estás bien papá? He visto que te has cortado. —se preocupó León.

— No te preocupes León, estoy bien. —en verdad lo que provocó que me cortara fueron mis melancólicos pensamientos.

Mientras comía aquella ensalada e intentaba observar al pequeño hacer sus deberes, escuché como picaban a la puerta con cierta delicadeza, cuando dirigí mi mirada hacia la puerta la vi ahí, era Julieta que había venido a visitarme, todo el momento pensando en ella y ahora aparecía ante mi casa para visitarme, no entendía que quería, estaba seguro de que iba a escuchar de sus palabras de que me advirtió aquellas palabras días antes de que Anais muriera, la veía y me sentí culpable por todo lo que había pasado con la madre de mi hijo, aunque mi objetivo era olvidarme de ella por completo e intentar reconciliarme con Julieta para poder al fin tenerla entre mis brazos, al menos en ese momento, no iba a dejar que se quedara ahí fuera mirando al interior de mi casa como una tonta.

La recibí con miedo a cómo reaccionaría, sentía como el corazón me iba a mil y cuando la tuve cara a cara se me inundaron los recuerdos, mi cobardía por no defenderla, pero hay cosas que no os he contado aun sobre mi adolescencia y sobre la dura vida que ella misma había pasado.

Pero bueno, centrémonos en su visita.

— Hola Julieta, han pasado siete años, la última vez me dijiste que no querías verme. —la saludé recordando cómo me había echado de su casa.

— Solo vine porque quería pedirte disculpas. —me sonreía Julieta.

— ¿Disculpas? No mujer, quien debería pedirlas aquí soy yo, si quieres puedes pasar para hablar con más calma, además, así conocerás a León. —le sonreí.

Por primera vez León había conocido a Julieta, incluso parecía tener curiosidad por conocerla enseñando aquella amplia sonrisa que dibujaba su rostro.

— León te presento a Julieta, es una amiga de la infancia. —se la presenté.

— Guau, que guapa, mi papá necesita una novia urgente, Julieta, tienes que ser su novia. —le pidió León.

— ¿En serio soy guapa? —se sonrojaba Julieta.

— Pero bueno León, no puedes pedirle esas cosas. —le reñí un poco.

— Lo siento papá, no quería molestar. —se disculpó León que también se sonrojó avergonzado.

— León, si quieres puedes ir al parque a jugar, tengo cosas que hablar con Julieta. —le ordené a mi hijo.

— Bien papá, voy a pasármelo muy bien, a ver si conozco amigos. —se puso contento mi hijo.

— Disfruta del parque León. —se despidió Julieta del pequeño de la casa.

Cuando nos quedamos solos el tema de Anais salió a la luz y yo decidí pedirle disculpas a Julieta.

— Al final tenías razón Julieta.

— ¿Razón de qué? —me miraba con gesto triste.

— Anais no era buena chica y aunque me obligaba a quedarme encerrado en mi propia, quiero que sepas que estuve con ella hasta el final por su enfermedad. —le conté a Julieta. —además, no le hacía mucho caso a sus amenazas y yo salía a encontrarme con mi padre, así que imagínate lo que me importaba.

— No me lo puedo creer, esa chica era muy mala, pero no se qué pensar, si todo lo has hecho por su enfermedad… es que… no eres un chico malo, si no un buen hombre. —Julieta se sorprendió cuando le conté todo lo que había ocurrido durante el tiempo que estuvo con vida Anais.

— Todo ha sido por una buena causa Julieta, pero es que en verdad no la quería y aunque no sentía nada por ella la echo de menos. —me puse melancólico.

— Sabes, me gustaría que ambos quedáramos o algo, si quieres puedes llevar a León, ¿te apetece ir al parque? —la idea de Julieta era muy buena, la verdad.

— En serio Julieta, volver a revivir nuestra juventud, esa es buena idea, el niño hoy no tiene clase, podríamos ir al parque a recolectar cosas o lo que quieras. —me levantó el ánimo.

— Vamos con el pequeño León. —decidió Julieta.

Los dos fuimos al parque para hacerle compañía a León, ella me miró con una sonrisa para animarme.

— Venga, anímate, tienes que disfrutar de tu hijo, mira qué bien se lo pasa, tan inocente. —sonreía Julieta.

— Tienes razón Julieta, tengo que disfrutar de mi hijo.

— Tú siempre has sido un chico fuerte.

— No puedo derrumbarme en estos momentos, siempre me has venido de ayuda en estos momentos Julieta. —le dije.

— Mientes, la que siempre ha necesitado un hombro donde llorar era yo cuando recibía el acoso escolar y tú estabas ahí para animarme, al final resulta que soy yo la que te ofrece el hombro para que tú llores. —recordaba Julieta.

Al final es verdad, siempre estuve ahí para apoyarla, pero nunca la defendía o era ella o mis amigos, el día del adiós yo había decidido mandarles a tomar por saco a esas personas que consideraba amigos por estar con ella, pero cuando me acuerdo de todo lo que ella había vivido me avergüenzo, todos estos años que han pasado me han hecho recapacitar y pensar en las de veces que en verdad la defendí, nunca os lo conté, pero no es el momento de hablarlo, ahora lo que me importa es volver a observarla y darme cuenta de que la sigo amando, deseando así que ella sintiera lo mismo.

— Ese día Julieta iba a declararte lo que yo sentía por ti, yo estuve enamorado de ti y aun así te sigo amando, pero no sé si me aceptarás. —declaré lo que yo sentía por ella.

— Lo siento Vicente, si me amaras hubieras salido en mi ayuda el día más doloroso de mi adolescencia y fue aquella brutal paliza donde me mandaron al hospital, recuerdo perfectamente que tú estabas ahí mirando sin hacer nada. —esas palabras me hicieron recordar otra parte del pasado que no quería recordar y del cual estoy avergonzado.

— Te pido disculpas por eso, pero quiero que sepas que fui yo, quien te llevó al hospital y aunque parezca que no, aquel idiota me pegó un puñetazo por ayudarte, pero hay cosas que no te conté, yo me defendí, incluyéndote a ti y quiero que sepas que él recibió su merecido, sé que fue tarde, y eso no es todo, recuerda que yo estaba apuntado a boxeo con tal de poder vengar lo que te estaban haciendo. —le conté parte de la verdad.

— Da igual Vicente, nunca estaré contigo y quiero que sepas que yo también estuve enamorada de ti, pero ese mismo día se esfumaron aquellos sentimientos que sentía por ti. —su voz melancólica me destrozó por dentro.

— Perdóname Julieta. —le supliqué.

— No sé si aceptar ese perdón o no, mejor me lo pensaré. —se llevó Julieta la mano al pecho como siempre hacía cuando estaba nerviosa.

— Ese gesto que haces… es cuando te pones nerviosa. —me di cuenta.

— Me conoces mejor de lo que parece, sabes, quiero irme. —Julieta se puso a llorar y decidió largarse mientras yo me quedé solo viendo a mi hijo jugando a ser pirata.

Decidí disfrutar de la música para pensar y olvidarme de todo lo ocurrido en ese momento. Con tantas duras palabras yo estaba convencido de que iba a luchar por Julieta, no me iba a dar por vencido, porque sé que ella me amaba, aunque iba a ser difícil que me perdonara, pero me sentí orgulloso cuando aquella persona recibió su merecido, aquel día no supe más de él y decidí crear otro grupo de amigos, tarde, pero sí, fue tarde cuando le iba a contar a Julieta de que iba a reiniciar mi vida y que iba a montar mi banda de rock con tres chicos que ella conocía muy bien.

Mientras tocaba la guitarra vi a mi hijo correr hacia la casa.

— ¡¡PAPÁ ME VOY A CASA HACER PIS!!

Mientras mi hijo estaba en casa yo me dediqué a recolectar cosas para luego venderlas, salió bien la cosa, porque no solo vendimos los coleccionables también lo que había cosechado. Y aunque parezca que no intenté tocar la guitarra por parques para ganar dinero, pero ninguno soltó nada.

Lo raro fue que mientras recolectaba encontré un extraño regalo, ¿será un muñeco vudú? Mejor lo escondo para que nadie cometa errores y mate a uno sin querer.

Y yo preparé el desayuno con algunos champiñones, hice tacos de pescado con verduras y tenía muy buena pinta.

— ¿Qué hay para comer? —preguntó mi hijo.

— Unos tacos de pescado.

— Que buenos están. —saboreé el desayuno con ganas.

Con el dinero que tenía le compré a León un violín, uno que tanto le gustó en una tienda de música, la misma donde compré la guitarra.

— Gracias papá por el violín, voy a ser un heavy violinista, ya verás. —se alegraba León.

— Me alegro hijo, tú practica y a ver si eres bueno. —le animé.

— ¿Se puede cantar heavy metal con un violín? —me preguntó mi hijo.

— No sé, tú pruébalo. —le respondí por que no sabía si existía música de ese estilo, aunque recordé grupos que usaban violines.

— ¡¡¡SIII, VOY A SER UN VIOLINISTA HEAVY!!! —gritó ilusionado León.

Comenzó a practicar con el violín, pero al principio no le salía muy bien, espero que en un futuro mejore con ese instrumento musical, mientras yo sigo practicando con la guitarra, a ver si al final hacemos un dúo de violín y guitarra.

Y como tenía algo de dinero hemos ido decorando la casa, ahora ahorraremos para agrandarla aun más y ponerle una habitación a León que lleva pidiendo uno a gritos.

Y ahí se va León a la escuela que orgulloso estoy de él.

Y yo voy al parque a pedir limosnas con mi guitarra y tuve mucho éxito, eso creo, pero sí que tuve suerte recolectando cosas que había por ahí para luego venderlas, gané bastante con todas las cosas que he conseguido.

Y luego quedé con Julieta para ver si podía de alguna forma conquistarla o convencerla de que me perdonara, aunque creo que aun está resentida por el pasado.

— Me alegra saber que has aceptado venir a esta cita. —le agradecí.

— Esperemos que todo vaya a ir bien. —parecía no estar muy animada con la cita.

— Pues claro mujer, ¿te apetece sentarte? —le pregunté.

— Bueno, a ver qué es lo que me cuentas. —suspiraba Julieta.

Al sentarnos Julieta me sonreía con aquellos labios tan bonitos que decoraban su rostro, yo no pude evitar enamorarme nuevamente de esa carita tan bonita.

— Me gustaría preguntarte… ¿estarías dispuesta a olvidar el pasado y poder recuperar la amistad que teníamos? —le pregunté.

— Es que no se… te veo y me dan ganas de perdonar, eras mi mejor amigo, pero hay cosas que no se pueden olvidar. —dudaba Julieta.

— ¿Dudas? Dime Julieta… ¿sientes algo por mí? —le pregunté.

— Yo creo que siempre estuve enamorada de ti, pero eres tonto. —me respondió ella con una mueca de duda.

— ¿Eso es un sí? —le volví a preguntar.

— Es un no lo sé, es que no se si te das cuenta, pero es que eres tonto, esa es mi respuesta.

— ¿En serio? Dime… ¿no te dolió la despedida de nuestra adolescencia? A mí me dolió porque estoy y sigo enamorado de ti. —le volví a confesar mis sentimientos.

—Me dolió porque yo también me enamoré de ti y es que es de tontos por mucho daño que he pasado… yo te sigo amando. —me confesó Julieta.

— Podrías levantarte un momento, no te voy hacer nada malo. —le pedí.

— ¿Para qué?

—No preguntes, tú déjate llevar. —le sonreí.

La cogí de las manos y la miré a los ojos fijamente, sentí como mi cuerpo temblaba con solo rozarla y me puse nervioso pensando que todo iba a ir mal.

— ¿Podrías repetir lo último que me habías dicho? —le pregunté.

— Pues… pues… yo sigo amándote. —me confesó Julieta lo que sentía por mí.

— ¿Crees que eres capaz de olvidar el pasado y ser nuevamente la amiga de este tonto? —le pregunté mientras la miraba fijamente a los ojos.

— ¿Amiga? La verdad… quiero ser algo más que una amiga, pero te diré que estoy dispuesta a olvidar el pasado con tal de volver a mirarte. —esas palabras me llenaron el alma y me gustaron tanto que no pude evitar sonrojarme.

— Te amo Julieta y quiero que lo sepas ahora y para siempre.

— Yo también te amo Vicente…

Le di un beso sorpresa en los labios, me gustó tanto que tenía miedo a que ella me rechazara, no quería que eso terminara y tampoco quería que fuera un sueño, deseé que ella me quisiera de verdad.

Julieta se puso contenta ya que para ella sería la primera vez que un chico la besara.

— Nunca antes me ha besado un hombre, pero la verdad este beso siempre lo he deseado de tus labios. —se sonrojaba Julieta.

— Es que los besos de un Heavy siempre son los mejores nena, pero sabes… no quiero que esto termine. —le dije pícaramente con una sonrisa.

Y nuevamente la besé y saboreé el tacto de sus carnosos labios, ella temblaba y me agarraba del hombro con tanta delicadeza que me daba miedo romperla, pero no iba a romperla, iba a comérmela a besos hasta dejarla seca, el olor de su perfume perturbaba mi mente y la deseaba más que nunca, quería otro beso de sus labios.

— ¿Quieres ser mi nena para hoy y para siempre? Es decir… mi novia. —le pregunté con el miedo del rechazo.

— Pues claro que quiero ser tu novia mi heavy favorito. —aceptó Julieta.

— Si, que feliz me haces Julieta. —me puse muy contento.

— Tú a mi también, nunca he tenido un novio. —se emocionó Julieta.

— ¿Y si te pido algo más? —me arrodillé y saqué un anillo de mi bolsillo. — ¿quieres ser mi esposa?

— ¿Cómo? ¿No crees que vas muy rápido? Yo te diré que no. —esa negativa me destrozó.

— ¿Cómo es que me rechazas? —le pregunté triste. — ¿No me querías?

— Te quiero, pero no voy a aceptar así porque sí una propuesta de matrimonio, lo siento, me voy.

Me rechazó, Julieta me ha rechazado la propuesta de matrimonio, creo que lo mejor es reunirme con Anais y matarme de la vergüenza que sentía en ese mismo instante, pero no soy tan tonto como para dejarla ir de esa forma.

— Julieta…

— Mira Vicente, si insistes vamos hablarlo sentados.

— Vale.

— Me ha sentado mal que me rechazaras. —le dije lo que en esos momentos sentía.

— Perdóname Vicente, pero es que vas muy rápido.

— ¿Rápido? ¿Tú sabes el tiempo que llevo esperando por este momento? ¿Tú no lo has esperado? —le pregunté.

— Pues…

— Cásate conmigo, te lo pido Julieta. —le volví a insistir la pedida de matrimonio.

— Vuelve a pedírmelo y me lo pienso. —sonreía Julieta.

Y nuevamente me arrodillé ante ella y saqué aquel anillo que llevaba guardado desde hace mucho tiempo, incluso os diré que lo tenía guardado para pedirle matrimonio el día de ese adiós.

— Entonces… ¿aceptas ser mi esposa? —le volví a preguntar.

— Me lo he pensado y acepto casarme contigo, quiero vivir toda mi eternidad contigo. —aceptó Julieta.

— Te amo Julieta, siempre te amaré y los dos nos moriremos de viejitos. —la miré a los ojos fijamente.

— Si me lo hubieras pedido en la adolescencia yo hubiera aceptado y aun así acepto casarme contigo… —miraba ella el anillo que le había ofrecido.

— Entonces… casémonos ahora, pero aquí no.

La cogí en brazos y la miré a los ojos.

— ¿Y dónde más o menos? —me preguntó.

— Es una sorpresa.

Llegamos a las ruinas, era el sitio más bonito que jamás haya conocido, era el lugar indicado para lo que quería.

— ¿Las ruinas? Me acuerdo de ellas, sobre todo porque hace mucho me trajiste hasta aquí y estuvimos hablando un buen rato. —recordó Julieta.

— Era el lugar más bonito, el sitio donde quería yo pedirte matrimonio el día que me dijiste adiós, pero no pudo ser, pero… —la miré a los ojos fijamente.

— Pero me fui sin saber lo que me ibas a pedir ese día, pero sabías perfectamente que no era feliz en ese momento. —con gesto serio me miró Julieta.

— Lo sé y te pido disculpas, no sabía cómo iba a defenderte, tenía miedo, pero ahora no, nadie va hacerte daño mientras esté con vida. —sentí como mi corazón iba a mil.

Le cogí de las manos y tiré de ella con suavidad, al sentir ese tacto pude sentir como mi piel se estremecía, era lo mejor que me podía estar pasando.

— Mi princesa, ven, acompáñame. —le pedí.

Ambos nos adentramos en las ruinas y sentí como mi corazón iba a mil por hora, luego me di la vuelta y la abracé con todas mis fuerzas sintiendo como temblaba ella.

— Mi princesa, siempre estuve esperando este momento, quiero que sepas que estoy muy nervioso. —le susurré.

Le di un beso en su mejilla y estaba disfrutando como un tonto de ese momento, cuando compartimos los anillos supe que ese era el día que más esperaba, la boda con la que yo soñaba, no me iba a echar hacia atrás e iba a comenzar una nueva vida al lado de ella, hasta que llegó el momento en el que nos convertimos en marido y mujer, amor para siempre.

Editado 3 ene 2017 por tedtaki

18 dic 2016

Awww jejejeje ¡Me encanto! fue un capitulo lleno de ternura,Leon es super inocente queriéndole conseguir novia a su padre ¡y termino siendo su madrastra! o mejor madre porque se que Julieta sera un excelente madre y ser un violinsta Heavy xD :lol: en cuanto a la propuesta de matrimonio de Vicente vaya que fue muy apresurado pero pensándolo bien tantos años esperando es normal que quiera pasar con ella el resto de su vida ¡Animo te esta quedando una historia muy buena!

23 dic 2016

Excelente capítulo Ted. Mi Vicente es un sol, mira que insistir a pesar de los rechazos, lo que le ha costado jaja...

Y pues, en un momento de la lectura llegué a sentir que odiaba un pelín a Julieta, el hombre es humano, ¿qué no puede comenter un error? :angry: ... Lo bueno es que terminó todo bien y cómo Vicente lo anhelaba . Continúa pronto .

1.392 · 1 ene 2017

On 18/12/2016 at 16:58, Dav_o said:

Awww jejejeje ¡Me encanto! fue un capitulo lleno de ternura,Leon es super inocente queriéndole conseguir novia a su padre ¡y termino siendo su madrastra! o mejor madre porque se que Julieta sera un excelente madre y ser un violinsta Heavy xD en cuanto a la propuesta de matrimonio de Vicente vaya que fue muy apresurado pero pensándolo bien tantos años esperando es normal que quiera pasar con ella el resto de su vida ¡Animo te esta quedando una historia muy buena!

Gracias, a ver si León consigue ser Violinista Heavy y veremos si llega a llevarse bien con Julieta ^^

On 23/12/2016 at 17:57, Viri said:

Excelente capítulo Ted. Mi Vicente es un sol, mira que insistir a pesar de los rechazos, lo que le ha costado jaja...

Y pues, en un momento de la lectura llegué a sentir que odiaba un pelín a Julieta, el hombre es humano, ¿qué no puede comenter un error?... Lo bueno es que terminó todo bien y cómo Vicente lo anhelaba . Continúa pronto .

En el fondo Julieta no es mala persona, solo desconfiada, pero al final aceptó a Vicente ^^

Capítulo 4: Las dudas de León

Spoiler

León aceptó a Julieta como su nueva madre y ella decidió hacerse un cambio de look que la favorecía bastante, es que siempre ha sido muy guapa.

Como no, Julieta decidió buscarse un trabajo como limpiadora de paletas, algo es algo para que ella comience en el mundo de la pintura, es una pena que no podamos comprarle un caballete.

Lo mejor de todo es tenerla como ayudante para el jardín, ambos regamos las plantas y como no, vender lo que íbamos a cosechar para sacar algo de dinero para aumentar la casa y hacerle el cuarto a León, además, nosotros dos queríamos nuestra intimidad.

— Gracias Julieta por ayudarme con el jardín. —le agradecí.

— Lo que sea por ayudarte.

— Es que me enamoré de la persona correcta, ahora solo queda cosecharlo todo y vender. —le dije.

— Yo te ayudo si quieres. —ofreció ella su ayuda.

— No hace falta, déjame esto a mí.

Y como todos los días me puse a recolectar y gracias a todo lo que había recolectado gané algo de dinero y con él poder hacer algún aumento en la casa, pero eso lo veréis más adelante.

Más tarde toqué un poco la guitarra en un parque que había al lado, tenía público, pero los muy idiotas no me dejaron propinas, malas personas, no ayudan a los pobres a mejorar en su día a día.

Aquella noche Julieta y yo decidimos ir a por un hijo, había que darle un hermanito a León para que pudiera jugar por la casa y que no estuviera solo. Fue el mejor momento que pasé con la mujer que más amaba bajo esas sábanas, incluso tuvimos un rato para poder hablar y todo.

— Eres la mujer más maravillosa del mundo. —le susurré.

— Y tú el heavy más tonto del mundo. —se burlaba ella.

— Que mala eres.

— Una pregunta… ¿crees que León me acepte como una madre? Lo he visto muy distante. —se preocupaba Julieta.

— No te desanimes, verás como poco a poco te llevas bien con León. —la animé.

Unas semanas más tarde Julieta usó el test de embarazo donde dio negativo, para ella fue un golpe muy duro y se puso nerviosa pensando que nunca iba a darme hijos.

Yo cuando la vi me preocupé y no dudé en preguntar.

— ¿Estás embarazada?

— No… —ella se puso a llorar y yo lo único que quería era animarla.

— Para la próxima verás como quedas embarazada. —intenté animarla.

—Eso espero, tengo miedo de que no pueda dar hijos. —seguía llorando.

— No te desanimes amor.

Aquella misma noche fuimos nuevamente a por el hijo deseado.

Al pasar las semanas, ella volvió hacerse el test de embarazo donde dio positivo, ese día fue el más maravilloso para los dos.

— ¡Estoy embarazada Vicente! —se puso muy contenta.

— Ves, te lo dije, no tienes que desanimarte, ahora soy feliz por que seré otra vez padre. —me entusiasmé con la llegada de mi futuro hijo.

Estos son los cambios de la casa, por el momento no hay mucho dinero para una habitación para León, pero pronto tendrá su cuarto propio cuando yo consiga trabajar como estrella de rock y ese momento será ahora, que voy a buscar trabajo.

Y al finar conseguí un trabajo como Animador Amateur, que no se qué puñetas es, pero bueno, con que me enseñen de que va me vale, y como no, ahora toca practicar aun más con la música, luego León se unió a mí con la intención de que ambos hiciéramos música juntos, lo malo es que a mi hijo se le daba muy mal.

A la noche Julieta intentó llevarse bien con León.

— ¿Quieres que te ayude con los deberes León? —le preguntó.

— No hace falta Julieta. —le respondió.

— ¿Tienes ganas de que llegue tu hermanito?

— Si, eso creo.

— No entiendo porque eres así de distante conmigo, ¿por qué es? —le preguntó.

— Lo único que te pido Julieta es que quiero estar solo, no te conozco y me gusta mucho la soledad. —fue grosero León con su nueva madre.

— En serio, no sé en qué he fallado contigo, quiero ser buena. —se puso a llorar Julieta.

Ambos nos dimos cuenta de que León era algo distante con Julieta y que igual necesitaba más tiempo para que ambos se llevaran bien.

Encontré un saco de boxeo por ahí tirado, así que aproveché para llevármelo a casa, espero que nadie reclame por él, mientras tanto, intentaré practicar el boxeo, que es el deporte que más me gusta.

En esa noche, un monstruo visitó a León que lo asustó tanto que salió corriendo a nuestro cuarto.

— ¡¡Papá hay un monstruo debajo de mi cama!! —gritó asustado León.

Luego eché un rociador anti monstruos para que León no volviera a encontrarse con él.

— Gracias papá. —me abrazó León con todas sus fuerzas.

— Ya verás como el monstruo no vuelve a molestarte. —calmé a mi hijo.

A la mañana Julieta y yo estuvimos regando las plantas, tenían que crecer sanas para luego vender sus flores y los frutos que daban para sacar algo de dinero, además, ella quería un caballete para poder pintar cuadros.

Mi hijo viendo la tele, yo recolectando coleccionables y Julieta pintando cuadros con tal de ganar dinero, mi familia es la mejor, aunque al pequeño León habrá que enseñarle algunas cositas.

Lo mejor fue cuando mi padre nos invitó a ir a mi antiguo hogar, es decir, ir a visitarlo para poder charlar con él.

— Gracias por la invitación, padre. —le abracé con todas mis fuerzas.

— Yo también me alegro y por lo que veo traes a León contigo. —Se puso serio mi padre —Y como no, te has casado con Julieta Llana… —

— Hola, que bien, tengo un abuelito marchoso como papá. —saludaba León.

— Que alegría verte de nuevo Leonardo. —saludaba Julieta.

— Es una alegría tenerte en la familia Julieta, no sabes lo mucho que me alegra saber que vuestra amistad se haya fortalecido. —sonreía mi padre.

Todos nos acomodamos en aquel sofá en el que solía saltar cuando yo era un niño, esa casa solo me traía recuerdos y más cuando estaba mi padre a mi lado.

— ¿Y cómo es que has aceptado al zopenco de mi hijo? —le preguntó mi padre a Julieta.

— Me enteré de cosas que no sabía, al final acabó defendiéndome, pero fue tarde cuando me iba a contar toda la verdad. —contó Julieta.

— Anda, claro, ahora me acuerdo, mi hijo vino con la cara hecha un cuadro después de que te dieran el alta y gritaba que no quería seguir siendo amigo de esos idiotas. —se dio cuenta mi padre.

— Vicente es un sol y todos lo sabemos, se merece mi perdón. —me miraba Julieta con aquellos hermosos ojos.

— Y lo mejor de todo es que vas a volver a ser padre, me alegra mucho saber que seré otra vez abuelo. —se alegraba él con aquella amplia sonrisa.

— Yo también estoy contento de volver a ser padre.

Y mi padre tuvo todo el tiempo del mundo para hablar con el pequeño León que estaba fascinado con sus historias.

— Y bueno León, ¿quieres que te cuente mis aventuras en mi moto? Soy un motero viajero. —empezó mi padre a sacar el tema de sus aventuras.

— ¿Aventuras? Cuenta abuelo, tengo ganas de saber todo aquello que has conocido. —se entusiasmo León.

— El viaje fue largo y duradero, viajé por todo el mundo, pero lo que más me sorprendió fue llegar a Francia y conocer a Leticia, tu abuela, que anda ahora en la cocina preparando la cena, ella era una bailarina de ballet, la cautivé con mi voz y mi personalidad y la convencí para que viniera de viaje conmigo por todo el mundo, ahora que soy algo mayor he decidido dejar de lado esos viajes, pero tengo ganas de aventurarme.

— ¿La abuela es bailarina de ballet? Eso mola, entonces, baila muy bien. —siguió León con su curiosidad.

— Tu abuela bailaba tan bien que me enamoró con solo observarla en el escenario haciendo aquellos delicados pasos, si viste alguna bailarina de ballet seguro que sabrás como bailan.

— Pues le pediré a la abuela que me enseñe algún paso de ballet.

— Espera, tú tienes que ser heavy como tu padre, pero si quieres ser bailarín bueno…

Cuando regresamos y mientras Julieta dormía tuve un rato para hablar con León.

— León, creo que tenemos que hablar sobre el tema de Julieta, ¿no crees que eres duro con ella? —le pregunté.

— No sé qué pensar papá, en la escuela ayer vinieron unos niños de visita de un colegio de niños ricos, me fijé en uno de ellos y me di cuenta lo idéntico que era a mí. —me contó León.

— Igual se parece a ti, yo puedo tener un doble en otro lado y no me entero. —le expliqué ya que lo que me contó me alarmó bastante.

— Es que pude hablar con él y me dijo que se llamaba Enol Cebreiro y que vive en este mismo barrio, tengo que saber muchas cosas de ese niño. —al escuchar el nombre de su hermano me puso tan nervioso que podría traer problemas el tema.

— No te metas en líos León, no hagas locuras. —intenté convencerlo de que no cometiera un error.

— Me ocultas cosas papá, así que voy a seguir con mi investigación. —insistió León.

— Hazme caso León, no cometas locuras. —me puse nervioso.

— Sabes que, déjame limpiar los platos y tú vete a dormir. —no me fié de él.

Lo que nunca iba a saber era lo que León estaba haciendo en esos momentos.

León: Gracias Enol por aceptarme en el Whatsapp, seguro que nos haremos muy buenos amigos, mañana después de la escuela quedaremos.

EnolC100: De acuerdo, también tengo curiosidad por saber muchas cosas de ti, además, a mis abuelos no les dije nada porque seguro que la cosa irá muy mal si se enteran.

León: Uy, pues yo se lo conté a mi padre, pero bueno, no sabrá nada de esta amistad, verás cómo nos llevaremos muy bien.

No puede ser, mi hijo estaba contactando con Enol y yo no me enteraba, ¿cómo voy a impedir que se vean? será imposible me da a mí, ellos acabarán dándose cuenta de que son hermanos.

Cuando llegaron las facturas pude pagar, pero nos dejaron con tan poco dinero que ahora nos sería imposible soñar con una casa grande, pero seguiré peleando por poder construir el hogar de nuestros sueños.

Y me di cuenta de lo mal que lo estaba pasando Julieta con el tema del embarazo.

Y llegó lo que no quería que llegara, el momento en el cual ambos habían quedado para charlar.

— Gracias Enol por aceptar quedar conmigo para poder hablar con tranquilidad ¿Qué crees que somos? ¿Somos clones? —preguntó León.

— No sé, pero igual somos hermanos, nos separaron al nacer y no lo sabemos, pero bueno, muchos dicen que hay dobles por el mundo. —intentó dar con algo que podría llegar a lo que en verdad eran.

— Mi papá me ha dicho que mi madre se separó de él y se fue a China con otro hombre. —dijo León.

— Pues mi mamá murió cuando yo nací y que mi padre me entregó a mis abuelos por que el objetivo de ellos es que estuviera en buenas manos y con alguien con mucho dinero. —le contó Enol su parte.

— ¿Crees que podrían habernos separado al nacer? —le preguntó León.

— No lo sé, es que es muy raro el parecido que tenemos. —intentó responder Enol.

En ese momento la abuela de Enol y cómo no, la de León los vio reunidos en el parque.

— ¿Mi nieto con un amigo de clase baja? —parecía molesta.

Ella se fue, me daba miedo lo que podría ocurrir con Enol, pero bueno, ambos pudieron jugar tranquilos hasta que allí conocieron a una niña, que según parece conoce León de la escuela, ella se llamaba Luisa Alonso y se llevaba muy bien con mi hijo, es más, parece que la niña andaba tras él en la escuela.

— ¡Hola León, ¿quieres jugar a ser pirata con tu amigo?! —gritaba Luisa con aquella gracia latina que corría en sus venas.

— Venga León, juguemos con esa niña tan guapa, al parecer te conoce. —dijo Enol.

— Esa niña es Luisa, está todo el rato en la escuela incordiándome, pero bueno, no es mala niña. —no tuvo otra que aceptar jugar con ella.

Y ahí fue como los niños se pusieron a jugar a ser piratas, parecía que Enol era el que estaba más cerca de Luisa mientras que León estaba más distante, al parecer era muy pesada hablando de Star Wars y cosas de ese estilo.

Cuando terminaron de jugar apareció la abuela de Enol molesta con su nieto por estar jugando con mi hijo.

— ¡Cuantas veces te he dicho que no jugaras con niños de clase baja, no son amigos tuyos! —le gritó su abuela a su nieto.

— Abuela, por favor, no me prohíbas tener amigos, en la escuela no tengo y me gustaría tener uno, él se llama León Soto. —le contó Enol.

— ¡SOTO! —gritó Victoria sorprendida.

— ¡¿Tienes algún problema de que sea un Soto?! —se enfadó León con Victoria.

— Conozco a tu padre y él…

Yo cuando llegué del trabajo y no encontré a León salí en su busca hasta que llegué al parque donde lo vi hablando con su abuela y como sospeché mi otro hijo, Enol, no quería que la cosa fuera a ir mal.

— ¡¿Cómo has podido largarte de esa forma de tu casa?! —le reñí con todas mis fuerzas.

— Papá, por favor, no te enfades. —me suplicó León.

— Espera Vicente, dime la verdad, ¿quién es su madre? —interrumpió Victoria.

— A ti no te importa, ahora permíteme llevarme a mi hijo a su casa. —le respondí.

— ¿Es mi nieto? —insistió Victoria.

Cuando me llevé a mi hijo, Victoria se quedó con las ganas de saber la verdad, yo no quería contarle nada y quería que mi hijo estuviera protegido conmigo, no me fiaba de ella y mucho menos cuando sabía que golpeaba a Anais con un cinturón, yo mismo observé esas cicatrices y en verdad fueron ciertas sus palabras, el que me preocupaba era Enol y si llegara a saber que es brutalmente golpeado yo mismo haría lo que sea para ganarme la custodia de mi otro hijo.

Pasaron ya algún que otro mes y la panza de Julieta parecía que iba a estallar tarde o temprano, me pregunto si será esta noche cuando por fin pueda ver nacer a mi nuevo hijo o hija. Lo mejor es que luego decidió pintarme en uno de sus cuadros y como no, para colgarlo en casa.

Cuando llegamos del trabajo a casa, ambos conseguimos un ascenso, yo como protagonista espontáneo y Julieta como organizadora de libros de arte, madre mía, que feliz estábamos los dos con el ascenso.

Y un día.

— ¡Vicente, el bebé ya llega! —gritó Julieta.

— ¿Cómo?

— ¡Qué ya llega! —volvió a gritar.

— ¡¡Vamos al hospital de inmediato!! —me puse muy nervioso.

En el hospital.

— ¡Ya llega, vamos a dentro! —grité nervioso.

Y llegó el momento del parto, yo estaba teniendo un pánico preparental, estaba de los nervios pensando que la cosa podría ir mal, pero al final.

Nació Enrique Soto, un niño muy hermoso, todavía no se a quien habrá salido, esperemos que cuando crezca nos demuestre que va a estar hecho todo un heavy, estoy orgulloso de Julieta por darme un hijo.

Y así fue como León recibió a su hermano Enrique.

— ¿Un hermano? No quiero un hermano y mucho menos de una mujer que no es mi mamá…

Editado 3 ene 2017 por tedtaki

1 ene 2017

¡Muy buen capitulo! León al fin se encontró con Enol sabia que tarde o temprano se iban a encontrar aunque al parecer Enol esta muy buen cuidado y sus abuelos no lo maltratan como lo hacían con Anais pero bueno habrá que ver que pasa en los siguientes capítulos,me sorprendió mucho que León sea tan indiferente con Julieta cuando en el capitulo anterior parecía que le caía muy bien pero creo entender porque es,el quería una novia para su padre no una madrastra y mucho menos un hermano el ha estado acostumbrado a enfrentar el mundo con su padre y que de repente se una Julieta es normal que reaccione así.

2 ene 2017

Buenísimo capi! Ojalá León se adapate a los cambios porque se ve que a fin se cuentas Julieta no es mala y Enrique es lindísimo. Me da gusto que Enol se encuentre bien pero me da tristeza que no se le permita convivir con su hermano ... Pero la sangre llama .

1.392 · 6 ene 2017

On 1/1/2017 at 0:03, Dav_o said:

¡Muy buen capitulo! León al fin se encontró con Enol sabia que tarde o temprano se iban a encontrar aunque al parecer Enol esta muy buen cuidado y sus abuelos no lo maltratan como lo hacían con Anais pero bueno habrá que ver que pasa en los siguientes capítulos,me sorprendió mucho que León sea tan indiferente con Julieta cuando en el capitulo anterior parecía que le caía muy bien pero creo entender porque es,el quería una novia para su padre no una madrastra y mucho menos un hermano el ha estado acostumbrado a enfrentar el mundo con su padre y que de repente se una Julieta es normal que reaccione así.

Gracias ^^ Yo creo que no tenemos que fiarnos de la abuela.

On 2/1/2017 at 2:09, Viri said:

Buenísimo capi! Ojalá León se adapate a los cambios porque se ve que a fin se cuentas Julieta no es mala y Enrique es lindísimo. Me da gusto que Enol se encuentre bien pero me da tristeza que no se le permita convivir con su hermano ... Pero la sangre llama .

Jeje, es que Julieta de mala no tiene nada xD y Enrique crece siendo una ricura ^^

Capítulo 5: Custodia

(No hay canción por que no tengo ninguna en mi lista una letra acorde con este capítulo)

Spoiler

Enrique creció siendo un niño hermoso, no sé todavía a quien se parece, aunque tiene mezcla de los dos.

Pero teniendo dos hermosos hijos me preocupa mi otro hijo, Enol, recordé durante estos años las palabras en las que Anais me contó lo mal que lo pasó con el maltrato recibido por parte de su madre, es decir, la abuela de Enol, pensé que sería bueno investigar si mi hijo estaba viviendo bien o está recibiendo un maltrato continuo.

La verdad es que quería pedir consejo de mi esposa Julieta, seguro que ella podría echarme una mano y saber si aquella mujer, Victoria, maltrata a su nieto tal como había hecho con Anais, entonces abrazados en el sofá tuvimos esa conversación.

— Estaba pensando en algo muy importante y me gustaría saber tu opinión. —la miré fijamente.

— Entonces… ¿de qué quieres hablar? —me preguntó Julieta.

— Es sobre mi otro hijo, el hermano gemelo de León, me estaba preguntando si lo estará bien, ¿crees que será golpeado por su abuela? —le pregunté.

— No lo sé Vicente, pero si crees que el hermano de León está siendo maltratado habrá que averiguarlo o tendrías que denunciarlo a la policía.

— Bueno, si eso me lo pensaré.

A la mañana siguiente, Julieta me ayudó con el jardín, pero al rato apareció Enrique con aquellos hermosos ojos azules que salieron a los míos con la intención de quejarse de que León se puso con el violín nuevamente, algo que siempre le molestó.

— ¡Mamá, no soporto el ruido que hace León con ese feo violín, dile que deje de tocarlo! —gritaba Enrique.

— Yo no puedo decirle nada Enrique, ese violín es un regalo que le ha hecho tu padre a tu hermano. —defendió Julieta a León.

— Pero mamá, es insoportable. —seguía quejándose.

Cuando lo escuché no dudé en reñirlo.

— ¡Vale ya Enrique, deja que León disfrute del violín!

— No vale, quiero algo para aprender también. —se puso a llorar Enrique.

— Si te portas mal no tendrás nada, compórtate por favor. —le reñí.

Enrique se puso a llorar, algo normal en los niños de su edad, lo que me fastidiaba es que se llevara tan mal con León, no quiero que la cosa acabe mal.

Enrique aprovechó que León no estaba para esconderle su violín y así vengarse, si me entero creo que tendré que castigarlo.

Yo luego fui recolectando cosas para ganar algo de dinero.

León piró de la escuela para reunirse con Enol, su hermano, en un lugar concreto para que pudieran hablar, ambos se abrazaron con todas sus fuerzas, era normal que se quisieran tanto, eran hermanos gemelos.

— Que alegría verte por aquí Enol, ¿a dónde te apetece ir? —le preguntó León.

— Mejor si es un lugar más cerrado, quiero contarle a alguien lo que pasa en casa. —se puso a llorar Enol.

— De acuerdo, venga anímate… —León se fijó en el brazo de Enol. — ¡¿Qué te ha pasado en el brazo? Tienes una enorme herida! —se sorprendió.

— Bien, aquí estamos alejados de todos, ahora cuenta, ¿quién te hizo eso? —insistió León.

— Fue mi abuela, agarró el cinturón de mi abuelo y me golpeó tan fuerte que me hizo llorar, lo que pasa es que no quiere que me vea con niños de clase baja y el otro día me encontré con Luisa, ella nos encontró y el castigo fue duro. —le contó Enol.

— ¡No puede ser! Esa mujer es malvada, tendrías que venir a vivir con nosotros, mi papá es muy bueno. —le dijo.

— ¿Crees que me aceptará? —preguntó Enol.

— Si le cuentas a mi padre todo lo que me has contado seguro que hará algo.

Enol se despidió de León y se fue corriendo del parque, creo que se quedó pensando en las palabras de su hermano gemelo.

En casa tuve que hacerme cargo de arreglar el wáter, ya que se había estropeado, a saber cómo pudo pasar.

A la hora de comer pude hablar un rato con el pequeño Enrique.

— Oye papá, me he portado bien hoy, ¿me compras un regalo? —me pidió Enrique.

— No sé, me lo pensaré. —dudé de mi propio hijo.

Mientras tanto, al llegar de la escuela León se puso a estudiar la teoría de hoy y un libro que al parecer le mandaron para una redacción.

— Luego voy a tocar el violín. —pensaba León.

Pero al parecer el violín no aparecía.

— ¡Papá, no encuentro el violín! —gritaba León.

Yo preocupado fui corriendo a su cuarto donde lo vi llorando.

— ¿Cómo es que no encuentras el violín? —le pregunté.

— Lo dejé al lado de la mesa y cuando he ido a tocarlo no lo encontré, alguien me lo ha robado. —lloraba León.

— ¿Cómo pueden robártelo si la casa está cerrada? —le pregunté.

— Creo que fue Julieta, seguro que no le gustaba que tocara el violín. —le echó la culpa León a su madre.

— Ella no ha sido León, deja de decir estupideces. —defendí a Julieta.

— Entonces si no fue ella has sido tú. —me culpó León.

— Si te hubiera robado el violín te lo devolvería. —me defendí.

— ¡¡Entonces ha sido el bobo de Enrique!! —gritaba León.

— A ver, deja de gritar León, así no llegaremos a ningún lado, déjame a mi preguntarle a Enrique y si fue él le castigaré sin salir. —intenté calmar a León.

Julieta no aguantó más y se fue a la habitación a llorar, la entendía, no me gustaba lo que estaba haciendo León con ella, pero estaba convencido de que iba a castigar tanto a Enrique como a León, uno por malo y el otro por ser cruel con su madre.

— No aguanto más Vicente, León es cruel conmigo. —lloraba Julieta.

— No digas eso, igual León no está acostumbrad a tener una madre. —me dolía a mi escuchar su llanto.

— Creo que soy una mala madre.

— Julieta, anímate, yo mismo voy a encargarme de que los dos se lleven una buena riña, uno por malo y el otro porque es cruel contigo, no te mereces sufrir. —harto de todo decidí ponerme serio.

Luego la ayudé a levantarse y la abracé con todas mis fuerzas, ella parecía que se calmaba entre mis brazos, yo haría lo que fuera para no verla mal.

Luego no aguanté más y no pude evitar besarla en los labios, ella se dejaba, normal, era mi esposa y se notaba el amor que sentía por mi y yo por ella. Tras sentí aquellos labios carnosos le quité parte de su ropa, yo me quité mi camiseta, luego las otras prendas que teníamos puestas y llegó el momento de abrazos, acaricias, más besos y el rozar nuestros cuerpos hasta agotarnos por completo.

Tras aquel momento y semanas más tarde Julieta confirmó su embarazo, es decir, íbamos a tener otro bebé, ¡qué alegría! Cuando me lo dijo yo me alegré un montón.

Tras varios meses de castigo los dos hermanos empezaron a llevarse bien y a conocerse mejor, ahora eran inseparables y quien tenía el violín era Enrique.

Hoy como tenía descanso decidí ir al gimnasio, me dio la sensación de que estoy engordando y eso no lo quería.

Y lo mejor es que conocí a un chaval con el que iba a ser amigo, a ver si me hago amistades y así dejo de ser aburrido, supe que se llamaba Juan Tenorio.

— Hola, me llamo Vicente Soto. —me presenté.

— Yo soy Juan Tenorio.

Lo malo es que no supe que decirle, hasta que él dio comienzo a la conversación.

— ¿Eres de por aquí? ¿O eres de otro barrio?

— Soy de Newcrest, allí no hay gimnasios, así que me vine hasta aquí para hacer ejercicio. —le conté.

— Newcrest está muy vacío. —dijo Juan.

— Eso lo sabemos todos, espero que la diosa que nos maneja nos escuche y nos haga un gimnasio y más cosas.

— ¿Crees que existe una diosa o más dioses que nos manejan? —me preguntó Juan.

— Yo no sé si creer o no, aunque una mano invisible nos ha obligado a que hablemos y nos hagamos amigos.—llegué a una conclusión sobre el tema de los dioses que nos manejan.

Luego de la larga charla tuve tiempo para darme un chapuzón en la piscina con gafas de sol y todo.

Cuando llegué a casa alguien picó a la puerta, yo me alarmé un poco cuando vi a León muy animado para abrirla.

Cuando la abrió, ahí estaba Enol, su hermano, lleno de lágrimas por todo el rostro y lo más sorprendente lleno de cicatrices por todo su cuerpo.

— ¿Qué te ha pasado Enol? —preguntó León alarmado.

León lo invitó a entrar y yo no iba a irme de mi sitio sin saber lo que pasaba, las cicatrices de Enol no me gustaban para nada.

— Mi abuela es mala persona conmigo, me ha dado con el cinturón del abuelo otra vez y todo porque estaba jugando con Luisa y le di un beso en la mejilla. —lloraba Enol.

Yo me puse muy serio y no iba a dejar que la cosa fuera a ir de mal en peor.

— Siéntate Enol, tengo algo del cual os tengo que hablar a los dos. —le pedí con mi rostro serio.

— ¿De qué quieres hablar papá? —me preguntó León.

— Sois hermanos, vuestra madre murió hace mucho y yo tenía que hacerme cargo de uno de vosotros dos porque vuestros abuelos me exigían que le entregara a uno de vosotros dos, ellos no saben que sois gemelos, pero por lo que le está ocurriendo a Enol no tengo otra que contaros la verdad y si puedo, pedir tu custodia para que vengas a vivir con nosotros.

— ¡Si, lo sabía, éramos hermanos! —se puso muy contento León.

— Si eres mi papá, ayúdame. —me pidió Enol.

—Eso haré, voy a la policía para denunciarlo todo. —le prometí.

Antes de que Julieta se fuera al trabajo yo tuve tiempo para hablar con aquella enorme panza, es decir, con mi hijo o hija, ella estaba convencida que iba a ser niña.

Julieta al venir del trabajo la vi bastante triste, ya que al parecer había sustituido una obra mal hecha por una suya, al final no le salió bien la cosa y la gente decía que era mala, la pobre se quedó triste y humillada delante de una multitud de personas.

Y lo peor de todo es que la ducha y el wáter han tomado un acuerdo para estropearse al mismo tiempo, la vida es injusta.

Aunque también se ha llevado su parte el pobre León con una terrible congestión que lo mandó a la cama.

Al final pude contactar con la policía y denunciar el maltrato que recibía el pequeño Enol, así que trabé una amistad con uno de los policías que trabajaba y además de eso, estaba dispuesto a ayudarme con la custodia.

— Gracias Jean por la ayuda que me estás ofreciendo con lo de Enol. —le agradecí.

—Lo importante es que un pequeño no reciba maltrato por parte de su abuela, es injusto. —me tranquilizaba las palabras de Jean.

A su lado había una hermosa niña, me fascinaron los rasgos africanos de su mirada y la piel casi morena.

— Bueno Vicente, podemos sentarnos en el sofá y hablar con más calma sobre el tema. —me interrumpió Jean.

Ambos nos sentamos en el sofá y su hija se retiró sabiendo que el tema del que íbamos hablar era cosa de adultos.

— Mira, me duele lo que le hace a mi hijo, ahora más que nunca quiero que se venga a vivir con nosotros para que pueda estar cómodo y que nadie le haga daño. —le dije.

— Tranquilo, mañana mismo me pongo con el tema y verás como pronto tendrás a vuestro hijo en casa. —me tranquilizó Jean.

Él fue tan amable de presentarme a su mujer tras la larga charla que tuvimos sobre el tema de Enol.

— Ya que somos amigos, te presento a mi mujer Yanela y a mi hija Fabiana, ambas son mi pilar en mi vida, seguro que vuestra familia también lo es.

Luego demostraron el amor que sentían entre ambos con un hermoso beso, el cual me dieron las ganas de ir a casa y besar a Julieta con todas mis fuerzas.

Y gracias a la ayuda de Jean pude obtener la custodia de Enol y lo que más me sorprendió fue el divorcio de sus abuelos tras enterarse Guillermo que su esposa golpeaba al pequeño y no solo eso… también se enteró de que ella golpeaba a su hija cuando era una niña. Tras eso, el abuelo de Enol pasados los meses conoció a otra mujer más joven y los cuales hubo una boda. Lo que no se sabe es si después Guillermo tuvo o no un hijo con ella, a saber, yo solo le vendo los coleccionables.

Y la llegada de Enol hizo que aumentemos el tamaño de la habitación gracias al dinero ahorrado por el trabajo, los cuadros de Julieta y los frutos recolectados del jardín.

Enrique y Enol tuvieron tiempo para poder presentarse.

— Hola, soy Enrique y soy tu hermano.

— ¿Enrique? Yo soy Enol. —se presentó Enol.

Y más tarde llegaron los cumpleaños de los gemelos que soplaron con todas sus fuerzas las velas de cumpleaños.

León al crecer ganó el rasgo de creativo junto con el que tenía de su niñez que era solitario, su sueño es ser Genio Musical.

Enol al igual que su hermano de niño había tenido el rasgo de solitario, al convertirse en adolescente ganó el rasgo de Aprensivo, es decir, no le gusta para nada tocar cosas viscosas, su deseo de toda la vida es formar una gran familia feliz.

Y como no, os enseño las fichas con rasgos de Vicente y Julieta.

Spoiler

6 ene 2017

Bueno muchas cosas que decir de este capitulo antes que nada Enrique es muy lindo definitivamente Vicente sabe hacer niños preciosos xD imagino que lo hiciste niño porque en Los Sims 4 no hay infantes aunque ya poco importa porque Leon y Enol son adolescentes por cierto Leon es genial,justo como lo esperaba (¡Viva el Violinista Heavy!) es genial que Vicente haya obtenido la custodia de Enol y con que la abuela bruja maltrataba a su hija y a su nieto a escondidas vaya #*@!@ xD por lo visto Julieta y Vicente quieren tener una GRAN familia estaré a la espera del otro bebe,Espero que de adolescente Leon sea menos problemático con Julieta (aunque a mi me da que no) y lo siguiente sera ver como se llevan los 4 hermanos esperemos que no se arme la 3 guerra mundial

¡Espero el siguiente capitulo!

23 mar 2017

¡Extraño este legado !

Por cierto, @tedtaki, guapa... ¿Me pasarías el link para descargar a Vicente de nuevo? Lo he perdido ya que formatearon mi PC .

26 mar 2017

On 23/3/2017 at 16:40, Viri said:

¡Extraño este legado !

Por cierto, @tedtaki, guapa... ¿Me pasarías el link para descargar a Vicente de nuevo? Lo he perdido ya que formatearon mi PC .

No creo que este viendo tus mensajes trata de enviarle un mensaje por privado o también puedes hacer esto @tedtaki @tedtaki @tedtaki ¡yo te invoco ven a ayudar a Viri! y continua el legado no seas asi xD

1.392 · 29 mar 2017

Es muy posible que no lo continúe y mientras vea como voy con los vampiros igual me animo con ellos xD

29 mar 2017

Es una pena @tedtaki, me gustaba mucho este legado ... Ojalá me puedas pasar al menos a Vicente, cuando puedas por fa .

29 mar 2017

hace 9 horas, tedtaki said:

Es muy posible que no lo continúe y mientras vea como voy con los vampiros igual me animo con ellos xD

¡Que lastima! extrañare mucho a Vicente,me hubiera gustado ver mas de la historia pero bueno ¡Me estoy pasando por el rol!

Editado 29 mar 2017 por Dav_o

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(Sims 4) Legacy Alternativo Heavy. Familia Soto (Capítulo 5: Custodia)

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